Holtus: La era púrpura

4/5 estrellas.

Holtus, por Cezilla L. Lontrato, nos narra la historia de Sonia Fimbs, una joven bibliotecaria que, cada tanto, sueña con un valle de color púrpura.
La cuestión comienza a hacerse seria cuando, en consecuencia de estos sueños recurrentes, su salud comienza a verse afectada al punto de no tener energías y, a su vez, su seguridad amenazada a causa de un espíritu que no deja de acosarla.

Debido a esto, Sonia decide consultar con su madre su situación y, para su desconcierto, ¡pertenece a una familia de antiguos hechiceros!
Pero las sorpresas para ella no terminan ahí, pues, debido a que el vínculo con el valle de sus sueños y la Tierra en donde habita acaba de quebrarse, debe viajar inmediatamente para ser entrenada en Holtus, aquel sitio que lleva persiguiéndola durante los últimos cuatro años.

¿Decidirá Sonia trabajar con los antiguos clanes para salvar el equilibrio entre ambas realidades, o dará un paso al costado para continuar con su vida como la conocía?

Bien, me metí en la historia desde el comienzo porque soy amante de todo lo esotérico. Ese inicio fue como mi zona de confort. Tenemos una variedad de personajes que poseen distintas habilidades que, realmente, consiguió que de inmediato concluyera que este libro es muuuuy de mi estilo.

Utiliza varios recursos que, la verdad, no tiene nada que envidiar a cualquier historia fantástica centrada en la magia o hechicería, sumándole el hecho de que es una lectura súper ligera.

En el momento en que lo leí, fue muy interesante y le hizo demasiado bien a mi corazón debido a que yo manejaba una de las mancias que acá tiene mucha relevancia: el Tarot. Por momentos me ponía a pensar “¿Y si yo también provengo de Holtus?”, ¡La idea me tenía tan enamorada!

Además, está el hecho de que me encanta el respeto que se le da a las brujas/magos/hechiceros porque yo también los veo de esa manera.

En cuanto a la construcción de este mundo, la zona mágica en donde se desarrollaba todo también estaba plagada de tecnología de última generación, con gente usando celulares y moviéndose en autos a pesar de escapar de lo "normal" que sería nuestra sociedad —la Tierra Estándar—, y me resultaba algo extraño por ser la primera vez que me topé con un escrito de este estilo.

Por otra parte, todo está muy bien descripto. Nos vamos encontrando con varias sorpresas en nuestro recorrido junto a Sonia, e incluso se puede apreciar una crítica hacia la política actual bien desarrollada, en donde también entra en juego el carácter fuerte y decidido de nuestra protagonista.
Juro que, en cuanto a Holtus, cuando hablaba el consejo sobre qué debía hacer cada uno de los personajes —y acá aclaro que son ellos los que deciden a qué se tiene que dedicar cada hechicero y bruja cuando nacen, lo que me parece un horror—, me ponía tan de los pelos que gritaba PERO DEJEN QUE SEAN LIBRES, CARAJO.

Pero también se respeta la forma de ser de cada individuo, tanto con sus vivencias que le dan un porqué a su manera de ser y sus convicciones, agregando el hecho de que, desde su punto de vista, el sistema en Holtus estaba bien asignado, ¿pero en dónde quedaban los sueños y aspiraciones? Por esta razón es que me gusta tanto Sonia, por luchar por lo que le parecía correcto.

Quiero también hacer mención a lo que no me gustó, que fue el instalove. La chica conoce al chico y al otro día ya se están besando porque la atracción entre ellos era obvia cuando nunca me había percatado antes de eso. Dos capítulos después, Sonia dice que evidentemente se estaba enamorando, ¿qué onda? No es que sea una relación forzada, pero desde que aparece este otro mago podemos darnos cuenta que terminarán juntos. Me hubiera encantado (aunque acá entra en juego mi parte demiromántica) que las cosas se hubieran dado más lentas.

En sí, toda la primera parte de esta historia fue muy introductoria y el final, con toda la acción, se dio de golpe. Es como si las páginas estuvieran mal distribuidas, por así decirlo. Sin embargo, no fue un impedimento en ningún momento para disfrutar de este libro por completo, además de que la edición es toda una cosa bonita y la textura de las hojas una maravilla.

Para concluir, en el epílogo ocurrieron la mayor cantidad de cosas que esperaba, así que estoy muy conforme con ello. Me gustó.
Si llega a venir una segunda parte —¡por favor, Cezilla, tramitame ya la continuación!— sin dudas la voy a leer con muchísimo gusto.
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