Es un libro demasiado intenso, demasiado emocional. Una lectura densa, a pesar de que no es una novela larga en exceso. No creo que sea la adecuada para leer en cualquier momento y situación, porque igual no siempre tenemos el estado de ánimo para leer novelas con tanta carga dramática y donde se respira aflicción y pesadumbre hasta la última página. Me pareció muy positivo cómo la autora lleva el tema de las enfermedades mentales y otras de distinta índole. Con sensibilidad, delicadeza y respeto. No obstante, hay escenas muy peliagudas que quizá puedan ser desagradables de leer para mucha gente. Es un libro muy bien escrito y la ambientación de New Orleans me pareció estupenda, pero me faltó más en la relación romántica. Esta se diluye entre tanto dolor, duelo y muerte. Una novela triste en la que el único rayito de esperanza se ve muy al final del libro. |