La llamada de lo salvaje

«La llamada de lo salvaje» de Jack London es una novela corta que vio la luz por primera vez en 1903. Con sus 110 páginas, se erige como un clásico de aventuras que narra las peripecias de un perro llamado Buck, quien experimenta diversas vivencias con distintos amos en medio de la fiebre del oro de Klondike en la década de 1890.

La trama, centrada en la supervivencia, presenta un enfoque intrigante al colocar como protagonista absoluto a un animal inteligente que se adapta a sus diferentes dueños. Lo más cautivador de la obra radica en el seguimiento de las vicisitudes de Buck, donde el relato oscila entre momentos de crudeza y otros impregnados de ingenio. La estructura de la novela se compone de siete capítulos, cada uno delineando una etapa distinta en la vida del protagonista canino.

Enfatizo mi recomendación de esta obra para los amantes de los clásicos y los aficionados a las historias protagonizadas por animales. «La llamada de lo salvaje» ofrece una experiencia literaria única, capturando la esencia de una época y explorando temas universales como la adaptación, la resistencia y la conexión entre el hombre y la naturaleza, todo ello a través de la mirada aguda de un perro excepcional.

Esta es una de esas lecturas que crecen con los días de haberla leído. Piensas que has leído algo simple y que puedes pasar a otra cosa enseguida. Luego vas y al día siguiente sigues pensando en Buck, y en lo que ha narrado su autor. Reflexionas sobre sus decisiones, sobre cómo cambió su comportamiento. Empatizas con él y al final, resulta que no, no has leído un cuento infantil, que lo puede ser, sino que has leído algo sobre la vida, algo universal, que simplemente te hacer ver del mismo bando, te toca por dentro por el único motivo de estar vivo..

Un perro llamado Buck, mestizo y de gran tamaño, es vendido clandestinamente para ser perro de trineo en Alaska. No solo es obligado a abandonar su acomodada vida doméstica en Santa Clara, sino que además, será tratado de la peor manera, pasando de dueño en dueño,conociendo la verdadera naturaleza del ser humano, a la par que el descubrimiento de una conexión ancestral y única con los lobos.

Esta es un historia de instintos y de vuelta a los orígenes. Aquí, Jack London nos habla de Buck, pero claramente nos habla de la dualidad instinto vs. aprendizaje. Nacemos en un entorno social determinado que nos da una identidad. Nos forma la cultura y las normas. Vamos aprendiendo de lo que nos rodea, y el entorno no es otro que el que nosotros mismos como especie hemos forjado, “facilitándonos” el desarrollo y la estabilidad, alejándonos cada vez más de lo primitivo. Las comodidades en las que vivimos nos privan de un instinto que inverna en la cuna de un sociedad acostumbrada a obtener todo lo que desea, al instante y casi con seguridad.

Pero resulta curioso que esta llamada al origen de las emociones básicas, a las conductas primitivas aún parece emerger, sobretodo cuando peligran nuestros cimientos más importantes y percibimos la amenazante inestabilidad. Resulta en un detonante crucial y suficiente para que volvamos a ser lo que éramos. Y cuando esto sucede, parece que nos cuesta desenganchar, como si de alguna forma todo fluyera y se conectara en el sitio, como el despertar de una conciencia.

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Si sos de los que creen que este es un libro "para chicxs", te cuento que estás en un error. Esta novela es para todas las edades. Tal vez, por haberla leído luego de EL CORAZON DE LAS TINIEBLAS (Conrad) no puedo dejar de sentir el mismo tema contado desde otra mirada y con otro estilo, pero el mismo tema: la ambición, la locura, la oscuridad y la fragilidad humanas.
BUCK, nuestro protagonista, es un perro hogareño, cruza de collie con san bernardo que pasa sus días en la cálida california corriendo en el jardín e interactuando con sus dueños, hasta que -aproximadamente en la cuarta página- lo roban y ve "unas monedas [que] pasaban de una mano a otra": lo habían robado para la búsqueda de oro en Yucón (Canadá) El primer aprendizaje fue rápido: conoció la "ley del garrote y del colmillo".
El aprendizaje de Buck no cesa en toda la novela. Y, si o vemos desde nuestra perspectiva, es un des-aprendizaje. Tal como lo que le ocurre a Kurtz en EL CORAZÓN... nuestro perro se adentra en la naturaleza salvaje y va dejando atrás las costumbres de la civilización, siguiendo la llamada de lo salvaje.
El final, impacta. No porque no sea algo que uno va sospechando a medida que lee, sino por cómo se cuenta, por cómo lo señala la pluma de London.
Si se les cruza por ahí, no dejen de leer esta novela maravillosa No van a arrepentirse.

"LA LLAMADA DE LO SALVAJE " de Jack London-
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Publicada en 1903, "La llamada de lo salvaje" es el libro clásico más leído de Jack London y se le considera la obra maestra de su "periodo de juventud". Además, la escribió inspirado en su propia biografía, pues estuvo casi un año en las inhóspitas tierras de Yukón, en Alaska.
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La historia se ambienta en la segunda mitad del siglo XIX, en un momento en el que la zona Ártica, fue el objetivo de múltiples expediciones que buscaban fortuna con la explotación del oro; y su protagonista, es Buck, un perro mestizo que al comienzo de la historia, lleva una vida apacible y civilizada con su dueño, pero que un día es vendido para tirar de un trineo, y atravesar las tierras heladas de Alaska y Canadá.
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A partir de este momento, Buck se ve arrastrado a un entorno agreste y hostil, tan cruel como implacable, y tendrá que buscar en lo más profundo de su interior, para desarrollar todas sus capacidades, y tratar de adaptarse a las circunstancias para sobrevivir.
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La novela de Jack London, admite múltiples lecturas, muchos la entienden como una crítica a la vida urbana; otros, como una crítica al hombre y a su afán por utilizar la naturaleza a su antojo, pero en cualquier caso, lo que es innegable, es que “La llamada de lo salvaje”, es una historia de transformación, un despertar de nuestros instintos más profundos, para defendernos, adaptarnos, y en definitiva, seguir viviendo.
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Jack London tenía una capacidad única para describir los entornos helados y hostiles. Sin duda está es una de mis novelas favoritas, y que yo os animo a leer, y os recomiendo encarecidamente.

Este es un relato desgarrador que narra la vida de Buck, un perro dócil, con un gran corazón y lleno de curiosidad por todo aquello que le rodea. le gusta vivir con los humanos, es lo que siempre ha conocido, hasta que un día se lo arrebatan, de golpe y sin esperarlo, para ser puesto en venta como perro de trineo.

A partir de entonces, viviremos en primera persona cada una de las aventuras de Buck, su supervivencia en la nieve, su convivencia junto a otros compañeros perrunos y de cómo su propia naturaleza le ayudará a saber dónde se encuentra su verdadero hogar.

Ha sido interesante leer sobre part s históricas en las que se centra el autor, como la fiebre del oro y las formas de vivir de algunas personas en trineo. esta parte de la historia, aunque nunca se llega a profundizar lo suficiente y pasa más bien a centrarse en la vida desde los ojos de Buck. Sin embargo, para mi gusto han habido demasiadas partes desde los ojos de Buck y estas hacia el final de la historia se me empezaron a hacer pesadas.

En general, es una lectura cortita, pero sí es cierto que tenía ganas de que se acabara rápido. La edición de Edimat es interesante, no sé si otras lo tendrán, pero esta en concreto habla de la vida de Jack London y su familia y esto llegó a serme más curioso que la propia historia en sí.

Tiene película.

El lenguaje es sencillo aunque eso no implica que no te transmita sentimientos y unas sensaciones que te hacen vibrar, no se como explicarlo me transporto a esos pasajes, tiene más profundidad de la que puede parecer no solo es la historia de un perro sino que trata del ser humano, deseando leer algo más de este autor

La historia está narrada en primera persona desde el punto de vista del canino Buck, como bien vemos en la sinopsis, un perro mestizo. Antes que nada he de decir, como curiosidad, que yo creía, no sé por qué, que el perro sería un Husky, pero no ha sido así. Me ha parecido muy interesante que esté escrito desde su punto de vista ya que me parece muy diferente. Leí Los perros duros no bailan, también narrado desde la perspectiva del animal, y me encantó.

Vamos a conocer el norte, donde la nieve ocupa la gran parte del terreno donde vamos a adentrarnos. Buck y sus nuevos amos recorrerán Dyea, y el llamado Lago Treinta Millas. En estas escenas podemos comprobar como los secuestradores de Buck no les importa el bienestar de los animales. La ambientación me ha encantado, sobretodo tras buscar imágenes de los lugares que se mencionaban. Creo que es un clima perfecto para leerlo en esta época, con tu café y mantita.

El lenguaje de Jack London me ha impresionado por lo sencilla, amena y delicada que es. Expresa los sentimientos de los animales como si fueran personas y ha hecho que empatizara con cada uno de ellos. Toda la novela sigue un ritmo rápido y ligero, para mi gusto demasiado rápido, algo que no me suele gustar, pero sin embargo, en La llamada de lo salvaje, no me ha parecido tan mal.

No es que sea previsible ni haya nada inesperado, pero si que tenía la curiosidad de cómo iba a seguir la historia y sobretodo de cómo iba a terminar, me ha parecido una historia realmente necesaria y realmente cruel y dura. Lo he pasado mal leyendo este libro, pero no porque no me haya gustado, sino porque he sentido tanto con él, el sufrimiento de los personajes, que me ha impactado de esta manera.

Sin duda es un libro que recomiendo a todo el mundo y esta historia me ha dejado con ganas de leer Colmillo blanco, que estoy segura de que lo leeré bien prontito. Ahora me toca ver la película y sufrir con ella tanto como he sufrido leyendo el libro. No suelo leer este tipo de libros, pero si que merecen muchísimo la pena.
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Soy lo que me das
De hecho, el autor hace mucho hincapié en esta simbiosis sumisión-predominancia. La propia crueldad de los humanos, se va trasladando al propio perro, que a pesar de tener un sentido feroz del deber y del honor, también asume como tales la supervivencia a cualquier costo: robo, matar al rival, quitar los apoyos…
A través de su visión, la de Buck y el resto de perros que se incorporan a la narración, vamos comprobando cómo el hombre moldea el temperamento del animal, cuya reacción constante será «la llamada de lo salvaje», es decir, su propio instinto y su propia naturaleza. de este modo, siempre puede quedar en duda si la crueldad y crudeza que encontramos en el comportamiento de Buck proviene per se de su condición animal o bien es algo promovido y suscitado por el comportamiento humano. Sin embargo, parece que podemos encontrar cierta idea del autor hacia el final de la novela… algo así como «somos lo que nos enseñan, damos lo que recibimos».
La reflexión del hielo
Siendo sincera ha sido un relato muy duro porque, a pesar de que podemos encontrar valores como el esfuerzo, el tesón y la inteligencia, que encontramos en Buck, también tendremos episodios de violencia animal, tanto del hombre contra animales, como entre los propios animales.
Estas escenas serán relatadas en la obra con gran detalle y sin filtros, lo que hace que el lector en algún momento tenga que pausar la lectura debido a la incomodidad que le produce la escena. Más allá de esta sensación todas ellas son una perfecta ilustración de los temas que aborda la obra, con lo que quedan más que justificadas. Además, el estilo es cuidado y sencillo, con lo que permite al lector recobrarse y continuar con la historia.
Por otro lado, las reflexiones que realiza el protagonista sobre su condición y sus castigos poco a poco se van orientando a cierto sentimiento de obligatoriedad y dependencia, como sucede con las personas maltratadas y es complicado leer estos pensamientos sin sufrir con Buck.
Crueldad necesaria
Lo cierto es que se podría decir que, al terminar la novela, queda cierto sentimiento de melancolía, por el sufrimiento injustificado y por la necesidad de sobrevivir a una adversidad sin sentido. Sin embargo, también es verdad que el instinto de supervivencia de Buck y sus reflexiones sobre el ser humano y su llamada de lo salvaje dejan un sentimiento de consuelo.
Añadimos a esto que la novela se nos presenta con una muy buena traducción, con ilustraciones que nos ambientan muy bien y con un estilo directo y que engancha. Además, claro, de la cuidada edición que siempre nos ofrece la editorial. Os animo a que os aventuréis con él y que dejéis sentir la llamada.

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Ha sido una lectura dura, y a la vez entrañable. Salvaje a la vez que tierna.
Ha estado llena de contrastes.
La vida de Buck me ha impactado mucho. de ser un perro con una vida regalada, pasó a trabajar duro para ganarse su sustento. En una época donde el oro valía más que una vida humana... imaginaros lo que valdría la de un perro, pero curiosamente muchos pagaban una fortuna por un buen perro que cargase con su trineo...otra cosa era el trato y las condiciones en que vivían estos héroes peludos. Una historia desgarradora, cruel, salvaje, primitiva y a la vez esperanzadora... siempre hay sitio en el corazón de un peludo para la esperanza, para la lucha, para el amor. Lo que más me ha gustado es esa conexión con lo primitivo que llevamos todos los animales de 2 ó 4 patas, ese retrotraernos a los inicios de la vida, a ese querer buscar la libertad de correr contra el viento helado por un bosque en busca de la manada, de la tribu o de lo que sea. Ese querer conectar de forma natural sin artificios con otros seres, para encontrar en ellos la paz y la tranquilidad, la libertad y la felicidad que todos merecemos. Buck aprendió mucho, sufrió, pero ganó aún más.
Como curiosidad, comentaros que hay versión cinematográfica, con Harrison Ford como prota. Pero leeros antes el librooooo

Me llamo la atención cuando salio la película y me entere que era sobre un libro. Por lo tanto me anime a leerlo. Es interesante, aunque en momento duros, aunque el autor no se recrea en esos momentos. El final me ha dejado un poco...