Jack London escribe su última novela en 1915: El vagabundo de las estrellas. A través de Darrel Standing, y de un modo desordenado y un tanto caótico (un brillante caos), London nos regala uno de los mejores alegatos contra la tortura y la pena de muerte que he leído en ficción. Las mil vidas que nuestro protagonista (condenado a una vida entre rejas por un sistema que no siempre funciona adecuadamente) ha podido vivir durante sus años en prisión son un regalo para nuestros ojos. |