No hay luz bajo la nieve

Thriller policiaco, con una subtrama histórica. Bien manejados los tiempos y la intriga.

Un cuerpo maniatado, desnudo y con los párpados cosidos con alambre aparece en unas instalaciones deportivas en construcción en los Pirineos. Un paisaje invernal que nos acompañará durante toda la lectura. Preparen la manta y déjense llevar.

Alex Serra, una subinspectora de policía de Barcelona, y Jean Cassel, un policía francés, son desplazados a una pequeña comisaría para hacerse cargo de la investigación. Alex, que era oriunda de la zona, carga con una "buena mochila" que no tarda en abrir y compartir con nosotros, incluyendo cierto toque paranormal. Jean, es bastante reservado, pero todo final tiene un comienzo y también lo conoceremos, aunque tardemos un poco más.

Al principio andas un poco dispersa con la presentación de personajes, el ambiente en las comisarías, la investigación y alguna subtrama, pero cuando te quieres dar cuenta, estás atrapada.

Una foto antigua, siete personas. Siete pecados capitales. ¿Quién se oculta tras cada rostro? ¿Quién será el siguiente? ¿Cuál será su pecado?

La trama personal y la investigación de los crímenes se intercalan con una trama histórica del pasado, redactada a modo de diario. Dura y cruel. Me ha gustado, con todos los matices que incorpora.

El autor ha sabido cómo alternar la investigación, la trama personal y el diario para mantener la intriga. Intuyes que van a converger, que ese pasado está relacionado con los crímenes actuales, lo que no sabes es cuándo ni porqué. Ha sabido esconder sus cartas, dosificando la información, marcando el momento en que vas descubriendo las pistas, obligándote a replantearte quién es el asesino en más de una ocasión, para llegar a un final sorprendente.

Grata sorpresa me he llevado con el libro. No es visceral y aunque hay algún hecho un poco duro, no se recrea en ellos. Digamos que es apto para " casi todos los públicos".

Valoración: 9/10
Lectura: diciembre 2021