El rey sonambulo

Llanos Campos nos trae un fin de trilogía que, al menos para mi gusto, no podría haber sido más perfecto.

En esta ocasión me ha sorprendido nada más empezar a leer, ya que no era lo que con tanta ansia esperaba.

Conocemos lo que podríamos decir que es una nueva raza de hombres: los Oomrim. Compuesto por los Cinco Clanes, ahora mismo con Noerem como rey. Con la peculiaridad de que la corona pasa de un clan a otro, en vez de padres a hijos.

Pero el resto de los clanes no tienen posibilidad de reinar una vez que acabe el reinado de Noerem. Y él sí que tiene un hijo, al que unas misteriosas visiones le presentan como rey. Por lo que, ante la negación de los demás, Noerem modifica esas visiones a su gusto, para engañar e intentar que la profecía se cumpla, y su hijo Valjar sea rey. Lo que Noerem no sabe, es que el primer engañado es él, y por mucho que quiera, el destino no se puede modificar.

Los Oomrim son hombres grandes, fieros, con mucha resistencia para la guerra y para correr. Y un gran ejército se lanza hasta lo que ahora para ellos era el fin del mundo. Y descubren que hay más tierras y más humanos, a los que van aniquilando aldea por aldea según les encuentran, los dioses han hablado y ellos cumplen órdenes.

No es hasta este punto, que empezamos a saber de nuevo de nuestra querida Tamiel, Tarsis y Baltran. Ya pensaba que Llanos Campos se había olvidado de ellos y nos iba a dejar sin su historia. Tenemos también al resto de personajes de las anteriores novelas, como Famir, Nilos, Asias, Tandena, Sartes... Todos tienen de nuevo cabida en esta historia, y todos ayudan a que el designio de los dioses, por mucho que no quieran, se cumpla.

A pesar de que la novela me ha gustado mucho y es casi perfecta, reconozco que algunas de las escenas de "El rey sonámbulo" me han dado mucha rabia, mucha pena, y por unos momentos no podía creer lo que estaba leyendo. No lo entendía, cómo era capaz de.... y hasta aquí puedo decir sin spoiler. Pero, después de todo, cuando acabas la novela, se comprende todo, y al final con el corazón dividido, es irremediable que una sonrisa se dibuje en nuestra cara.

En "El rey sonámbulo" tenemos una vez más a Tomás Hijo como ilustrador. La portada es una maravilla, y además al principio de cada capítulo tenemos un pequeño dibujo, sencillo, pero a la vez con muchos detalles, con ese toque especial de Tomás Hijo que tanto me gusta. al igual que en las otras novelas, en la solapa interior de la portada y la contraportada, nos encontramos con el árbol genealógico de Nesis, y con un mapa de las tierras, para que podamos ir mirando según leemos y nos situemos.

La edición de la novela vuelve a ser de diez. Portada en relieve, lomo en material como de tela, y con una cinta de raso de marcapáginas, una maravilla que disfrutamos no sólo con su lectura.

Me ha dado mucha pena acabarlo, pero espero que no sea lo último que leamos de Llanos Campos en el ámbito de fantasía, porque se le da realmente bien. Quizá nos sorprenda con una novela sobre Tarsis, sería toda una alegría. al igual que espero más ediciones como las de esta trilogía, porque merecen la pena tenerlas en nuestra biblioteca.

Sin duda "El rey sonámbulo", junto con sus dos anteriores entregas, "La reina negra" y "Los caminos de la sangre" son una muy buena opción de regalo para jóvenes y no tan jóvenes. Si eres amante de la fantasía, no te los puedes perder.
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