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No todos los días un escritor crea un subgénero dentro de la fantasía y Ken Liu se saca de la manga en esta novela el silkpunk. Una especie de steampunk pero en lugar de usar el vapor o el metal se utilizan la seda, el bambú y una ambientación basada en la historia y mitología chinas. Y este es el punto fuerte de la novela: una atmósfera y una profundidad en el mundo creado que demuestran que Liu ha pasado muchas horas imaginando este universo. Donde no ha innovado tanto ha sido en la historia en sí ya que podemos encontrar todos los elementos comunes a la fantasía épica: imperios, rebeliones, traiciones...Y esto tal vez no hubiera sido un problema pero la forma que ha elegido Liu para narrarlo es lo que me ha supuesto más impedimento para entrar completamente en la historia. Ken Liu es un maestro en relato corto y ha intentado llevar esa estructura a la novela. Aquí nos encontramos con que cada capítulo es un microcuento en los que transcurren a veces meses o incluso años. Y cada capítulo te va dando una pincelada de lo que quiere contar para que te hagas una idea de la historia general. Y eso a mí no me ha convencido. |
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