No sé por dónde empezar... Esta es la novela más dura que he leído nunca, no miento cuando os digo que he llorado cada vez que me ponía a leer, y tampoco miento cuando os digo que leí más de 300 páginas en un día. Esta historia es un reflejo más de lo violenta que ha sido Rusia siempre, y de lo fuerte y lo valiente que es Ucrania. Todo el conflicto actual no deja de ser una repetición algo distinta de lo que ocurre entre las páginas de este libro, en 1930... El Holomodor, en otras palabras: la hambruna provocada por Rusia. Este libro nos narra la historia de Katya a dos tiempos y a dos voces, pasado y presente, para ello nos sitúa en la Ucrania de 1930 justo cuando empezaron a llegar los primeros activistas para torturar a los ciudadanos ucranianos. También nos sitúa en 2004 donde su nieta investigará sin pausa toda esta historia. A medida que pasan los capítulos, nos adentraremos en el horror que sufrieron todas aquellas personas, pero también, dentro del horror, los pequeños esperanzas y regalos que podían tener, cuando cualquier cosa debía agradecerse. Hay que estar muy preparado para leer este libro, pero sin duda creo que es necesario, y si por mí fuera, lectura obligada en institutos. Katya, Pavlo, Alina, Halya, Kolya... Son un reflejo de una lucha constante y merecen ser leídos. + Leer más |