Vivir arrepentida

La historia comienza con Rachel, un día se despierta desorientada en el hospital, desconoce lo que le ha ocurrido, lo primero que piensa es en Cory, su novio... que lamentablemente ha fallecido. Poco a poco, a través de flashbacks irá descubriendo pequeños detalles de lo que ocurrió esa noche y descubrirá que tras ese trágico accidente su vida ha cambiado por completo. Ella está triste, sumida en la oscuridad y desesperada por conocer lo que pasó, lo peor es que nadie parece darle una respuesta, se siente sola e incomprendida, pero sobre todo... se siente muy culpable por lo sucedido. Mientras tanto, aparece Sam, su mejor amigo de la infancia, hace años dejó de tener relación con él, tras el accidente parece que es único que logra sacarle una sonrisa y entenderla mejor que nadie, pero ese sufrimiento está presente durante todo momento y cree que la única solución para perdonarse es recordar el día del accidente, no será nada fácil pero tal vez con paciencia y ayuda sea capaz de ver un rayo de esperanza.

No os voy a mentir, cuando leí la sinopsis pensé en una historia dura (que lo es), una historia de superación, de perdón... La trama no está mal, me parece que la autora tenía una oportunidad de hacer de este libro una gran historia, con ese punto de reflexión, lo que ocurre que desde mi punto de vista tiene demasiados errores en su historia. Ha sido un libro sumamente predecible, comencé a leerlo y con esas pocas páginas que había leído ya sabía más o menos lo que iba a ocurrir y, efectivamente no me equivoqué, por lo que la historia no me ha pillado por sorpresa. Aunque hay que tener en cuenta que leo muchos libros de este género y es difícil que a esta altura un libro New Adult me sorprenda, pero claro... si la autora recurre a todos esos clichés que ya conocemos... es mucho más fácil intuir. Otra cosa que no me ha gustado del libro ha sido los personajes, concretamente Rachel, al principio vi a una chica triste, desesperada y muy deprimida, de cierta manera la entendí e incluso le cogí cariño... pero cuando la conocí mejor mi opinión cambió, su personaje me irritaba muchísimo por todas sus decisiones.

Sigo sin entender como una persona que amaba a su novio (y eso se ve desde las primeras hojas) puede deshacer su vida en menos de tres meses, por un lado, veía a Rachel deprimida, pero por el otro... sentía que los sentimientos que tenía por Cory eran una mentira, es que no me creí sus sentimientos ante la pérdida. Cuando Sam vuelve a la vida de Rachel la historia se desenvuelve con mucha rapidez, de repente es su pilar y el único capaz de entenderla, teniendo en cuenta que Rachel lo dejó de lado por su novio Cory, no comprendo porque Sam tras tres años es capaz de seguir enamorado de ella... Pero lo peor son las decisiones de Rachel, ella quiere ir despacio, pero me demuestra lo contrarío, lo más absurdo fue donde llegué a una parte en el libro donde Sam y Rachel se van a otra ciudad en moto, y diréis... ¿qué malo hay en ello?, pues Sam solo tiene un único casco y como es tan “rudo” le dice a Rachel que él no lo necesita, que total en la autopista no le va a servir de nada. Con ese momento me quedé muerta, porque no solo la autora da pie a que pensemos que debemos de infringir las leyes y que no va suceder nada si vamos sin casco por la vida, un gran ejemplo Lisa (que se note mi ironía) pero por si fuese poco... Rachel accede con rapidez y aquí es cuando me cabreé de verdad... Chica, acabas de perder a tu novio en un accidente de coche y a pesar de ello ¿te da exactamente igual que tu novio actual vaya sin casco? Mira yo soy ella y el cabreo que me cojo por no pensar en ello es gordo.Y no solamente encontramos este error, sino muchos más, definitivamente los personajes me parecieron poco creíbles, tanto su personalidad como sus sentimientos.

Como os podréis imaginas la relación entre Sam y Rachel es bastante Instalove, a pesar de que no hablan hace tres años comienzan a quedar todos los días, me dio la sensación que como Rachel se ha quedado sola su último recurso es Sam y eso... no me ha gustado. Otra cosa que no me gustó fue que al principio vemos que la relación entre Rachel y Cory era muy bonita, pero de repente la autora da ese pequeño giro a la historia para que Rachel parezca inocente y Cory el culpable de todo, siento que ha elegido el camino más fácil para cerrar la historia.

La narración es en primera persona, eso sí que me gustó porque vemos de primera mano el “duelo” que tiene Rachel por esta perdida, porque, aunque no me creía muchos de esos sentimientos sí que es verdad que ha estado bien ponerse en su lugar y entenderla en ciertos momentos.

Hablando un poco sobre los personajes diré que no conecte con ninguno, Sam me parecía sumamente pesado, siempre buscaba la atención de Rachel y no era capaz de comprender que Rachel necesita estar sola, encontrarse a ella misma y perdonarse. Si que es verdad que Sam estuvo en todos esos malos momentos para Rachel pero es que... me ha parecido muy pesado. Sobre los personajes secundarios no hay muchos que destacar, diría que los padres de Rachel que son los que tienen más importancia en la historia.

En resumen, Vivir arrepentida ha sido un libro decepcionante para mi, el libro no está mal escrito pero los personajes no me trasmitieron nada a pesar de la historia dura de Rachel, me parecieron unos sentimientos muy forzados, me dejó muy confundida y no comprendí las decisiones de la protagonista. Sinceramente y lamentablemente, no creo que lea más libros de esta autora.

En esta tercera parte, los protagonistas son Rachel y Sam. Rachel se acaba de despertar en el hospital, por culpa de un accidente de coche, del cuál no recuerda nada. Desconoce el por qué tomó la decisión para acabar como terminó, y con ello se lleva la vida de Cory, que le traerán muchos remordimientos por dentro. Sin embargo, para salir de todo esto va a tener a Sam, su vecino, con quien conservaba la amistad desde que se conocieron siendo pequeños, pero que en los últimos años se distanciaron. Poco a poco, le van viniendo pequeños recuerdos de esa noche y de lo ocurrido, e irá uniendo las piezas del puzzle tan incompleto que tiene en la mente.
Mientras iba leyendo este libro iba dandome cuenta de que cada libro de esta trilogía ha sido diferente entre ellos, por lo menos a mi me ha resultado así. Lo que les une entre todos, es que hay un hecho en el pasado, que les ha dejado marcados de algún modo. Puedo decir que de los tres este ha sido mi favorito, aunque comparta nota con el segundo. Pero porque, como he dicho al principio, no tiene parecido las historias, y en esta en concreto, la protagonista como no recuerda nada de la noche donde sucede todo, va a ir descubriendolo poco a poco, y acaba enganchandote más. Porque, aunque siga teniendo su historia de amor, también encontramos la parte de intriga por descubrir que es lo que ha pasado. También vuelve a aparecer Katy, del primer libro, y se sabrá como ha ido su historia.

La historia está contada completamente, desde el punto de Rachel, y a lo largo de los capítulos encontramos fragmentos en una letra cursiva, que son recuerdos de Rachel, normalmente del mismo día del accidente. Por lo que van añadiendose esas pequeñas piezas que faltaban.
Tenía cierto miedo de que la historia entre Sam y Rachel comenzara demasiado pronto, siendo una historia no creyente, pero no ha sido así. Ha ido avanzando a pasos lentos, con sus más y obviamente, sus menos también.

Teniendo en cuenta que ha sido un libro cortito, lo he disfrutado de principio a fin, de hecho, lo he leído de una sentada. Recomiendo toda la serie, aunque aún me quede por subir la reseña del segundo libro, pero creo que hay que leer a Lisa de Jong, y conocer a todos sus personajes, que seguro que alguno, si no a todos, le cogerás cariño.

Tengo un amor odio por esta autora. Hace cosa de cuatro años la leí por primera vez con Cada que llueve y con ese primer libro me enamoró a lo grande pues fue un libro que cayó en mis manos días después de que mi hermano mayor falleciera y en esos momentos en los que sólo quería perderme un poco ese libro llegó para poner en palabras que lo que estaba sintiendo y que era incapaz de expresar. Dos años más tarde llegó a mí la segunda novela de la autora Ya nada es igual, libro que comencé con grandes expectativas y que en realidad se quedó muy corto. Así que comprenderán que este último libro de la trilogía tenía una tarea muy grande que cumplir y al final, si bien no ha logrado superar al primer libro, sí que ha sido un buen cierre.
Es como si estuviera viendo una de esas películas donde sucede algo tan horrible que parece imposible que pase en la vida real. Esta es mi vida, y ahora mismo es tan real que, joder, ojalá pudiera no vivirla.
Vivir arrepentida nos cuenta la historia de Rachel, una chica que a ojos de todos tiene la vida perfecta. Padres ricos que le dan todo lo que pueda desear, es muy bonita y admirada en la escuela y para acabarla tiene al novio perfecto. Pero las cosas siempre son distintas a lo que aparentan y la vida de Rachel dista mucho de ser perfecta y las cosas se complican más tras un accidente que la deja desorientada y sin poder recordar en el hospital.

Rachel es nuestra narradora a lo largo del libro, así que a ella la conoceremos a la perfección, por ello resulta sencillo entender todos los conflictos y sentimientos con lo que está lidiando. Pero aunque ella sea la voz cantante en el libro, siento que le faltó mucho para poder llevar la historia sobre sus hombros y al final uno llega a cansarse de ella, sobre todo cuando no deja de tomar malas decisiones y espera que nada pase.
Contrario a ella tenemos a Sam, el mejor amigo de Rachel desde que eran pequeños y quien siempre ha tenido sentimientos por ella. al leer esto probablemente estén tachando a Sam ya de cliché y admito que yo misma lo pensé, pero nada que ver, Sam es quien se roba la historia y quien me hizo suspirar en varias ocasiones. Así que al gustarme tanto este personaje me molestó mucho el hecho de que la autora no le haya dado espacio y no tengamos ningún capítulo narrado por él, cosa que yo esperaba con muchas ganas ya que sus libros anteriores si contaban con capítulos narrados por el protagonista masculino, Siento que la historia hubiera estado mejor nivelada si ambos contaran la historia pues Sam hubiera aportado equilibrio cuando Rachel se iba en picada.
En lugar de tener una historia narrada a dos voces, tenemos una narración en primera persona y otra en flashback que nos irá contando qué fue lo que pasó la noche en la que la vida de Rachel cambió.

Sam no aparta los ojos de los míos. Me estudia como alguien observaría un cuadro abstracto, pero yo me oculto tras las líneas. A veces resulta más fácil así, aunque sé que Sam no tardará mucho en adivinarlo todo. Ve las formas de mis emociones y el color de mi corazón. Lo ve todo en mí
En libro en si no presenta nada nuevo. de hecho me pareció bastante predecible desde el inicio, pero al ser una historia tan corta hace que no se vuelva pesado, y al final si lo que buscan es una lectura ligera que los entretenga en estos días fríos, Vivir arrepentida es su libro.
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Vivir arrepentida.

@lisadejongbooks.

🌟 Mi opinión 🌟

Es una historia juvenil. Me gusta mucho la trama y la forma en la que está narrado.
Se hace adictiva.

Los personajes están bien estructurados.

Por una parte, la historia de Rachel y Sam y por otra la de Rachel y Cory.

Me encanta Sam, no puedo ponerle pegas.

Rachel es la típica chica influenciable, que se deja manipular por Corey, creyendo que todo forma parte del amor, de estar enamorada.

Cory obviamente, viene a ser el personaje manipulador. En todas las conversaciones, en todo lo que se muestra de él, se descubre cierto maltrato psicológico hacia Rachel.
Como actuar, con quien hablar, a quien dejar de lado... Hasta conseguir que Rachel sienta que sin Cory no es nadie ni nada.

La trama te presenta una relación tóxica adolescente, donde a simple vista, desde fuera, se ve lo pésima que es, pero desde dentro, la chica vive en su propia burbuja, sin ser consciente de nada.

Un descubrimiento, el cual hace que caiga la venda de los ojos de Rachel, muestra la realidad de Cory.

Una discusión, un accidente, una pérdida, una culpa, un arrepentimiento y una realidad.
Son las situaciones por las que pasa Rachel hasta llegar a la verdad.
Todo esto acompañada de su mejor amigo y alma gemela, Sam.

La historia está narrada a partir de ese accidente.

No puedo dejar atrás a la familia, los padres de ambos, que viven en sus historias, dejando a sus hijos a un lado.
Ni por supuesto a Madison, esa chica "amiga" de Rachel...

Este libro es el tercero de una serie, aunque se puede leer independiente.

5/5 ⭐

El día de hoy les traigo la reseña de un libro dramático/romance, este tipo de historias me gustan porque realmente no sabes si terminaras viendo corazones o quedarás peor.

Narrado desde el punto de nuestra protagonista Rachel, ella es una universitaria ejemplar, viene de una buena familia, es la hija ideal, tiene un novio increíble, pero no todo dura para siempre y ahora ella se enfrenta a algo más grande y lo peor ni siquiera recuerda lo que lo ocasionó.

Despertando en el hospital con horribles dolores, y no solo físicos ya que se va enterando que su mundo "perfecto" se cae a pedazos, todo tiene consecuencias y esto tuvo unas muchas más graves.

No sabe nada más que ella fue la culpable de todo, esto la lleva a caer en una tristeza muy grande acompañada de arrepentimiento, se la vive en su casa esperando el final, entre tanto una persona que formaba parte de su pasado vuelve. Sam y Rachel eran amigos inseparables desde niños, uña y mugre, confidentes y esta puede ser una buena oportunidad de volver a estar juntos
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