En las islas extremas

Amy Liptrot nos cuenta su experiencia, su aprendizaje y lucha para renacer de nuevo en las islas Orcadas, lugar donde nació y del que se marchó en su juventud para (mal) vivir en Londres. Una década donde su adicción al alcohol la llevó al borde del abismo, donde su salud mental luchaba teniendo como referente a su padre (el mismo día que nació lo ingresaron en un psiquiátrico, sus episodios bipolares y de esquizofrenia marcaron sin duda la infancia de Amy), y con el que acaba volviendo cuando consigue, tras tocar fondo, salir un momento a flote...
En estas bellas memorias, la autora, alterna sus peores episodios de alcohol, drogas y agresiones, con su renacimiento en una isla de 70 habitantes, con una naturaleza marcada por los fuertes vientos, acantilados, grandes olas... donde las fases lunares y la mitología del lugar, le acompañarán a poder contar los meses que lleva sin beber alcohol y a descubrir la felicidad de maneras que nunca hubiera imaginado.

Uno de los protagonistas principales de esta novela tiene un carácter volátil, fluido, mutante. Es inmenso y te conecta todo el rato con la belleza y la libertad. Ese protagonista, es un lugar, Las Orcadas, una pequeña isla de Escocia donde nace y crece la propia Amy Liptrot y de dónde huye al inicio de su juventud por considerar el lugar poco estimulante para su crecimiento personal.

En busca de nuevas oportunidades se va a Londres, pero a lo largo de 10 años se irá dando cuenta de que allí está presa y vacía por su adicción al alcohol. Adicción que la llevara a encadenar pérdidas en trabajos, con parejas, amigos..

Y en ese intento de reencontrarse de nuevo y superar la adicción, retorna a Las Orcadas, aunque no con el fin de quedarse a priori. de una forma pausada, Amy se da cuenta de que vivir rodeada del mar, el viento, la tierra y la luna de manera directa, puede ayudarle a renovar su esperanza y restaurar su vida.

Es una novela valiente, donde se habla de las raíces, de naturaleza en estado puro. de búsquedas internas y crecimiento personal.Y es por ello que es una novela bella.

Abrazo «En islas extremas». Lo he disfrutado tanto que, al terminarlo, he sentido ese vacío que dejan los libros cuando se te meten dentro, que echan raíces.
Suena a tópico eso de que los libros nos hacen viajar, nos llevan a lugares remotos, inimaginables incluso, He aprendido mucho leyendo esta novela. He curioseado en internet, buscado emplazamientos, curiosidades, personajes e historias del folclore popular. Pero, sobre todo, he estado allí, en las islas Orcadas.
He contemplado la bravura del mar al borde de los acantilados, observado a los frailecillos o rastreado al escurridizo rey de codornices. He nadado en heladas aguas, en medio de días que no acaban o cielos estrellados que regalan una Vía Láctea tan real que parece magia.
He estado allí, atravesando el silencio nocturno de Rose Cottage mientras admiraba la aurora boreal.
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