Que Pippi es maravillosa no dejaba lugar a dudas, y menos después de leer este libro. Tenía muchas ganas de echarle mano dado que es uno de los iconos de mi infancia, por aquello de comparar las diferencias entre la historia escrita y la que vimos en televisión. Nada que echar de menos, es Pippi en estado puro: caos, diversión, fortaleza y una sensación hogareña perenne que nos hace querer vivir en Villa Villekula. Todas las estrellas. |