Ofendiditos: Sobre la criminalización de la protesta

Hoy en día el mundo en el que vivimos está casi totalmente conectado, por lo que es más fácil conocer a gente de todo el mundo y también atacarla, por supuesto a través de las redes sociales. Es muy fácil estar detrás de una pantalla y meterse con el primero que pasa por delante, aunque también es igual de fácil teniendo el poder suficiente en los medios de comunicación. Cuando esto ocurre, se cuestiona absolutamente todo, desde tonterías a causas importantes. Pero Lucía Lijtmaer se pregunta si hay un límite que no se puede sobrepasar.

Pues sí existe ese límite, por lo menos en España: la ley. Porque puede haber libertad de expresión, siempre y cuando no se agreda verbalmente a nadie, respetando a los demás sin importar el género, la raza o las creencias. Lo malo es que no es igual en todo el mundo, empezando por EEUU.

El ensayo aborda varios temas dentro del de la ofensa social actual, pero para ello la autora requiere que se entiendan varios conceptos que utilizará a lo largo de sus explicaciones: nuevo puritanismo, ofendidito o políticamente correcto son solo los más importantes.

Algo que me ha gustado mucho ha sido que Lucía Lijtmaer utiliza ejemplos de políticos, escritores, comediantes, … tanto extranjeros como españoles. Así, no solo da a entender que este tema está de actualidad en España, sino en todo el mundo. Extrapolando la ofensa a nuestro país hace que se entienda mejor y se vea más cercano todo.

En muchas cosas estoy de acuerdo con la autora, pero lo esté o no el lector, lo que se puede llevar igualmente es un cúmulo de reflexiones muy interesantes acerca de la sociedad actual. Recomendadísimo queda.

En el ensayo Ofendiditos, la periodista y escritora argentina Lucía Lijtmaer ahonda en esa problemática tan actual que es la libertad de opinión, lo que vivimos como la supuesta "dictadura de la corrección política". Este libro nació a partir de la reedición de Lolita de Nabokov y las críticas por parte de diversos sectores que atacan a la novela por su postura machista. Un libro muy cortito que se lee en un suspiro, interesante pero fugaz.

Cogiendo artículos de periódicos, webs, foros y redes sociales la autora desarrolla un estudio sobre el pensamiento de la ofensa generalizada en la que vivimos y con la que convivimos. Lijtmaer redefine y cataloga, evita todo moralismo, se posiciona ya desde el título junto al bando infantilizado de los 'ofendiditos', aquellos que acarrean banderas de movimientos minoritarios para sus propios intereses y mensajes.

Lo vuelvo a decir, OJITO con la nueva sección de “Nuevos cuadernos Anagrama” que tiene mucho que ofrecer y seguramente lo va a petar muy fuerte en los próximos meses.

Con el término OFENDIDITO pretende dar visibilidad al ninguneo que hace la rama conservadora a cualquier tipo de protesta liberal. Lo que viene a ser ridiculizar para quitar voz y posicionarse por encima.

Así, el derecho a la queja se convierte en un privilegio de unos pocos porque hemos aceptado que se demonice la protesta.

Y es que…¿dónde está el límite entre tener libertad de expresión y fomentar los delitos de odio?

He de reconocer que yo ante este tipo de discursitos e ideas tóxicas soy bastante intolerante ya que, para mí, en el momento en que se vulneran los derechos humanos básicos, se lanzan mensajes de odio hacia ciertos colectivos o se ataca a minorías ya no entra libertad de expresión posible ni estoy dispuesta a sentarme a escuchar.

Esto es sencillo: toda persona que se vuelve violenta, pone comentarios hirientes e insultantes por Internet y pasa vídeos cortados o manipulados, entre otras cosas maravillosas, no hace sino reforzar esos fantasmas que vuelven a recorrer Europa: el fascismo, la discriminación justificada y la falsa propaganda.