Cauterio

Es el cuarto y potente libro de una autora a la que sigo en su programa titulado Deforme Semanal, un pódcast quincenal muy divertido e inteligente en el que participan personajes interesantes, muy conocidos y reconocibles y que lo hace junto a la guionista y humorista Isa Calderón.

La autora es periodista, profesora de universidad , colaboradora en diversos medios de comunicación y una gran escritora como queda demostrado en sus publicaciones y en este maravilloso libro.
Nacida en Buenos Aires aunque criada en Barcelona, donde llegaron sus padres exiliados y actualmente, residente en Madrid.

Cauterio es una gran novela, una excelente obra en la que se entrelazan dos vidas lejanas, dos períodos de tiempo, dos ciudades, dos mujeres que, a pesar de la distancia, tienen mucho en común, lo principal es que las dos están fuera de su mundo, y eso es lo que vamos a descubrir leyendo esta singular y extraordinaria novela.

Son dos voces de mujer muy distintas entre sí, pero que a la vez, van a ser complementarias porque lo que las une son motivos esenciales de sus vidas, podemos hablar de la ciudad como un espacio que ambas recorren, que forma parte de sus vidas, pero además comparten las ideas sobre el amor y la pareja, ambas van a sufrir por ello y lo vamos a vivir también con ellas.

Y veamos a qué etapas nos lleva la novela y de qué mujeres va a tratar, pues nos encontraremos, en primer lugar, en el año 2014 y con una mujer abandonada por su pareja, con una fuerte depresión, que deambula solitaria igual que si fuese un muerto viviente por la ciudad, huye de Barcelona, se refugia en Madrid, arrastrando su dolor y su secreto. Y ni siquiera sabemos su nombre.

La otra mujer con la que entrelaza su vida, es una pensadora inglesa del siglo XVII , Deborah Moody, huyó de Londres buscando las nuevas oportunidades en el nuevo mundo, y nos habla desde la ultratumba.

Otro rasgo en común de las dos protagonistas, hablan pero una está muerta y la otra como si lo estuviera, pues vive como un zombi, y aunque las separan cuatro siglos de diferencia, la conexión de sus vidas es evidente.

La diferencia de edad de las dos mujeres no constituyó en ningún momento un problema generacional.

Construye personajes llenos de contradicciones, como la vida misma, pero de ninguna manera insalvables, ya que aparecen manifestándose con más fuerza y potencia, aquellos aspectos y circunstancias que las unen más que cualquier disenso que las pueda separar.

Lo que cabría añadir es que el personaje del siglo XVII, Deborah Moody, vivió sus días en el mundo real, creando un espacio de convivencia que respetaba los valores de la tolerancia y la libertad, mejorando la características de la comunidad e incluso creando la ciudad de Gravesend y el mapa explicativo de sus características y sus calles. Estos aspectos están documentados.

Y en relación al título, ¿qué sabemos sobre esta palabra? Pues según la RAE, es un instrumento con el que se cauteriza, también quemar una herida y corregir eficazmente algún error.
En la novela el cauterio es el instrumento que al mismo tiempo que saja , cauteriza y cura.

Después de leer la novela , que me ha gustado mucho, cabe, sin lugar a dudas, la reflexión, hacer un repaso a los asuntos que la autora subraya, es la consecuencia de las consideraciones que me han ido surgiendo, y expongo a continuación:

Los siglos se consumen, se desvanecen dejando que los años y los días vayan cayendo de los almanaques.
Así ocurre, en este viaje incesante de los siglos, de los siglos a los que llamamos historia, historia universal si queremos hacerla más grande que, con sus matices, más o menos marcados, son semejantes en esencia para las mujeres.

Por eso, quizás, esta novela de Lucía Lijtmaer, pasa de siglo a siglo sin estridencias, sin que existan apenas distancias demasiado concretas para las mujeres que cubren la historia en este libro.

Hay cambios, sí claro, nos los podemos negar, pero las mujeres en todo tiempo y lugar siempre acaban quedando fuera del paraguas en el que se recogen los derechos humanos.

El amor romántico se ha enseñado a las mujeres como única vía de alcanzar la felicidad, el amor romántico, un pozo profundísimo en el que van cayendo las mujeres como zombis sin alma y del que es dificilísimo salir.

El amor romántico y sus dictados para las mujeres se pierden en la noche de los tiempos, desatar la impotencia y el dolor será imprescindible para sobrevivir, para conseguir renacer cauterizando cuantas heridas haya ido dejando el suplicio del desamor.

Leyendo el libro, leyendo a Lucía Lijtmaer, he recordado la certera y gran frase del Gatopardo: “Si queremos que todo siga como está, es preciso que todo cambie”.

La paradoja de Giuseppe Tomasi di Lampedusa es una contradicción aparente, que formula Tancredi Falconeri, dirigida a su tío don Fabrizio Salina, frase que se extiende en el tiempo, alargadísima y que me lleva a poderla repetir en esta novela ya que alcanza a las mujeres en todo tempo y lugar.

En esa red aprendida del amor romántico quedamos atrapadas como moscas indefensas.

Un libro muy recomendable para salir de lo pautado y establecido. Aire fresco para los pulmones y oxígeno para el cerebro.

Una espléndida novela, arquitectura literaria moderna, inteligente, bien escrita, con fuerza, sentido, y mucho sentimiento.
Fuerza reivindicativa de mujer...historias humanas, sin exceso feminista,de hoy mismo, y de ayer... del siglo XVII, en el orden que se quiera, intercaladas de forma magistral, hasta convertirse en una sola aventura.
Dos mujeres separadas en el tiempo y unidas por su capacidad de lucha y resistencia a las inclemencias sociales, en forma de desamor, y su búsqueda de pertenecer a un mundo que las zarandea, y aparta, tal que muñecas de vudú.
Una lectura sencilla, pero compleja de fondo, ambas te hablan en primera persona, te reflexionan a tí, y que me obligó a releer algunos párrafos, incluido su final, para que no se me escaparan detalles, y aún así tengo la sensación de que algún escape hubo.... seguro 🧐.
Libro para mí difícil de reseñar, y si tuviera que simplificar al máximo diría:
"Historia real de una heroína del siglo XVII, novelada en nuestros días, para unir dos tiempos distantes, pero no tan distintos. Mismas complejidades, y dilemas, con cuatrocientos años de diferencia...."

Recomendable 100% este libro de Lucía Lijtmaer que si da lo que anuncia:
cauterio para el que lo lea.

Cauterio me ha picado mucho por dentro. No sé cómo describir lo que he sentido leyendo este libro... He leído variedad de críticas de la obra pero creo que, en algo estamos de acuerdo todos los lectores de Cauterio, y es en que hay que leerlo.

La autora nos habla de dos mujeres, distintas entre sí, que desarrollan su historia en épocas y culturas muy alejadas. Y aún cuando parece que estás leyendo dos vidas muy diferentes siempre hay algo que las conecta. Esa soledad aprehendida de las dos cuando su vida empieza a desteñir, esa sororidad entre mujeres de la misma comunidad, esa rabia interna que se siente cuando todo lo que creías bien se desmorona, esa lucha por conseguir un amor de verdad porque ambas han crecido consumiendo una mentira... Las dos salen adelante aunque lo que consigue pasar de sus almas es bastante gris-oscuro. Es lo que pasa con la vida cuando te defrauda, cuando te encasilla en un rol de género con el que tienes que cumplir y además, estar de acuerdo.

Me han desgarrado algunos de los capítulos de la mujer de nuestra época, en los momentos en los que narra lo que siente en una relación claramente dependiente, en la que no es del todo ella y aún así, expresando su deseo de que no se acabe mientras va viviendo los que serán los últimos momentos en pareja. Me ha conectado con la parte más triste de mí.

Por último, decir que me ha encantado conocer a Deborah Moody y toda su historia que he rescatado a raíz de la novela.

Dejo un pequeño fragmento para que leáis como escribe Lucía: "Últimamente no tengo claro cuál es la reacción correcta, porque a veces me equivoco y te decepciono, y cuando eso pasa, tu mirada tan distinta del arrobamiento de cuando nos conocimos me genera un miedo enorme y mi agujero interior crece y crece y lo llena todo y yo acabo hueca."

Puede que haya dejado pasar demasiado tiempo desde que este libro empezó a acaparar comentarios y reseñas, pero no sé si el suficiente como para que ese espacio indefinido me permita valorarlo como una lectura más y no como una trampa del marketing en la que he caído sin poder evitarlo.

No conocía a Lijtmaer más que de saber que tiene publicado uno de los Cuadernos de Anagrama y por el pódcast, del que solo he escuchado algún fragmento suelto. Aun así, solo con esa breve información me decidí a leerla.

No puede decirse que sea una mala escritora, diría que sí que tiene un estilo que engancha, un cierto cuidado de las palabras que, sin embargo, no evita que en el interior de ellas pueda existir quizá demasiado aire.

Creo que la historia que se cuenta en Cauterio, con un mínimo de pensamiento y reposo, podría haber sido más de lo que ha resultado. La estructura de capítulos cortos en los que se van alternando las historias de las dos protagonistas permite que sea una lectura ligera y que realmente desees llegar hasta el final para ver cómo consigue la escritora ligar estos dos tiempos, sus respectivas luchas y huidas. Una ligadura que no está bien conseguida, como ese tiro de gracia en un partido cualquiera de baloncesto que, en el último segundo y tras la mirada atónita del público, no consigue ser encestado.

Aun con esto, para mí, de las dos tramas que presenta la novela, la perspectiva más interesante es la de Deborah Moody, mujer inglesa del siglo XVII que tiene que huir de su país y que tiene un papel relevante en las colonias americanas. Una trama con bastante más peso que la que sucede en este siglo, donde, quizá, solo asistiremos a la vida burguesa de una mujer que ha sido abandonada por su pareja y que, pese al pretendido drama y reflexión sobre la actualidad de las relaciones y la sociedad, no es tomada en serio más que como contrapeso a la historia anterior.

¿Es entonces una mala novela? No lo creo. Más bien creo que ha sido un reflejo de la prisa por publicar. Desconozco el tiempo de creación real del texto pero siento que la autora tiene mucho más que dar que lo que nos ha presentado en este libro.
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Puede que construir una historia con dos tramas paralelas sea complejo. Puede que la autora de origen argentino Lucía Lijtmaer, asentada desde hace años en Barcelona, consiga mantener la intensidad de las dos tramas mejor o peor, pero lo que verdaderamente cuenta es que consigue captar la atención del lector a través de dos voces. Una voz de mujer sin nombre, del presente, que intenta sobreponerse como puede tras una relación emocional, tiránica y abusiva, y una voz de mujer del pasado, enterrada en una playa, sin acabar de asumir su muerte, que también sufrió una relación emocional tiránica y abusiva. de cauterizar las heridas es de lo que se trata, de superar las heridas provocadas, en el fondo, por una sociedad patriarcal que las oprime y las oprimió, limitándolas a unos roles de género de los que tratan de huir.
Que las dos tramas estén interconectadas también, por el tema del urbanismo es lo que menos me ha interesado, aunque me ha llamado especialmente la atención que la voz del pasado, inspirada en Deborah Moody, sea una persona real, de origen británico, que huyó al Nuevo mundo en busca de oportunidades y organizó diversos asentamientos coloniales, descritos por Lucía Lijtmaer como algo parecido al “protofeminismo”, desde Salem hasta Nueva York, para acabar convirtiéndose en una líder anabaptista y en la diseñadora del primer trazado urbanístico de Gravesend (hoy Brooklyn) en Long Island. Todo eso en pleno siglo XVII, lo que le valió ser considerada como una mujer peligrosa, pero temida por su poder económico.
Sin embargo, lo más interesante de “Cauterio”, novela que fue publicada en abril de 2022, es la desmitificación que hace del amor romántico y la sororidad, al mismo tiempo que rompe con la idea de que el machismo esté ligado exclusivamente a una ideología conservadora. La autora describe a las dos protagonistas femeninas con todos sus claro-oscuros, con sus pensamientos suicidas y apocalípticos, como una respuesta a las traiciones vividas, que conducen a la depresión y a los deseos de venganza. Y tal vez, la venganza final de una de ellas tenga un punto grandilocuente, o tal vez no. Quizá esa venganza sea más necesaria de lo que pensamos. Lo que está claro es que esta novela no tiene nada de pretenciosa, como opinan algunos. Lo que quizá sí es algo desconcertante y fascinante su final, un final donde el flirteo de Lucía Lijtmaer con el realismo mágico se hace muy patente.

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