Enártika, el Reino de la Sombra

Que el tono rosa de la portada no os engañe, esta historia os atrapará en el momento que leáis la primera página y os irá despellejando el corazón letra a letra.
Lidia, nos plantea un mundo acosado por La Sombra, un extraño ser que aparece una vez al año para secuestrar niños a los que nadie vuelve a ver jamás. Nunca en el mismo lugar. Nunca en la misma fecha. Nunca a la misma hora. Ante la carencia de patrones es imposible protegerse de ella ni prever su visita.
Nos encontramos una historia peculiar en cuanto a personajes se refiere puesto que no hay un protagonista claro que lleve las riendas de la historia, sino que la historia es la protagonista en sí misma y todos los personajes que intervienen en ella tienen importancia desempeñado su papel.
Esta historia no tiene un punto álgido para, llegando al final, devolver al mundo de la obra a la normalidad, sino que es un declive continuo que mantiene al lector pegado a las páginas con el alma en vilo en todo momento con un final imprevisible, sorprendente e incierto que te deja con ganas de más.
Enártika es una obra maestra a la que, si tuviera que sacarle algún pero, sería la multinarración en primera persona. Me gusta este tipo de narración siempre y cuando las riendas de la misma sea siempre llevada por los mismos personajes, sin embargo, la intervención de personajes sin fuerza en la historia que narran exclusivamente dos capítulos, pudiera dar la sensación de falta de destreza para transmitir el desarrollo de los acontecimientos de otro modo que no sea desde un narrador protagonista.
No obstante, esta novela está escrita con tal maestría que ni esta crítica logra bajarle la puntuación. Estoy deseando hacerme con Auras Negras, la otra novela de Lidia porque he disfrutado Enártika como hacía mucho que no lo hacía de un libro.