Los besos de Lenin

Una saga familiar atípica y la historia de China del s. XX (y su proyección en el pasado). Esto sería una reseña concisa de Los besos de Lenin, de Yan Lianke, novela publicada por Automática Editorial en 2015 (el original en chino se publicó en 2004), con traducción de Belén Cuadra Mora. Pretender resumir así un libro de 600 páginas es una temeridad. Por ello, vamos a in-tentar desentrañar el texto en unas breves pinceladas.Lo primero en que debemos fi jarnos es en el índice. Intentar no buscar respuestas rápidas, dejarnos llevar y especular (espectacularmente). Los números juegan un papel impreciso y discreto –la curiosidad lectora hallará respuesta en las páginas centrales del libro–: «Ya ves, en plena canícula estival cayó una gran nevada que lo cubrió todo de blanco.
que dejó tras de sí un mundo impoluto.Sobra decir que con esta gran nevada que asoló la sierra Balou [...] llegó la tragedia a estos montes y a los aldeanos de Buenavida que habitan en ellos».Ya en las primeras páginas, nos encontramos con una de las características esen-ciales del libro: las descripciones de los personajes, el clima y la naturaleza que re-flejan las historias, temas y acontecimientos que asolan a los habitantes del pueblo. Escrita en dos niveles –la narración de la historia en sí y las acotaciones de pa-labras (y sus usos) junto a explicaciones históricas y culturales–, poco a poco, se va construyendo una novela gigante, que intenta abarcar el panorama de un país inmenso reducido a unos montes donde habitan ciegos, sordos y cojos:«Al saber de una sordomuda, un ciego y un paralítico que vivían en un paraíso sin estrecheces acudieron en masa discapacitados de aldeas y pueblos cercanos, e incluso de otros condados».A través de personas ancianas, tullidas y discapacitadas que conviven en unos montes que les proveen de todo lo necesario, se articula un intento de explicar la historia y el recorrido de la China contemporánea. Entre esta villa de desposeídos, sobresale la figura de Mao Zhi (abuela y matriarca de un clan exclusivo de mujeres), revolucionaria, luchadora y valiente anciana que les guía y aconseja: «Mao Zhi había pasado por todo tipo de avatares en la vida y sus experiencias eran tantas como las briznas de compacta hierba de la ladera».Por otro lado, aparece un astuto y egocéntrico jefe del condado, Liu Yingque. Desde las primeras líneas conocemos el rencor, el menosprecio y las dudas entre ambos personajes:«A continuación, la anciana hundió los labios en las encías medio desdentadas y escupió con furia al jefe del condado en la cara. El restallar del salivazo fue tan estreme-cedor que hizo temblar el denso aire que se respiraba sobre el camino como una gran masa blanquecina que se tambaleara por un impacto».Una relación que vertebra las páginas del libro. Sobre un pequeño pueblo se construye (nunca mejor dicho) la historia global. El jefe del condado busca una salida universal en un mundo globalizado:«Aquí no hay fábricas ni minas, por lo que solo nos queda apostar por el turismo».Y para ello concibe un plan extraño y paradójico. Un mausoleo que se sub-vencionará con los miles de turistas que lleguen a visitarlo. Para su construcción, impone/dispone la creación de una compañía de artes escénicas con las cualidades excepcionales de esos hombres y mujeres maltrechos de las montañas de Balou:«Los discapacitados eran los protagonistas de la compañía y los enteros, personajes secundarios».Las peripecias se suceden mientras la propia narración va dando saltos tem-porales, contando la historia de los personajes principales, sus vicisitudes y cómo
189Los besos de Leninhan llegado al momento presente. Todo ello bañado por un lenguaje y metáforas apabullantes:«Hay quienes han venido al mundo para hacer cosas extraordinarias y quienes viven aguardando el prodigio mientras pasan los días como personas corrientes».Finalmente, tras meses de recorrer todas las provincias de China, la vuelta in-minente con la inauguración del mausoleo. Describe de manera magistral lo que supone el turismo de masas sobre espacios naturales. Y el impacto -físico y mental- sobre los protagonistas de una aventura, en una metáfora que abarca todo el libro y que nos habla de lo individual y lo colectivo, el bien común, la solidaridad y sus múltiples formas cuando aparecen el dinero, el egoísmo y el individualismo atroz. O, también, cuando otros -a los cuales se considera de menor valor o capacidad- sobresalen y triunfan. La envidia, la avaricia y la violencia aparecen de manera des-carnada y nos ponen delante de un espejo incómodo y doloroso.En definitiva, nos encontramos ante un libro de lectura sosegada, con libreta y lápiz, paciencia, valor y, sobre todo, visión de conjunto:
«El aire olía al agua salada de las lágrimas».
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Muy divertida, aleccionadora, crítica, curiosa... Yan Lianke me vuelve a sorprender (este es el segundo libro que me leo) y esta vez lo hace con una tragicomedia que discurre ágil y entretiene a la vez que instruye.
¿Cómo mostrar el desvarío de un funcionario comunista que sucumbe a la corrupción capitalista? Simple, comprando la momia de Lenin para ser expuesta en un mausoleo que visitarán cientos, miles, millones de personas. La idea es realmente original a la par que descabellada, pero tiene todo el sentido del mundo. La ambición del funcionario (un proyecto así puede hacerle ganar puestos en el partido) se ve compensada por la idea de convertir una zona pobre en una zona próspera donde todos los habitantes lleven una vida cómoda y despreocupada al margen de la agricultura y las hambrunas que ésta provoca. El cuento de la lechera en versión china. Las entradas del mausoleo primero se venderán a veinticinco yuanes pero pronto pasarán a ser cien, doscientos, mil yuanes... ¡Que alguien siga multiplicando! A los ojos de todos los funcionarios (a ninguno le parece una idea funesta, y si le parece calla como un muerto) nada puede salir mal, todo lo contrario, piensan que el dinero correrá a raudales por los montes de Balou entre los habitantes de Buenavida.
Tan sólo hay un pequeño inconveniente, y es cómo conseguir el dinero para viajar hasta Rusia y ofrecer una cantidad suficiente para adquirir los restos del camarada Lenin. El jefe adjunto Liu Yingque tiene una idea genial: formar una compañía de variedades con todos los habitantes del pueblo. ¿Quién no querrá ver cómo se ponen en ridículo tuertos, mancos, lisiados, ciegos...? Es el pequeño detalle que aún no habíamos contado: la mayor parte de los ciudadanos de Buenavida son discapacitados, las llamadas "personas enteras" son una minoría.
Y con todos estos mimbres Yan Lianke construye una historia que no tiene desperdicio, con personajes muy interesantes (a través de la vida de Mao Zhi, la anciana, se cuenta gran parte de la historia de China) como el propio Liu Yingque (esconde un pasado que no quiere salga a la luz), situaciones rocambolescas, muy divertidas, y una crítica a comunismo y capitalismo como síntomas de una condición humana que ha demostrado ser siempre determinante a la largo de la historia de la humanidad. Muy buena novela.

La magia de Yan Lianke, así deberíamos empezar todas las reseñas sobre este autor y quizás es lo único que podemos decir de él y bastaría. de tres obras que llevo del autor, tres me han encantado. Es muy difícil que un autor llegue a incluir en su libro risas, lloros, lamentaciones, historia y también crítica socio-cultural. Así es Yan Lianke, en unas cuantas páginas consigue que te adentres en su mundo y ya no quieras salir nunca. Sin duda, este autor es mi descubrimiento del año.

Los Besos de Lenin vuelve a ser una crítica hacia su país natal, la manera de proceder y ese régimen que lo oculta todo y maltrata a la población. En forma de una historia de una pequeña aldea en un monte, Yan Lianke nos traslada los problemas de discapacitados que viven en comuna y que buscan la independencia para que dejen de aprovecharse de ellos. Su líder, Mao Zhi, sin duda es el gran personaje del libro, y no quedaréis irrelevantes hacia ella porque el autor indaga en su historia gracias a flashbacks para explicar lentamente porqué Mao Zhi busca la independencia de Buenavida. También os encontraréis personajes como Liu, un funcionario comunista con deseos de ser elogiado y distinguido y al que le obsesiona el éxito.

El libro empieza siendo una comedia y termina siendo una tragedia en algunas partes, así que no hay mejor definición para el que ser una tragicomedia. Un libro que relata una historia tan cruda con humor y con una base realista hasta tal punto que está prohibido en China, por algo será, porque desvela procedimientos muy poco adecuados. Entre sus páginas os encontraréis emociones, porque lo que más os va a hacer sentir este libro es una montaña rusa de emociones.

No sé que haré en mi vida pero lo que tengo claro es que quiero leerme todos los libros de Yan Lianke, es lo único que tengo claro de la vida.
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