Por qué me comí a mi padre

Escrita en 1960 la historia que cuenta se desarrolla en el Pleistoceno donde una serie de homínidos africanos pertenecientes a una horda, y dirigidos por Edward (si, los nombres son totalmente british) son testigos protagonistas de la evolución en sus propias carnes (literalmente) Narradas sus aventuras y desventuras por uno de los hijos del patriarca, Ernst (no decía yo que eran muy ingleses) cuenta las diferencias de ánimo de su padre y uno de sus tíos (Vania) más cercano al mundo natural que al progreso, inevitable, para su especie.

Desde la razón para el bipedismo, los peligros a los que se ven expuestos, la descripción de un volcán, el nacimiento de la endogamia, el descubrimiento del fuego (y su dominio, sobre todo esto), la situación de la mujer, los problemas de intolerancia con otras hordas, la adaptabilidad misma, hasta el amor ¡qué bonito es el amor!, todo es descrito con un humor tan irreverente y sarcástico, que va más allá de las teorías antropocéntricas (desde entonces muchas de las ideas del libro han sido rebatidas, y revisadas). Es una lectura muy agradable, muy divertida, incluso creo que imprescindible para entender de donde venimos. Es esencial comprender quienes hemos sido, tomar nuestra historia (la de la humanidad) con sentido del humor para, con éste mismo, quitarle gravedad a los problemas de nuestro "tecnológico" y mediocre siglo XXI. Y digo mediocre, si, porque el gran abismo fue precisamente convertirnos en humanos desde los hombres mono que fuimos, ese, creo yo, fue nuestro gran acierto, nuestro gran milagro.

El libro está repleto de situaciones desternillantes: "Parecía que un enemigo había abierto una herida en ese monte, cuyas vísceras se derramaban por esa oquedad o también que a la montaña le había dado un cólico hepático y estaba vomitando"; "Hace poco tuvo un accidente con un rinoceronte. Un choque frontal: los dos andaban muy distraídos y no miraban por donde iban. El impacto le ha dejado el olfato tocado, además sufre algo de astigmatismo. ¿Y el rinoceronte? Nos lo comimos..."

¿Y qué hay del título? Éste no es más que la consecuencia lógica de las circunstancias, la evolución en sí misma, las emociones humanas, y... ¡vaya, que nadie es imprescindible! mucho menos cuando hay hambre.