Fauna / Desplazamientos

En Fauna tenemos un Levrero pleno de ironía. Toma un aire detectivesco, reflejando el gusto de Mario por la novela policíaca. El personaje principal, quiosquero a ratos y columnista en un periódico sobre temas parapsicológicos; recibe la visita de una mujer despampanante, rubia de película, que impresiona a nuestro hombre. Dicha mujer pide que trate de liberar a su hermana del sometimiento que ejerce sobre ella un mentalista. Levrero despliega en él toda su inventiva. Muy entretenido.
Por su parte, Desplazamientos es una obra de corte más experimental, la misma narración se repite con distintos desenlaces, donde no sabemos cual será el real, pues parecen más bien elucubraciones del propio personaje. La acción ocurre en una pensión, que hereda un hijo de su padre recién fallecido; al parecer éste era odiado por los inquilinos. El hijo se plantea si es verdaderamente distinto a su padre o la sombra que proyecta sobre él lo puede atenazar. Una mujer de la pensión, ejerce a su vez un enorme magnetismo sobre él. Las ensoñaciones y realidades del personaje se confunden en un relato ambiguo que Mario nos aclara en los últimos párrafos de la obra.