El discurso vacío

El personaje principal, identificable con Levrero, se plantea mejorar la caligrafía. Para ello tratará de no centrarse en el discurso que pueda desviarle de su propósito principal. Tratando de mejorar su letra, ello le redundará un estado de ánimo relajado, que haga que fume menos compulsivamente. En sus ejercicios tiene distracciones, como él llama. Es decir, su mujer Alicia, el hijo de ella, Juan Ignacio, el perro Pogo y la incursión de un gato que subleva a Pogo. También tienen lugar los sueños que tanto se producen en su obra, principalmente sueños eróticos con mujeres poco agraciadas que confunden al narrador. Se produce la angustia kafkiana en el narrador y personaje principal, clave en algunos libros; en su agobio por un espacio molesto, lleno de interrupciones y ruidos de los que no puede desconectar. Narración que mantiene similitudes con dos destacadas obras suyas: Diario de un Canalla y Burdeos 1972.