La tregua

Si en Si esto es un hombre, Primo Levi pasaba casi dos años en el campo de concentración de Auschwitz, parece que al acabar ese libro con él terminaba el suplicio, pero para nada fue así. Es cierto que nada se puede comparar a lo que vivió en el campo de concentración, pero bien es cierto que después tampoco tuvo mucha suerte.

En este libro nos habla, eso sí, como siempre, con un toque de alegría, incluso a veces de humor, sobre todo lo que vivió, que no fue muy agradable. Después de Auschwitz, tuvo que recuperarse de una enfermedad que afectaba a sus pulmones. Pero no le dio tiempo suficiente a terminar esta recuperación, cuando los rusos le mandaron a un campo de trabajo. Consiguió salir de allí, y llegó a un campo de refugiados, en el cual se estableció bien como ayudante farmacéutico del médico, gracias a manejo de varios idiomas, entre ellos el alemán. No obstante siguió pasando hambre, y cuando por fin los italianos iban a ser repatriados, los mandaron más al norte, a Rusia. Hambre, frío, enfermedad, es lo que les deparaba a todos estos hombres y mujeres, italianos, griegos, franceses, ingleses, que ya bastante mal lo habían pasado durante la guerra.

En este tomo sobre todo conocemos a muchos de los italianos que estuvieron en el campo de refugiados de Katowice, durante el final de la guerra. Allí, dieron uso de sus múltiples habilidades para buscarse la vida. Algunos robaban, otros compraban mercancía a precios irrisorios, para luego venderla más cara. Primo Llevo nos cuenta las desventuras de muchos de sus compatriotas, dando un toque de alegría al libro, pero sin olvidar sus historias de antes de la liberación. Todos ellos sobrevivieron como pudieron a los campos de concentración nazis, y muchos de ellos contaron sus historias, por lo que Levi después pudo describirlas en este libro.

Otro tema que en este libro Primo Levi explora es el trato que se le hacía a la mujer, no solo en los campos de concentración, sino también en el de refugiados. En los primeros, a lo que sufrían los hombres como hambre, sed, trabajos forzados… se unía la explotación sexual. Además, en los campos para refugiados, siempre había algún hombre que violara o vendiera el cuerpo de mujeres, que maltratara a alguna de ellas. Porque, gente mala hay en todas partes, y no solo los nazis sabían sobre humillar y abusar de los demás.

En definitiva, el testimonio de Levi sigue y seguirá siendo muy necesario en esta o cualquier sociedad futura, por lo que esta trilogía no debería quedar en el olvido. Por supuesto, la terminaré con el último tomo próximamente.