La joya de Laura

Es esta una primera obra, y se nota. Se nota ante todo por su ímpetu, su audacia y su alegría y deseo de contar, de disfrutar de una historia. También hay, a mi juicio, algún elemento que podría sobrar, que tal vez estaría de más en la (por otra parte compleja y muy bien llevada) trama, pero no llega a emborronar el conjunto, aunque a mí personalmente llegó a distraerme un tantito.

En principio parece un asunto sencillo: un día (con un epílogo en forma de celebración que resuelve nuestras expectativas sin forzarlas), dos espacios; un momento crítico y un equívoco que da lugar a una tentativa de golpe ¿perfecto? (deja que me ría, que también, que esta actitud de ligereza y comedia a lo Ealing está presente, para nuestro bien). A partir de ahí el autor empieza a manejar los hilos introduciendo más y más personajes que en ningún momento colisionan entre sí, que no se amontonan si no que enriquecen, que van forjando un relato divertido, con mucha justicia, y aún más ternura, joie de vivre.

Es difícil apostar por este tono de comedia de enredo sin caer en lo tosco, pero aquí se consigue plenamente. Es este un libro "que crece en tí", mejor construido que muchos otros famosos vendedores de épicas sonrojantes: no dejéis que su superficie modesta os lleve a pensar que lo olvidaréis una vez leído: yo lo leí ya hace unos meses, y cada vez que vuelvo a él lo recuerdo mejor y mejor.