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El libro nos presenta a Bess una chica adolescente que por desgracia acaba de perder a su familia accidente de tráfico en el cual ella tambien iba pero consiguió salir ilesa. Su infierno no terminó ahí porque desde el día que fue rescatada del accidente siente que alguien la observa y la persigue en todo momento y hace y dice cosas que luego ni se acuerda. Durante uno de esos momentos en los que pierde la cabeza Bess se corta las venas de sus muñecas y a duras penas sobrevive a ello, todo gracias a su tia que es quien cuida de ella ahora. Por más que intenta recordar no consigue recordad porque lo hizo, esta seguro que no quiso suicidarse pero sus allegados piensan totalmente lo contrario. Una noche, unos de los seres que la acechan (y vaya ser) hacen acto de presencia y en este momento descubre que sus heridas no son comunes y tampoco se las hizo ella sino que son unas marcas que la señalan como un sello que debe desaparecer para que el Apocalipsis llegue. Después de todo este lio es el pequeño tinieblito quien cuida de ella, Mikhail. A mi me encantó esta primera parte de la trilogía. Estoy enamorada de ambos personajes. |
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