El honor del Dracofénix

Al-Hakkai, el príncipe elfo de la ciudad de Hassidim, está a punto de casarse cuando una serie de terremotos tienen lugar, destrozando la mayor parte de la ciudad. Dichos terremotos se suceden en una serie que se repite, por lo que, la idea de que es un fenómeno natural queda descartado. Al-Hakkai, junto a su grupo de guerreros y su hermana, se aventura en la misión de ir a los reinos de los enanos y los humanos para crear una alianza, averiguar quién emite esos terremotos y acabar con él.

Al principio, pensaba que la historia no me iba a gustar porque la narración me parecía un poco superficial. Comienza con un instalove, de los más precipitados que he leído nunca y eso como que me tiraba para atrás. Aunque este asunto queda relevado a un segundo plano durante la mayoría de la historia. La historia avanza muy rápido durante los primeros capítulos, por lo que no te da tiempo a conocer a los personajes que se nombran y que, después, tienen bastante importancia en la narración. Aunque llega un punto en el que la historia mejora considerablemente y no puedes soltar el libro hasta acabarlo.

Con esta historia nos aventuramos en un mundo de fantasía épica que me ha maravillado. Se divide entre el reino de elfos, el de los enanos y el de los humanos. Podremos ir conociendo dichos mundos según nuestros protagonistas llegan a ellos. de hecho, se puede ver un atisbo de steampunk en el reino de los elfos en las primeras páginas. Es cierto que me hubiera gustado ver un poquito más de este desarrollo y que, de las tres culturas, quizás de las que más conocemos es de la del mundo de los enanos y me gustó mucho como muestra a estos seres fantásticos. Un pueblo que habita en una montaña y que, principalmente, se dedica a la minería y a la creación de runas. El autor nos explica el origen de este pueblo, sus dioses, su cultura... Me hubiera encantado apreciar esas cosas en los humanos y un poco más de desarrollo del steampunk de los elfos.
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