La voz del ángel

Frédéric Lenoir, filósofo y sociólogo francés, ha escrito más de cincuenta obras entre las que se encuentran ensayos, novelas, cuentos y enciclopedias. Ha vendido más de setecientos millones de ejemplares en todo el mundo y ha sido traducido a más de veinte idiomas. Tiene un gran compromiso social con los animales y la educación siendo fundador y colaborando activamente en múltiples asociaciones.

"La voz del ángel" es su última novela y con ella trata de ofrecer al lector una serie de reflexiones sobre todo tipo de temas a través de unos personajes entrañables y completamente antagónicos.

A través de un estilo directo, sencillo, accesible y fluido, el autor centra su narración en los diálogos que mantienen los protagonistas, a fin de conseguir que la atención del lector recaiga principalmente en ellos, dejando de lado las descripciones minuciosas. Es por ello que se podría decir que la novela es una larga conversación entre Blanche y Hugo interrumpida en diversos momentos por acontecimientos puntuales o situaciones que empujan la historia y fomentan el cambio de prisma o temática a tratar. Dichas interrupciones consiguen que el lector no se abrume ni le parezca densa e intensa la lectura.

La historia se encuentra ambientada en dos tiempos y hablantes diferentes. Por un lado, encontramos a la propia Blanche en 1945, y por otro una tercera persona que describe lo acontecido en 2019. A pesar de que, en un principio, no parezca haber relación entre ambos acontecimientos, a lo largo de la novela se va descubriendo la importancia que el primero tuvo sobre el segundo haciendo entender a Blanche.

Los pocos personajes y escenarios concentran la acción en la relación entre Blanche y Hugo, los cuales presentan dos puntos de vista completamente diferentes, que enfrentar los lados antagonistas de la vida; muerte y vida, juventud y vejez, sabiduría e inexperiencia y optimismo y pesimismo, y que por circunstancias del destino se ven obligadas a pasar tiempo juntos forzando así el intercambio de ideas y formando una relación de amistad intensa y basada en el aprendizaje mutuo.

El amor que siente el autor por la poesía de Víctor Hugo se convierte prácticamente en un abierto homenaje, dada la cantidad de referencias que se hace al escritor francés; cartas, poesías, biografía y obras circulan entre las páginas del libro y se relacionan con la historia que Frédéric desarrolla. Además de Víctor Hugo, la obra está dotada de numerosas aportaciones culturales, filosóficas, musicales, artísticas y literarias.

La brevedad de los capítulos permite leer la novela casi de una sentada, debido a que, en cierta forma, el lector se siente completamente atrapado y sumergido en la trama.

Son muchos los temas que el autor trata a lo largo del libro, por ello solo destacar algunos como el ecologismo, la política, la guerra, la familia, la vocación, la religión, la muerte, las relaciones o la libertad. del mismo modo, se condensan valores universales como la bondad, la solidaridad, el amor, la superación o la amistad.

Gracias a estos personajes que representan el pesimismo moderno versus el optimismo maduro cualquier tipo de lector se sentirá identificado y se reconocerá en uno u otro bando consiguiendo sentirse involucrado en la historia.

Por destacar algún aspecto negativo mencionaré la rapidez con la que la relación de amistad entre ambos protagonistas no solo nace, sino que se llega a profundizar desarrollando una serie de conversaciones de lo más filosóficas y trascendentales desde el primer momento. Dichas reflexiones pueden encontrarse algo forzadas si el lector focaliza su atención más en la acción que en el diálogo en sí.

Si bien el final es esperanzador y predecible, la finalidad de la obra no es sólo narrar una historia de amistad entre dos personas de generaciones completamente diferentes y lo que ella puede aportar, sino que trata de enfrentar, en cierto modo, al propio lector a una serie de temas vitales que en algún momento de su vida ha debido cuestionarse.

Por ello, se podría decir que "La voz del ángel" es una novela muy completa que trata sobre la globalidad y complejidad que envuelve al ser humano, regalándoles un hálito de esperanza a través de estos dos personajes, tan entrañables como dispares, y dándonos la oportunidad de reflexionar y aprender sobre nosotros mismos como seres humanos y sociales que tienen una misión en la tierra.

En definitiva, un libro para leer despacio e ir saboreando cada una de las premisas en las que se encierra tanta sabiduría, optimismo y bienestar a lo largo de sus páginas haciendo cambiar al lector su visión del mundo.

Emocional, sencillo y filosófico libro que descubres en sus páginas que vuelan.

La calidad humana de Blanche es inmensa, adorable y vital. Me ha recordado a las abuelitas de antes: canosas, con aroma a vainilla y ojos dulces que muestran que la vida se le escapa de las manos. Ella es la que va marcando el camino de Hugo, la que intenta darle una visión de la vida positiva y alegre.

Hugo, me ha parecido un poquito menos real, no lo he identificado tanto con los chicos de 20 años ni con la manera de actuar de esa edad,aunque es un personaje rico en detalles y matices. Ambos forman una pareja rara y a la vez bonita.

La trama principal se basa en la necesidad de morir de Blanche por decisión propia, y el ingreso en el hospital de Hugo por intento de suicidio. Las conversaciones entre ambos son muy filosóficas, llenas de ricos matices, de poemas de escritores, de amor, de añoranza, de tiempos pasados. Es para mí lo mejor de este libro, te enriquecen esas conversaciones. Es cómo una ética de la vida. Los dos hablan sobre un montón de temas, y de una manera ágil y rápida, coloquial.

Lo que menos me ha gustado, es el tema de la reencarnación y cómo la enfoca el autor.

Es un libro muy sencillo, con capítulos cortos en presente mayoritariamente, y unos cuantos en pasado evocando las vivencias de Blanche.

Si os gustan los libros sobre cuestiones de la vida, filosofía y ética leedlo, no tiene desperdicio. Sino, se os puede hacer pesado, ya depende de gustos.

Hoy vengo a hablaros de una novela de esas que te dejan con una sonrisa bobalicona tras su lectura, en la que a pesar de que la historia en sí sea triste te quedas con una buena sensación tras leerla. Es uno de esos libros que cuando empiezas a leer ya no lo sueltas hasta el final. Os hablo de «La voz del ángel» del filósofo y escritor francés Fréderic Lenoir.

Blanche es una mujer ya entrada en años que se encuentra ingresada en un hospital pasando los últimos días de su vida. Allí llega un joven que ha intentado suicidarse, Hugo. El motivo es porque no se sentía con fuerzas para afrontar nuevamente el suspenso del examen de acceso para estudiar medicina. Blanche intentará por todos los medios transmitirle su amor por la vida, el placer de las cosas cotidianas y ambos establecerán un vínculo muy especial.

«La voz del ángel» como os podéis imaginar es una historia en la que no hay sobresaltos, llana, sencilla, pero con unas enseñanzas maravillosas. Lo mejor de esta historia es todas las frases y referencias filosóficas que la protagonista nos va dejando como buena profesora de filosofía. Una historia contada de una forma sublime por el autor donde destacar su buen hacer con el lenguaje y el manejo de las emociones que sobrepasan el papel para llegar al lector y sentirte muy cercano con estos personajes que no serán fáciles de olvidar.

A medida que la historia va avanzando vamos viendo como el pesimismo de Hugo a veces gana a las ganas de vivir de Blanche y, en ocasiones ocurre lo contrario. Encontramos reflexiones acerca de la vida que cualquiera nos podemos plantear todo ello mezclado con versos de Víctor Hugo que encajan perfectamente.

«La voz del ángel» es una novela breve, que se lee en un suspiro gracias a su prosa sencilla, sus capítulos cortos y donde predomina el diálogo constante entre nuestros personajes. No salen muchos más, solo los necesarios para que el contexto tenga sentido, pero ellos dos son capaces de llenar la historia con sus conversaciones.

Creo que «La voz del ángel» es una novela enriquecedora, de esas que te llenan el alma y te hacen parar y bajarte un poco de este mundo y así pensar en las cosas esenciales y necesarias como saber encontrar ese equilibrio entre la pena y la alegría que de forma constante a todos nos sacude en la vida, gracias a la madurez de una mujer entrañable, llena de sabiduría. No me queda más que recomendaros esta lectura que espero os abra el corazón y descubráis a un autor para tener en cuenta, a mí me ha encantado.
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Este libro ha sido un regalo de María a principio de Diciembre 2020. En seguida me dijo que me iba a gustar y empecé a leerlo. Lo acabé rápido porque la historia está bien contada y avanzas rápidamente por el libro. Ha sido un gran Bestseller en muchos países y la verdad entiendo la razón.

El libro nos va narrando dos historias sobre el sentido de la vida, la familia y la amistad. Por esa razón, ha sido un libro recomendado y lo he disfrutado. Ahora bien, yo creo que leer es un proceso de descubrimiento. Yo personalmente, necesito ser sorprendido por la historia, la reflexión, el personaje o los personajes secundarios.

En este sentido, claro no estoy de acuerdo, porque no he llegado a conectar con el libro, que me haga recordarlo por algún aspecto específico. Incluso los libros que no me han gustado, guardo ese sentimiento. Y si te gustan mucho mejor... pero en el momento en el que no conecto... me siento totalmente perdido, porque disfrutar de un libro pero que pase por nuestros dedos como la arena llevada por una ola, me da francamente pena.

Así que no sé muy bien que opinar, porque me he quedado en una distancia intermedia de todas las historias.
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Una sencilla y tierna historia en la que vejez y juventud comparten una interesante conversación sobre diferentes aspectos de la vida. Blanche es una anciana que pasa sus últimos días en el hospital y Hugo es un joven que ha intentado suicidarse. Durante el tiempo que comparten habitación, Blanche intentará devolverle a Hugo las ganas de vivir.

La verdad es que Hugo podríamos ser cualquiera de nosotros hoy en día. No nos vendría mal escuchar "la voz del ángel" de Blanche recordándonos que tenemos que pensar más en lo que nos hace felices.
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