Los colores del incendio

Pues estamos ante un libro en el que encontramos la muy pensada y muy bien organizada historia de una gran e implacable venganza. Y es llevada a cabo por la protagonista, por Madeleine Péricourt. Y con ella, nos vamos a sumergir en una época crucial francesa ya que es un excelente retrato de un tiempo bastante caótico, que lo viviremos con mucha curiosidad.

Es el segundo tomo de una trilogía, aunque yo no me leí el primero, se pueden leer independientemente, porque el protagonismo de cada uno de ellos es lo que marca la diferencia.

Está claro que la trilogía denominada Los hijos del desastre, la componen tres libros y entre los protagonistas aparecen siempre los Péricourt, en el primero titulado Nos vemos allá arriba, aparece Édourd Péricourt, entre otros, y el tercero es El espejo de nuestras penas que deseo leer también, en el que nos sumergiremos en la segunda Guerra mundial.

Pero aquí nos ocuparemos del segundo, Los colores del incendio, que comienza con la muerte del importante banquero, rico y poderoso, Marcel Péricourt un puntal de la economía francesa y un personaje fundamental en la vida financiera del país, y así es como su hija Madeleine, deberá dirigir la empresa familiar, que, por supuesto, le viene grande y no tiene más remedio que dejarla en las manos del apoderado del Banco , Gustave Joubert.

Madeleine, tiene un hijo con solo siete años de edad, Paul y en el mismo funeral de su abuelo, se lanzará al vacío desde el segundo piso de la mansión, y será llevado al hospital junto a su madre que llena de pánico se mantendrá junto a él, una lucha constante por salvar al niño que por supuesto, lo conseguirá a pesar de quedar parapléjico.

Pero esto, la mantendrá al margen de toda su fortuna, y sin ocuparse de sus posesiones y dejándola en manos de su desaprensivo apoderado del banco, toda su fortuna desaparecerá y acabará sin nada.

A partir de aquí, iremos conociendo a todos los demás personajes que se relacionan y están alrededor de los Péricourt, desencadenándose una historia verdaderamente apasionante y donde las intenciones de cada uno de ellos nos ofrecerán un gran cuadro lleno de traiciones, secretos, chantajes, con los que nos envuelven y nos estimulan para continuar leyendo.

Ambientada durante los años 1927 y 1933, una época bastante movida y de profundos cambios, en la que reflejar el ambiente complejo y explosivo donde todos los personajes tienen algo o mucho que ocultar. Y esto será lo intrigante en una trama profunda, para disfrutarla.

La verdad es que los personajes que aparecen y todas sus actuaciones , son increíblemente espectaculares, pues a mí me han llamado mucho la atención y es que inventa unas situaciones que entre la provocación, la ironía, la frescura, la diversión, lo mordaz y lo inesperado , son absolutamente geniales y brillantes, te hacen sonreír a la vez que te conmueven y, al mismo tiempo, estimulan todo nuestros resortes para la imaginación.

Veamos, nos trasladamos a la Francia del siglo XX, de la época de entreguerras , un mundo en ebullición y donde la prensa también tiene un papel relevante.

Comenzamos este viaje en el año 1927, como ya he comentado, con el entierro de Marcel Péricourt, dejando como heredera de toda su fortuna a su hija Madeleine, separada de su primer marido y sin ningún interés en volverse a casar.

Y los personajes que nos iremos encontrando son todos fascinantes, un gran elenco que todos nos darán momentos de gran interés y ahora los podremos ir descubriendo.

Tenemos a Gustave Joubert un personaje fundamental , el apoderado del banco Péricourt , que iniciará a caída de Madeleine y se convertirá con su enorme avaricia en un importante gran hombre, pero hay que ver cómo lo consigue y cómo va a terminar.

También tenemos a André Delacourt, un personaje sin escrúpulos que será el tutor del niño, y llegará a ser un periodista y al que hay que conocer.

Léonce, la señorita de compañía de Madeleine, que conseguirá poco a poco, ser poderosa pero hay que averiguar cómo y qué vida conseguirá llevar.

Charles Péricourt , el tío de Madeleine, que con sus dos hijas gemelas, Rose y Jacinthe, nos harán pasar estupendos momentos. Sólo le importa conseguir beneficios y ser importante.

Por otro lado, tenemos a Vladi, una polaca, que aunque no habla nada de francés será la mejor cuidadora de Paul, su compañera y aliada , para mí es un gran personaje.

También nos encontraremos con una soprano ,Solange Gallitano a la que el niño Paul, descubre en los discos de ópera que escucha con placer, conseguirá conocerla y además adorarla, mantienen correspondencia y las cartas que ella le escribe, están repletas de faltas de ortografía. Curiosa esta relación.

Y por supuesto, el fantástico personaje del niño Paul, que a medida que se restablece, es un personaje sensible, inteligente, culto y apasionado por la música. En realidad, podríamos considerarlo un niño prodigio que a pesar de una vida en silla de ruedas, logrará grandes y sorprendentes triunfos.

Y, por supuesto el importante personaje Dupré, con el que se relacionará Madeleine y juntos programarán el mundo de pesadilla por el que habrán de pasar todos aquellos que le arrebataron lo que Madeleine tenía y apoyaron su caída. Y de qué manera.

El cambio y la evolución que se produce en Madeleine es alucinante, aquí tenemos el factor sorpresa, consiguiendo cada uno de sus propósitos.

Aparecen otros importantes personajes que también son realmente fascinantes pero lo mejor es descubrirlos leyendo.

El punto de vista cambia cuando menos lo esperas y con gran habilidad así como también veremos los cambios de los personajes que nunca son lo que parecen.

En este sentido , nuestro descubrimiento no cesa en ningún momento y todo ello, teniendo siempre presente el período histórico y social que nos presenta así como una fuerte carga crítica de todos y cada uno de los estamentos que rigen la sociedad del momento.

Y para finalizar, pues espero leer la siguiente de la trilogía y además ver también las películas de los dos libros, que se han llevado a cabo, y la de esta novela , que se hizo en el 2022 , yo no tengo ni idea de cómo será, pero buscaré las dos.

yo, me lo he pasado muy bien leyéndolo.

“Por primera vez, las dos mujeres pudieron mantener un diálogo distendido y, al renunciar a su antigua rivalidad, percibieron la tristeza de la otra” ~ Los colores del incendio de Pierre Lemaitre.

Continuidad de “Nos vemos ahí arriba” o por lo menos segunda parte de la trilogía que, aviso, se puede leer tranquilamente de forma aislada porque lo de trilogía irá porque son tres libros porque por lo que respecta a los personajes su relación es muy tangencial.

Al lío. Aquí conocemos a Madeleine, una rica heredera de un banco que no tiene ni idea de como gestionar ni el banco ni su fortuna, así que ya sabemos qué pasa en estos casos: que delega. El problema es que en quien delega no es muy buena persona y a la pobre Madeleine, más volcada en la salud de su hijo que ha sufrido un accidente que en otra cosa, se la van jugando unos y otros. Pero, ¡ay, la vida!, Madeleine tiene más sangre en las venas de lo que se piensa y ya sabemos que la venganza se sirve en plato frío y ¡qué bien cocina esta mujer!
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Leer a Lemaitre para mi es una gozada. No lo voy a negar ni lo negaré. No solo por su estilo –y el del traductor supongo– sino por la manera en darle vida a los personajes y en armar las historias. Y de verdad que esta historia es una pasada, sobre todo si os gustan las tramas que van de menos a más, con personajes maravillosos –aquí me han encantado todos, hasta los malos– y un trasfondo fantástico lleno de amistad, de amor, de respeto y de mucho cabroncete suelto.

De cabeza que voy a El espejo de nuestras penas, el tercer libro de esta “trilogía” sin saber qué me voy a encontrar ni con qué personajes.

Novela de Pierre Lemaitre, escritor y guionista francés, ganador del premio Goncourt 2013 con su novela "Nos vemos allá arriba".
Novela en la que los personajes van evolucionando a lo largo de la narración y en la que uno de los personajes principales va tejiendo una trama que te tiene durante toda la obra con un enganche tal que no puedes dejar de leer.
Sentimientos, decepciones, intriga, venganza, arte, son algunos de los temas tratados en este libro que no te deja indiferente.

Menos interesante y menos llamativo que su antecesor, esta segunda parte de la trilogía trata sobre la caída y resurgimiento de Madeleine Pericourt. Una trama de venganza muy bien tratada, contada y finalizada, aunque un tanto liosa en los asuntos que se van tratando a lo largo de la obra. Demasiada política, demasiada información financiera e industrial relacionada con el nacimiento del fascismo y nazismo en Europa

La acción transcurre en la Francia de finales de los años 20, principios de los 30, en el período de entreguerras; La primera parte del libro además de presentar la trama nos hace conocer el panorama político-financiero, la influencia de la prensa, los inicios de la publicidad y el clima pre-bélico. La protagonista es Madeleine Péricourt, hija y hermana de los protagonistas de la primera novela. Es la única heredera del banquero Marcel Perìcourt, con cuyo entierro comienza el libro. El día del entierro, Paul, el hijo de Madeleine se ¿cae o se tira? por la ventana y cae justo sobre el ataúd de su abuelo. Esta caída dejará secuelas físicas a Paul y Madeleine se volcará en su cuidado y en averiguar por qué cayó, dejando la gestión del banco y de su casa en manos de unas personas en las que confía ciegamente. A partir de ahí todo se vuelve predecible: esas personas acaban quedándose con todo y cuando su hijo le cuenta la causa del accidente, hubiera preferido no saberla. Ella comienza a planear una venganza que llevará hasta el final, tomándose su tiempo, con paciencia y gran precisión hasta el final, sin ningún remordimiento.
La ambientación es perfecta y los temas de actualidad que trata son interesantes, y aunque tiene menos humor que los otros dos libros de la trilogía, no deja de ser una novela que te hace pasar un buen rato.

Fantástica continuación de "Nos vemos ahí arriba", centrada ahora en el personaje de Madelaine Péricourt, la hermana de Edouard, uno de los protagonistas del primer libro. Madelaline tiene que sobreponerse a una serie de desafortunados hechos que ponen patas arriba su acomodada vida y que son provocados por la maldad y la avaricia de las personas que la rodean. Todo ello ambientado en la Francia de los años 30 con la sombra del Hitler asomando desde Alemania.

Segunda entrega de la trilogía “Los hijos del desastre”, ambientada en la Francia del periodo entreguerras. En ella Lemaitre continúa narrando las desventuras de la familia Pericourt la cual, tras perder a Edouard en la primera entrega, padecerá la perdida del cabeza de familia y garante de la fortuna familiar: Marcel Pericourt.

Como heredera del imperio, su hija Madeleine tendrá que lidiar con empleados arribistas y oportunistas, familiares envidiosos y resentidos y estafadores de poca monta. Aunque, sin duda, la más duras de las luchas consistirá en sacar en adelante a su hijo, que quedará paralítico tras un accidente sufrido, precisamente en el funeral de Marcel.

Los lobos que la acechan conspirarán para que Madeleine se vea privada de toda su fortuna. Ésta, arruinada y consciente de la trampa en la que le han hecho caer, comenzará a urdir un plan de venganza al más puro estilo de Dumas en “El Conde de Montecristo”.

Lemaitre nos deslumbra de nuevo con su prosa rica, ágil y elegante; con un sentido del humor que asomó a cuentagotas en “Nos vemos allá arriba”, pero que en esta novela cobra un protagonismo delicioso; y, sobre todo, con un manejo del ritmo y de la tensión narrativos sin par.

Maravillosa lectura que nos empuja a continuar hasta consumir las últimas de las páginas.

Cuando acabé el primer tomo de esta trilogía, sinceramente no sabía cómo iba a continuar. Y en este caso me ha pasado lo mismo exactamente: su final parece cerrado, pero obviamente al saber que hay un tercer libro, solo hago conjeturas para tratar de adivinar cómo va a continuar con esta historia Lemaitre.

Y es que, cuando no te esperas nada más, este autor te sorprende de una manera increíble. Este libro contiene giros inesperados en numerosas ocasiones, lo cual siempre es fantástico.

Y qué decir de las heroínas de este tomo: mujeres normales y corrientes que tienen que luchar contra la adversidad y salir adelante. Pero no todo es positivo, las mujeres de este libro no son perfectas ni ángeles cándidos. de hecho, son vengativas, y por el hecho de ser mujeres son menospreciadas. Nadie espera que se vayan a vengar de ninguna manera inteligente, pero ya están ellas para sorprender y dar su merecido a quienes las han engañado y ultrajado.

Durante la lectura, me he topado con algunas situaciones algo duras, pero el autor no ha querido dar detalles en demasía, por lo que termina siendo una obra elegante pero realista. Me está pareciendo un narrador tan diferente al que suelo estar acostumbrada en los thriller de este mismo autor, que parecen autores distintos.

Obviamente, terminaré la trilogía, ya que quiero saber cómo va a continuar esta historia, y cómo la concluye con su gran pluma Lemaitre.

Leer a Lemaitre siempre es un placer aunque no sea en su faceta "negra", como es el caso de esta novela, segunda de la trilogía Los hijos del desastre, cuya tercera parte (El espejo de nuestras penas) ya está en las estanterías esperando su turno de lectura.

Lo cierto es que cuando leí "Nos vemos allá arriba" no tenía ni idea de que iba a formar parte de una trilogía, así que me sorprendió mucho encontrar en esta novela a algunos de los personajes que ya aparecían en la primera entrega. de todas formas y aunque siempre me gusta leer las series en orden, reconozco que esta novela se puede leer perfectamente sin haber leído el primero.

La protagonista absoluta de esta novela es Madeleine Péricourt. Ya habíamos conocido a su hermano y a su padre en la primera novela de esta serie, pero a ella no tanto como llegaremos a conocerla en esta historia.

La novela comienza con el entierro de uno de los pesos pesados de la banca francesa, Marcel Péricourt, de quien Madeleine es su única heredera. El mismo día del entierro, Paul, el hijo de Madeleine se ¿tira? por la ventana y cae justo sobre el ataúd de su abuelo. Lamentablemente esta caída dejará secuelas físicas en el niño y Madeleine se volcará única y exclusivamente en su cuidado, dejando en manos de las personas que le rodean y en quienes confía ciegamente la gestión de todo, tanto de su hogar, como de su dinero. Y mientras ella vive desesperada por la salud de su hijo y sobre todo por saber si se tiró por la ventana o alguien le empujó (porque Paul no suelta prenda) el lector va viendo cómo esas personas en las que tanto confía Madeleine acabarán haciéndole la puñeta y no os imagináis a qué nivel. El caso es que yo iba leyendo y me iba poniendo cada vez más nerviosa, porque veía hacia donde iban los tiros y estaba deseando que llegara ese momento en el que ella se da cuenta de lo que le han hecho para que se pudiera vengar a gusto y os juro que ha sido todo un placer ver cómo esa mujer confiada de quien nadie esperaba ya nada, se toma su tiempo para darle la vuelta a la tortilla con una paciencia y precisión infinita y llevar su venganza hasta el final sin remordimiento de ningún tipo.

He disfrutado de este libro muchísimo porque Lemaitre me encanta, porque la historia es buenísima y porque a pesar de que suena a auténtico drama, lo cierto es que toda la novela está rodeada de un humor que me ha sacado la sonrisa en multitud de ocasiones.

Madeleine me ha encantado, es un personaje al que llegaremos a conocer profundamente, una mujer que al terminar la novela no se parece ni remotamente al personaje que conocemos al inicio, en lugar de rendirse se muestra paciente, astuta e inteligente y evoluciona continuamente durante la lectura

Ella es lo mejor de la novela, pero también me han gustado mucho todos los que le rodean, buenos o no tan buenos, un variopinto elenco de personajes que juntos funcionan a las mil maravillas: Gustave Joubert apoderado del Banco Péricourt, André Delcourt tutor de Paul, Léonce Picard señorita de compañía de Madeleine, el cretino de Robert Ferrand, el tío de Madeleine, Charles Péricourt (lo bien que me lo he pasado con las gemelas "feas" de este señor) y particularmente el señor Dupre, viejo conocido de los lectores de "Nos vemos allá arriba", Vlady, una polaca que no habla nada de francés pero que se convierte en la mejor cuidadora que Paul podría tener, la encantadora Solange Gallitano, una soprano de la que el niño es su principal fan y que le envía al niño multitud de cartas llenas de faltas de ortografía (la primera casi me hace saltar un ojo, pero acabé acostumbrándome ¡ja,ja!) 👇👇👇

Mi pequeño Pinocho, mil grazias por tu carta. Tus amables palabras me alludan mucho, estoi tan cansada… Esta nueva jira es agotadora. Asi que e pensado una cosa: ¿que te pareceria una pequeña estancia en Italia este verano? Dare un recital en la Scala el 11 de julio, podriamos cenar tranquilamente, bisitar un poco la Lombardia, y estarias de buelta en París para la fiesta nazional. Porsupuesto tu mamá tiene que estar de acuerdo, asta puede acompañarte si quiere. Estaria bien, ¿verdá? Porcierto, dale recuerdos mui cariñosos.

"Los colores del incendio" es la historia del declive y el renacimiento de una mujer que ni ella misma imaginaba la fuerza que tenía en su interior y de la ambición y envidia de unos personajes que no dudan en hacer lo que sea para lograr sus objetivos. Es el retrato de una época (entreguerras) convulsa política y económicamente y es un placer narrativo para el lector.

Espero no tardar en leer "El espejo de nuestras penas", que no sé muy bien por quien estará protagonizada, pero seguro que será un digno final para la trilogía.

Enlace: https://bitacorademislectura..

Colores del incendio (2018) es el segundo tomo de una trilogía, después de Nos vemos allá arriba (2013) y antes de Miroir de nos peines (2020) aún no traducido al español. del primer tomo se hizo una excelente película en 2017 con Albert Dupontel como director.

Colores del incendio no se puede soltar desde la primera página porque la lectura es súper ágil y los personajes esbozados con profundidad.

En este segundo tomo seguiremos las tribulaciones de Madeleine Péricourt, única sobreviviente de la familia del millonario Marcel Péricourt después que su hijo Edouard conocerá un fin trágico al final del primer tomo.
Madeleine contrajo matrimonio con un sinvergüenza especulador, Henri d'Aulnay-Pradelle hoy en día encarcelado y con el cual Madeleine tuvo un hijo, Paul. La madre no se ocupa del niño que tiene un preceptor a domicilio para su educación.
Madeleine fue siempre una niña mimada y frívola que no se interesó en los negocios ni en la fortuna paternal. Y cuando llega el krach de la Bolsa en 1929 se encontrará despojada de su fortuna por el apoderado de su padre, Gustave Joubert; Joubert tiene pretensiones con Madeleine, pero ella lo considera sólo como un subalterno.
Madeleine urdirá fríamente una venganza según el dicho " la venganza es un plato que se saborea frío".
Hacia la página 300 el relato se me hizo un poco flojo, pero pronto se recupera para brindarnos un final estupendo.
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