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Joanna Orzechowska (Traductor)Jesús Palacios Trigo (Autor del prólogo)
ISBN : 8415130090
296 páginas
Editorial: Impedimenta (11/04/2011)

Calificación promedio : 4.02/5 (sobre 69 calificaciones)
Resumen:
Impedimenta se complace en presentar, por primera vez en traducción directa del polaco, Solaris, la mítica novela que consagró a Stanisław Lem como autor de culto. Un texto hoy en día considerado un clásico sin paliativos de la literatura moderna.

Kris Kelvin acaba de llegar a Solaris. Su misión es esclarecer los problemas de conducta de los tres tripulantes de la única estación de observación situada en el planeta. Solaris es un lugar peculiar: ... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (26) Ver más Añadir una crítica
My
 31 May 2023
No sé ni por dónde comenzar. Solaris es un viaje, un viaje de afuera hacia adentro. Nuestro héroe va lejos, hasta un planeta del que se ha escrito mucho, del que se ha teorizado, al que se estudia y se intenta entender, sin embargo…

Ese mar rojo, ¿qué ese ese mar rojo? Stanislaw Lem construye un planeta en su imaginación, y la construcción, y la descripción, es tan enorme, detallada y abrumadora que en algunos momentos sentí que realmente existe, que Solaris está allí, en algún punto de ese universo que rodea nuestra soledad.

Una novela sobrecogedora; una historia que me desgarró. Hace años deseaba leer este tótem y lo hice porque ya era hora y porque deseaba huir de una lectura anterior cuyas expectativas eran enormes pero que no logró calar en mí (ya la reseñaré cuando tenga ánimos de terminarla). Así que la abandoné y me embarqué en Solaris (otra obra que genera grandes expectativas). Y Solaris cumplió con creces donde la otra falló estrepitosamente.

El ambiente claustrofóbico, solitario, demencial, al que Kris Kelvin llega y en el que se desarrollan los acontecimientos, es como un guantazo en toda la cara. Fuera, ese mar y los fenómenos impresionantes que regala, esos colores que anuncian el día y la noche. Dentro, esos hombres rodeados de fantasmas y desconcierto que parece consumirlos. Rodeados de libros, rumiando teorías, pretendiendo a la verdad. Pero la verdad es algo que no se puede asir, que no se puede decodificar. La verdad es voluble, es escurridiza, la verdad es como ese maldito mar. La verdad es una voz cuyo idioma desconocemos.

Solaris es una obra terriblemente humana. ‘No sabes nada, Jon Snow', era la frase que me repetía mientras avanzaba por esas páginas inquietantes. No sabemos nada, humanidad. No sabemos nada. No saber es desesperante, no saber nada es descorazonador, y cuando reconocemos nuestra ignorancia, y la abrazamos, algo aprendemos.

Grandes hombres de ciencia enfrentados a una inmensidad que los empequeñece. Nosotros, los lectores, enfrentando grandes preguntas a través de un libro de ciencia ficción sin parangón; fantaseando con la posibilidad de que el tiempo, la providencia, o un planeta extrañísimo nos devuelva de alguna forma aquello tan preciado, tan amado que la vida nos arrebató. Y es en ese punto donde Lem me hizo polvo.

¿Soy un reloj que mide el transcurso del tiempo, ya descompuesto, ya reparado…?

Kelvin reflexiona sobre lo humano, sobre eso que está en nuestras cabezas y corazones y que constituye un universo en sí mismo. Kelvin lanza unas preguntas en la parte final que intentaré descifrar y responderme durante mucho tiempo, preguntas que inevitablemente he trasladado a mi historia personal.

Ríos de tinta se han vertido sobre esta novela. Muchas reseñas son brillantes, aportan información valiosa y ponen sobre la mesa aspectos destacados de la pluma de Lem: la carga filosófica, la originalidad y los múltiples tipos de lectura a los que se presta, son temas en los que vale la pena indagar.

Kris Kelvin es un personaje en el que pude reconocer partes de mí. Sentí su viaje como si fuera el mío y en este reconocimiento me sentí reconfortada. Abrazo con todas mis fuerzas sus palabras finales y me entrego por completo a la incertidumbre y a mis limitaciones humanas.

Abrazo ese océano que vive dentro de mí y que, tal vez, también existe en algún lugar perdido del universo.
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laberintosdetinta
 30 December 2017
Empiezo de la forma más imparcial (risas) posible, es un novelón. No puedo resistirme a contar, en primer lugar, lo fascinada que he quedado con este libro. Lem toma un tema bastante habitual en la ciencia ficción desde sus inicios, el contacto entre los humanos y otras especies extraterrestres, y con este tema tan clásico entre los clásicos consigue dar una imagen completamente diferente y renovadora del género.

¿En qué reside la diferencia? Lem se puso las pilas y le dio la vuelta a lo que le disgustaba del género, por ejemplo, siempre que se trataba este contacto entre especies inteligentes, las novelas de ciencia ficción menos trabajadas daban una respuesta facilona a diferencias de lenguaje (dispositivos de traducción, comunicación no verbal…) y de culturas. Además, era una ciencia ficción que proponía modelos antropomórficos ideales demasiado androcéntricos y poco creíbles (teniendo en cuenta todas las variables evolutivas)… lo que no concordaba nada con lo que el autor veía en este género con tantas posibilidades. de ahí que la gran idea para su trabajo fuera todo lo contrario. Una especie que es tan diferente en forma y contenido que es prácticamente imposible comunicarse con ella.

En Solaris esta nueva civilización consciente, como dice en la sinopsis, es un “océano” que abarca toda la superficie del planeta. Por lo tanto, ya tenemos una forma biológica exterior muy diferente a la nuestra, pero ¿cómo se comunica un océano, una masa de seres vivientes? El concepto masa es muy interesante, porque al platearnos esta forma de vida el autor nos pone ante la dicotomía del océano de Solaris como un ente plural, una mente colectiva frente a nuestra clara separación mental individual.

La estructura de la novela también es muy interesante, por un lado tendríamos al protagonista, Kris Kelvin, intentando hacerse con la nueva situación que se ha desencadenado en la base de investigadores en Solaris y por otra, lo tenemos paseando por la biblioteca, es decir, la acción está mediatizada por Kelvin, solo sabemos lo que él ve y lo que él siente a través de la narración en primera persona. Esta persona narrativa es algo arriesgada, solo hay que ver la de novelas juveniles que han maltratado esta narración, pero Lem la dirige con mano firme, nunca se va por derroteros que no importan, no tenemos largas reflexiones sobre temas absurdos, explicando lo mismo una y otra vez. La primera parte, Kris y los acontecimientos extraños en la base, forman parte la narración principal, en la que se dan todos los acontecimientos narrativamente relevantes y, para mi sorpresa, me encontré ante una novela de ciencia ficción con toques de suspense y de thriller psicológico y filosófico (con muchas influencias cartesianas y existencialistas). Hay una tensión constante con ese hecho tan extraño que se explica en la sinopsis.

Las visiones de personas que en realidad están muertas acosan a todos los miembros de la base y los aísla, de hecho, el motivo que mueve la acción, lo que hace que Kelvin vaya a Solaris, es el suicidio de uno de los miembros ante esa situación que lo vuelve loco. En Solaris tenemos una ambientación claustrofóbica y opresiva (tened en cuenta que es una base móvil en medio de un océano con conciencia que la podría engullir fácilmente), que reproduce la mente de Kris y la explora de cabo a rabo. Creo que la exploración psicológica de los personajes es de lo que más me ha hecho disfrutar del libro, ya que es una de las carencias que se le suele achacar a la c.f.

La otra parte de la narración, el refugio de Kris en la biblioteca, uno de los pocos sitios desde donde no se ve el océano, se utiliza para darnos datos del mundo literario, de Solaris, sin ser demasiado pesado u obvio en las explicaciones. Kris revisa cientos de libros solaristas para intentar comprender qué pasa a su alrededor y así nosotros nos enteramos de su historia. Es una manera más elegante, ya que nunca pierde el ritmo narrativo, de ofrecer información sin atacarnos con el infame infodump.

Algunos de esos informes que nos presenta tienen como punto central el intento de comunicarse con el océano sin éxito, aunque se han visto muestras de voluntad y, por lo tanto, de conciencia en él. Las preguntas que esto ofrece son muy sugerentes y pocas veces se habían dado en la ciencia ficción clásica: ¿Por qué no nos responden? ¿No nos ven o no nos oyen? ¿Nos ven y oyen, pero no les importamos? ¿O puede ser que no nos perciban como vida inteligente? Puede que ni siquiera tengan el instinto de comunicarse con nosotros, o que su forma de comunicarse sea diametralmente opuesta a la nuestra y por eso cualquier intento está destinado al fracaso. Si tuviera que definir esta parte de la trama con una palabra sería "incertidumbre". Ante las aseveraciones que se hacen sobre especies extraterrestres en otras novelas, Lem nos pone en otra tesitura, ¿y si no fueramos capaces de comunicarnos con la vida inteligente, a pesar de encontrarla? Eso sería lo más probable, Lem quiere que nada se dé por supuesto, que nos enfrentemos a nuestras limitaciones, que no nos creamos el centro del universo y asumamos que no podemos controlarlo o conocerlo todo.

Frente a otros autores que se centran en explicar diferencias culturales entre especies galácticas, Lem trabaja con un plano más profundo, con las diferencias cognitivas, lo que sin duda es un paso innovador en el género, por eso es una trama sumamente sugestiva e inteligente. Y básicamente, como toda buena ciencia ficción, lo importante es que nos habla de nosotros mismos, de nuestras ansias de grandeza y eso queda patente con las apariciones espectrales que reciben Kelvin y compañía, que les obligan a ir hacia un grado de introspección que nunca se hubieran atrevido a conocer. Es decir, ¿cómo vamos a comprender a una especie alienígenia si ni siquiera nos comprendemos ni conocemos a nosotros mismos? Un ejemplo muy simbólico es la cantidad de libros que hay en la biblioteca de la base, hay miles de ejemplares y realmente no se sabe casi nada de Solaris que justifique esa ingente cantidad de textos, es decir, a los seres humanos nos gusta teorizar sobre lo que no entendemos y acumular conocimientos (que nosotros mismos damos por válidos debido a nuestra experiencia) para sentirnos más seguros: es tremendamente irónico comparar la vasta bibliografía solarista con la falta de conocimientos reales.

También me ha gustado que el protagonista se distancie del típico científico de la ciencia ficción de los años 50: el físico, el ingeniero, el matemático. Kelvin es psicólogo, una ciencia de carácter social, por lo tanto el autor lo lleva por un camino mucho más antropológico, lo que es una perspectiva interesantísima. Otro punto fuerte sería la paranoia constante, ¿por qué aparecen réplicas de personas muertas? Solo podrían aparecer tan fieles si fueran reproducciones de tu propio cerebro, por lo que se baraja la hipótesis de que el océano se esté comunicando a través de una especie de psicoanálisis, pero no entienden cuál es el propósico. La incomprensión es otro concepto clave junto con la incapacidad de comunicarse, ni uno ni otros saben cómo comunicarse entre ellos ni lo que quieren decir cuando se comunican por lo que cada parte puede hacer una interpretacion de lo que ve que puede o no acercarse a la verdad.

En resumen, intentar entender Solaris y darnos de frente con un muro de piedra es básicamente la premisa de Solaris, un círculo vicioso que obliga a la novela y al mismo lector a autocuestionarse; es una novela autorrreferencial tanto de ella misma como del género en sí. En Solaris nada es seguro, todo lo que sabemos se fragmenta y se reconstuye, en fin, ¿qué más se puede pedir cuando nos ofrecen este virtuosismo literario?
Enlace: https://laberintosdetinta.bl..
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pabloZL
 21 December 2023
Este libro de ciencia ficción me llevó a límites insospechados para poder disfrutarlo plenamente. Y no solo eso. También tuve que releer y sobre todo comentar. 😅

En Solaris todo es un misterio: Desde la llegada del protagonista a la estación espacial, los extraños fenómenos que ocurren en ella y los eventos observados en este planeta. El autor te sumerge en un ambiente claustrofóbico, perturbador y solitario. Sientes miedo y sobre todo incertidumbre de lo que sucede. El relato atrapa, pero también confunde. Por momentos se llena de descripciones, complejas y detalladas, en las cuales perdía más tiempo tratando de entender lo que me contaba que disfrutando del momento y la historia. 🤔

Pero una vez que logré seguir esas descripciones (sobre todo las que involucraban al planeta), el mundo de Solaris se abrió ante mis ojos. 😃 Disfrute de su belleza y su originalidad. Me sumergí en una historia que involucran conceptos profundos y actitudes de la raza humana que me hicieron reflexionar. Logré apreciar al libro de una forma distinta, donde su valor no solo está en los eventos sino también en sus mensajes. 👍

Eso sí, reconozco que este viaje fue más complejo de lo que esperaba. El autor no hace que el camino sea “fácil” de recorrer. Pero al final disfruté de la historia y de este planeta que es único en su clase y vale la pena conocer. 🌊🚀

PD. Lectura conjunta con Marenpergamino (muchas gracias por tus comentarios) y BeaLibra30 (gracias por aceptar releer este libro con nosotros).



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Homolectus
 10 July 2021
¡Solaris! Es tanto el nombre de un planeta que lleva años intrigando a los científicos como el nombre de esta novela. Lo cual, de entrada, es una muestra del viaje que propone Lem a la historia que nos ofrece y a un planeta lleno de misterios que podrá en entredicho todo lo que la especie humana dice conocer.

La historia comienza cuando Kris Kelvin llega a la Estación, un lugar destinado a la investigación de Solaris. El planeta es un inmenso océano que parece tener vida propia y que parece ser el causante de que el planeta no colapse al orbitar un sistema binario.

Este océano, no un líquido cualquiera, sino viscoso, extraño y hasta pesado —así lo sentí—, parece tener interacción con sus observadores y descifrar parte de su psique. Todo esto lleva a considerar el planeta como un ente vivo e inteligente, sin éxito alguno de entablar alguna comunicación con él.

La llegada de Kelvin a la Estación se ve opacada —o a lo mejor aderezada— por la intriga y el suspenso que provocan los últimos acontecimientos en ella. Pronto, él experimentará en carne y mente propia los efectos que Solaris provoca en sus visitantes. Cuando crees el pasado enterrado, Solaris hará de las suyas.

Si bien pareciera que sobre Solaris se sabe lo mismo e incluso más que sobre la vida en nuestro planeta, nada dista más de la realidad y casi que el lector y los personajes saben lo mismo sobre él. Solaris es un planeta que, pese a haber sido descubierto hace años y haberse gastado una cantidad considerable de dinero en su investigación, lo único que ha arrojado es una biblioteca llena de teorías e hipótesis, nada concluyente.

Acá se ponen a prueba siglos de conocimiento científico cosechados por los humanos y todo el vocabulario que la humanidad ha forjado para describir el universo observable. Acá los términos lo logran ser lo suficientemente precisos, ni logran explicar con lujo de detalles los fenómenos observados. Esto es algo real, esto pasa acá en la Tierra cuando un botánico tiene que valerse de mucha de la terminología usada para describir animales a la hora de describir plantas: las cosas no funcionan del todo, pero no hay más.

Lem combina de una forma muy entretenida la historia que plantea con sus personajes y el pasado de la “solaristica”. de pronto, nos encontramos leyendo el resumen de un tratado de los primeros años de investigación sobre el planeta y en otro momento retomando la historia en la Estación. Es un recurso literario que ayuda a alimentar la curiosidad del lector en la dosis justa cada tanto, no te aturde con demasiados datos al principio, ni te deja encontrarle sentido a todo a la primera; te deja ahí, te engancha.

Como biólogo, disfruté mucho de tanto contexto biológico del que se aprovecha el libro. Desde este punto de vista, el libro parece estar hecho para incomodar a los científicos y recordarles ese sentimiento de impotencia que se debe de sentir cada tanto ante un fenómeno en particular. Bajo esta óptica, el libro parece ser una excusa para contarnos un planeta, para que juntos imaginemos un lugar donde todo lo que creemos saber parece no funcionar y parece estar más lejos de la realidad de lo que nos podemos imaginar.

En el centro del libro está la cuestión sobre lo que nos hace humanos. Una cuestión que el autor presenta tanto desde el punto de vista del planeta entero, como en cada una de las manifestaciones de la psique de los personajes. Estas manifestaciones ¿Son humanas? Claramente no lo son. Son construcciones de Solaris. Ni siquiera su composición química es humana. Pero son cuerpos que sienten, que padecen, son inteligentes y aprenden. En el caso de Kelvin, no se trata de la verdadera Harey, pero sin duda alguna está viva.

El libro es casi un tratado sobre nuestra naturaleza, nuestro lugar en el cosmos y los límites del antropocentrismo con el cual, inevitablemente, hemos interpretado el universo. Lem propone una historia de ciencia ficción para hablarnos de lo grande que es nuestra ignorancia, de lo miopes que son nuestros ojos ante un universo casi infinito, lleno de descubrimientos extraordinarios que nos aguardan en algún lugar esperando a que reconozcamos en ellos algún otro deje de humanidad.

Mucho se habla de libros con comienzos maravillosos, pero quiero cerrar esta entrada caótica, como mis pensamientos y actos por estos días, hablando de las palabras de cierre de Solaris. Es, sencillamente un final para recordar, para meditar, para digerir letra a letra, para volver a él cada tanto. Lo recordaré por siempre. Siempre y cuando el siempre dure lo que dura un suspiro.

Sin duda, volveré a Solaris, sea con Kelvin o no. Acá hay mucho por descubrir, acá hay muchas maneras de descubrirse uno mismo, así sea en la distancia de un mundo incomprendido.
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Beababe30
 11 December 2023
Llegamos al planeta "Solaris". Lo que parecía un trabajo rutinario en la base humana, se complica desde el primer momento. Uno de sus ocupantes está muerto, otro parece aterrado, paranoico y dice cosas sin sentido. Después ve algo...

El verdadero protagonista en realidad es el planeta. Solaris está cubierta por una mar extraño, denso, cambiante, impetuoso y creativo. Es un mar vivo y aparentemente consciente, el único habitante del lugar, tal vez sea el lugar en si mismo. El autor nos relata multitud de teorías erróneas o acertadas sobre su naturaleza, evolución, consciencia... y descubrimos cómo nuestras mentes limitadas nos definen, encadenan y nos hacen incapaces de entender lo que es ajeno a nuestra naturaleza.
Es un libro científico, paranoico, romántico, filosófico, claustrofóbico incluso religioso...
Qué haríamos ante la oportunidad de sanar nuestra heridas, superar la pérdida, traumas, las cargas de nuestra conciencia?
Qué nos hace Humanos? La sangre, las células, el cerebro? O el amor, el dolor, la esperanza, los vínculos que creamos?

Las descripciones sobre Solaris me parecen fascinantes, igual que la incapacidad humana para reconocer su existencia, su forma de vida o inteligencia...
La primera vez que leí este libro me pareció asombroso, con un toque poético, místico. Me dediqué a imaginar ese mar viviente, incluso llegué a soñar con él. Su narración es tan lograda que crees la existencia de Solaris.

Quería volver a leerlo, pero temía la decepción. Ya se sabe: no se puede cruzar dos veces el mismo río pues él y nosotros hemos cambiado. Es muy difícil escribir una reseña puesto que tiene algo inalcanzable, inaprensible... pero hice lo que pude.
Me ha llegado al corazón de forma tan intensa como la primera vez. Es de esas lecturas que se quedan grabadas y te acompañan con el transcurrir de los años.
He sido un habitante de Solaris, he cruzado el espacio para alcanzar un destino nacido de sueños y pesadillas.

Al acabarlo he recordado la escena de "Blade runner" donde Rutger Hauer moribundo decía:
"He visto cosas que vosotros nunca creeriais" " Todas esas cosas se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia".
Solaris nunca se perderá mientras alguien lo lea o lo recuerde.
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Citas y frases (27) Ver más Añadir cita
Juliiann0Juliiann024 September 2021
Sin embargo, yo no tenía un hogar al que regresar. ¿La Tierra? Pensaba en sus grandes, abarrotadas y ruidosas ciudades, en las que me perdería de la misma manera que si hubiese conseguido hacer lo que pretendía, la segunda o tercera noche de mi estancia aquí: tirarme al océano que ondeaba lentamente en la oscuridad. Me ahogaré en la muchedumbre. Seré un compañero silencioso y atento, la gente me apreciará; tendré muchos conocidos, incluso amigos y mujeres; o, a lo menos, una sola mujer. Durante un tiempo, tendré que esforzarme por sonreír, saludar, levantarme cada día y hacer las miles de pequeñas cosas que componen la vida terrestre, hasta que consiga volver a hacerlas sin pensar. Encontraré nuevas aficiones, nuevas ocupaciones, pero no me entregaré por completo a ellas. A nada, ni a nadie, ya nunca más. Puede que, cuando allí sea de noche, mire hacia el cielo, donde la oscuridad de la nube de polvo, a modo de oscura cortina, cierra el paso al brillo de los dos soles: me acordaré de todo, incluso de lo que estoy pensando ahora mismo, y evocaré mis locuras y mis esperanzas con una sonrisa indulgente, que contendrá un poco de pena y un cierto aire de superioridad.
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Juliiann0Juliiann024 September 2021
-¿Existen más planetas de este tipo?
-No se sabe. Tal vez sí, pero solo conocemos uno. En cualquier caso, este es muy poco frecuente, al contrario que la Tierra. Nosotros somos de lo más común, ¡somos el césped del universo! Y nos enorgullecemos de nuestra ordinariez, de que sea tan vulgar, creíamos que podíamos abarcarlo todo. Es un esquema con el que emprendimos, alegremente y con osadía, el camino: ¡otros mundos! ¿Qué son, pues, aquellos otros mundos? Los dominaremos o seremos dominados, no había nada más en esos desgraciados cerebros; ¡bah, no merece la pena! No vale la pena.
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Juliiann0Juliiann024 September 2021
[...] Salimos al cosmos preparados para todo, es decir: para la soledad, la lucha, el martirio y la muerte. La modestia nos impide decirlo en voz alta, pero a veces pensamos, de nosotros mismos, que somos maravillosos. Entretanto, no queremos conquistar el cosmos, solo pretendemos ensanchar las fronteras de la Tierra [...]
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Juliiann0Juliiann024 September 2021
El ser humano puede abarcar muy pocas cosas a la vez, tan solo vemos lo que ocurre delante de nosotros, aquí y ahora. Evidenciar una multitud de procesos simultáneos, de algún modo relacionados entre sí, o incluso complementarios, supera nuestra capacidad. Es una limitación que experimentamos incluso el contacto con fenómenos relativamente sencillos. El destino de un solo hombre puede significar mucho, es difícil abarcar el destino de varios centenares, pero la historia de miles, o millones de seres humanos, en realidad no significa nada. [...]
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Juliiann0Juliiann024 September 2021
-¿Qué te sugirió el concepto de un dios imperfecto? -preguntó de repente, sin apartar la vista del resplandeciente desierto.
-No lo sé. Me pareció algo muy, muy acertado, ¿sabes? Es el único dios en el que estaría dispuesto a creer, un dios cuyo martirio no significa redención, que no pretende salvar a nadie, ni está al servicio de nada, sino que simplemente está.
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Novela de ciencia ficción, escrita por Richard Matheson, en 1975 se titula: "En algún lugar del _________"

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