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En un barrio peligroso en las afueras de Boston, tres chicos (Jimmy, Dave y Sean), juegan beisbol. de pronto un coche se estaciona cerca de ellos y dos individuos que se hacen pasar por policías invitan a los chicos a subir al automóvil, y sólo Dave sube al coche. El chico aparece cuatro días después y se niega a contar lo que le sucedió en esos días. Pero este suceso los deja señalados, a uno porque se lo llevaron y a los otros dos porque se preocuparon más de sí mismos y no protegieron al amigo. La novela empieza a moverse después de este incidente que, de un modo u otro, los ha marcado. Veinticinco años después, la hija de Jimmy muere en circunstancias violentas, Dave es uno de los sospechosos, por no decir el principal, y Sean es el policía encargado del caso. Es una excelente historia sin desperdicio alguno, una excelente combinación entre novela negra y drama, un caso complicado, donde la verdadera personalidad de los tres protagonistas es una bomba de relojería. Una historia estremecedora sobre los abusos infantiles y la venganza que expulsa todo lo malo que se lleva dentro, pero, a la vez, condena a las personas. Dave es un hombre que se siente atormentado, acorralado por demonios interiores, se siente traumatizado por lo que le sucedió. Jimmy es un ex-convicto, de naturaleza violenta, sediento de venganza por la muerte de su hija, capaz de hacer cualquier cosa, una persona con doble personalidad; un honrado dueño de una tienda de comestibles por una parte, y por otra, un ser capaz de matar sin compasión al asesino de su hija. Sean es un policía con un drama familiar, su esposa lo ha abandonado y se siente todavía culpable por ese incidente del pasado. Me gustó mucho esta novela, y debo reconocer que el final me impactó mucho, totalmente recomendable |
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