La autora nacida en Londres, es hija de refugiados chipriotas que en el año 1974 huyeron a Inglaterra durante la invasión turca. Es profesora de escritura creativa en la Universidad de Brunel. Y este libro fue el resultado de su trabajo como voluntaria en un centro de refugiados de Atenas. Un excelente libro que nos hace comprender, entender y conectar con aquellos que tienen que abandonar su país, con aquellos que sufren por tener que dejar su casa y a sus amigos y conocidos, con aquellos que se ponen en peligro y se arriesgan para poder sobrevivir, con todos aquellos que desean encontrar un lugar en el mundo que les de refugio y donde poder vivir en paz. Nos presenta una imagen real y fiel del infierno por el que pasaron los refugiados sirios y las terribles consecuencias de la guerra, sobre todo para los civiles sirios, que deben abandonar su país. Nos muestra una historia sobrecogedora y desgarradora que afecta a millones de personas reales, que encontramos cada día en noticias y en periódicos, los refugiados, los desposeídos, que ponen en peligro todo lo que tienen y, hasta sus propias vidas, para conseguir un rincón en el mundo para vivir en paz. También sentimos incertidumbre, confusión, riesgo, en una historia rigurosa sobre la necesidad de sobrevivir. La autora, nos ha contado una historia de las personas con las que ella tuvo contacto y conoció, ya que colaboró como voluntaria en un centro de apoyo a Unicef en Atenas, en los campamentos de refugiados, y fue allí donde se le ocurrió la idea de escribir este libro, conmovida por las historias que sobre el tema llegó a conocer. La intención de la escritora es generosa y particularmente esperanzadora ya que pretende dignificar a todas las personas que no tuvieron más remedio que salir de su país, que huir de sus lugares de origen, arriesgándolo todo, además de contribuir, de este modo, a despertar conciencias y humanizar a los desposeídos. El título ya nos explica que la historia que nos cuenta tiene que ver con una familia de Alepo, en Siria, además de reflejar explícitamente la dedicación de su protagonista. Nuri Ibrahim es apicultor y dedica su vida a las abejas, donde vive feliz junto a su mujer Afra, una pintora de cuadros de gran sensibilidad, y junto a ellos, su pequeño hijo Sami. Es a través de los recuerdos de Nuri, y por tanto, narrados en primera persona, como nos adentramos en dos momentos de la vida en Alepo, ya que nos presenta la ciudad y como es su forma de vivir antes y después de la guerra, la amenaza y el extremismo de un conflicto que será la causa de su salida del país, convirtiéndose en supervivientes en los campos de refugiados. Primero llegan a Turquía, después a Grecia, hasta llegar a Inglaterra donde son esperados por su primo Mustafá. La angustia de los refugiados queda perfectamente reflejada en cada momento y en cada situación. Un periplo lleno de dificultades y dolor, mucho dolor que deben afrontar porque también hay esperanza. Es, además, una gran historia de amor ya que nos permite encontrar un gran retrato de unión y comprensión en su búsqueda por sobrevivir de las pérdidas tan profundas que llevan tras sus espaldas, su hijo, su tierra, su identidad, sus deseos… Destacando su profunda vulnerabilidad, también su fuerza y la manera de superar su dolor, su enorme sufrimiento, su gran trauma, para poder enfrentare a la realidad y vivir como pueden en un mundo que les es ajeno. Es una conmovedora y gran historia, absolutamente realista, escrita en un lenguaje muy sencillo, también directo y poderoso, consiguiendo un libro que conecta satisfactoriamente con los lectores, dejándonos una huella imborrable. Y tú, ¿qué puedes encontrar en esta historia? La reflexión está servida ¿Somos individualistas? ¿Somos comunitarios como las abejas? ¿Cómo nos sentimos? Excelente novela de un tema tan importante como actual y muy real. + Leer más |
En Alepo, la vida de Nuri y de su esposa, Afra, transcurría feliz junto a su hijo, Sami. Él era apicultor y dedicaba su vida a las abejas, ella era una artista de gran sensibilidad que vendía sus cuadros en el mercado de la ciudad. Pero cuando sucede lo impensable y la guerra destruye todo lo que aman, tienen que escapar. Mientras huyen a Turquía y luego a Grecia, siguiendo la peligrosa estela de tantos otros refugiados sirios, Nuri evoca sus recuerdos más felices para no perder la esperanza en el futuro, uno en el que pueda reencontrarse con el brezo, las abejas y su primo Mustafá, que los espera en Inglaterra."En el verano de 2016, y de nuevo al año siguiente, trabaje en Atenas como voluntaria en un centro de refugiados. Todos los días llegaban familias enteras perdidas y asustadas. Comprendí que, pese a las barreras del idioma, querían hablar. Regrese a Londres confiando en que lo que había visto y oído desaparecería, pero no fue así, así que decidí escribir esta historia para expresar cómo nos comportamos con las personas que más nos importan tras sufrir una perdida extrema. Este libro trata de eso, pero también del amor y de encontrar la luz. "Christy Lefteri
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