Matar a un ruiseñor

Dentro del género, me gustó bastante. Creo que el hecho de haberlo leído hoy en día, puede que me haya sacado el impacto que debe haber tenido cuando se publico. Me refiero al hecho de contar historias a través de los ojos de los chicos. Vi ciertas similitudes con el libro de John Boyne, “El niño de pijama a rayas”.

La primera parte del libro sirve para ponerte en contexto y presentarte a los personajes. Creo que dentro de esa presentación, por momentos, el hilo de la historia se enreda, trabándose y anclándola, sin embargo, la autora logra trasmitir a través de los personajes principales, una frescura que hace que el goce de la lectura deje de pasar un poco con la historia, y pase a las descripciones y apreciaciones de los chicos.

Ya llegando a la mitad del libro, la historia se encamina claramente a tratar el tema principal y lo hace de una manera clara. La agilidad de la lectura se incrementa, tanto así la ansiedad de llegar al final. Personalmente me gustó mucho, especialmente el Juicio. Creo que el momento culmine de la historia se centra justamente en ese momento.

Ya para el final, la historia vuelve un poco sobre el principio, haciendo un cierre para ponerle moño y mandarlo a ser un éxito. Un libro que se recomienda mucho.


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