La guía de la dama para las enaguas y la piratería

—Gracias -respondo
—No era un cumplido.
—Cualquier cosa puede ser un cumplido si lo tomas como uno.

—¿Alguien te ha dicho que eres obstinada?
—Gracias -respondo.
—No era un cumplido.
—Cualquier cosa puede ser un cumplido si lo tomas como uno

En compañía de mujeres así- filosas como diamantes en bruto, pero con manos y corazones suaves, que no son fuertes a pesar de todo, sino poderosas debido a todo- me siento invencible. Cada grieta, surco o vendaval nos ha hecho rudas, valientes e imposibles de derrotar. Somos montañas, o tal vez templos, con cimientos que podrían sobrevivir al fin de los tiempos

Son todos iguales. Una mujeres debe estar protegida, cuidada y debe estar resguardada de los vientos que podrían golpearla.
Pero yo soy una flor silvestre y resistiré de pie el vendaval. Rara, irreproducible, difícil de hallar, imposible de olvidar

Pero si no puedo creer siempre en mí, puedo creer en...cada mujer que vino antes que nosotras. Nunca he dudado de las mujeres que existieron antes que yo o de que ellas merecían un lugar en la mesa

Eres Felicity Montague, me digo a mi misma. Y no le temes a nada.

No eres una tonta, eres una luchadora y mereces estar aquí. Mereces ocupar espacio en el mundo.

—Ese gorro es ridículo.
—Lo se -dice- Percy lo hizo para mí.
—No sabía que Percy sabía tejer.
—No sabe.

—Ire contigo. Alguien debe asegurarse de que no te arresten. ¿Debería haberme puesto una peluca? Ahora parece que esta es una de esas reuniones en las que hay que vestir una peluca.

Es un nuevo comienzo. Una nueva ciudad. Otro lugar para intentarlo otra vez y probar que merezco un lugar en este mundo.