La chica de los siete nombres

Si hubiera leído este Libro hace unos diez o incluso ocho años atrás no hubiera creído muchas de sus partes, incluso había dudado de la naturaleza de su historia, pero al vivir una Dictadura sentí mucho sus líneas e incluso estoy convencida de que hay mucho más que la autora quiso omitir. Es terrible lo que un gobierno dictatorial hace con su pueblo, y aunque estoy clara que la realidad de mi país es mucho más leve que la de Corea, también es cierto que día a día se comenten atrocidades, adoctrinan a la gente, se atornillan en el poder y con una puño de hierro ahorcan día a día a los ciudadanos hasta tenerlos arrastrados a sus pies. Doy gracias porque mi realidad es diferente y mi experiencia no se compara a la narrada, pero siento y sufro por todos los refugiados, pateros, exiliados, sobrevivientes y guerreros que dejan todo atrás para buscar un nuevo comienzo, para hacerse otra realidad. Arriesgan sus vidas, dejan a sus seres queridos, a la tierra que los vio nacer. No es fácil, aún teniéndolo todo para comenzar de nuevo, menos aún para el que no tiene nada. Admiro la voluntad y la fuerza interior que la autora/protagonista asume en su nueva situación, donde decide triunfar y ser cada día mejor en su nueva oportunidad, a diferencia de muchos otros que se quedan añorando lo que tenían (menos la libertad) o esperando que alguien venga a resolverles la vida, me resulto admirable y totalmente inspirador. También me queda la alegria de saber que tuvo muchos ángeles en su camino, desde un autobús lleno de cómplices en una mentira piadosa, un vagón de tren y hasta un Australiano desconocido con un corazón de oro. Me quedo con esas almas generosas y caritativas, con esa naturaleza humana que nos incita a ayudar sin pedir nada a cambio. Porque definitivamente LOS BUENOS SOMOS MÁS!