La casa de los huesecillos

Comenta el crítico y académico Chris Baldick en su ensayo "El libro de Oxford de los cuentos góticos" que por regla general la ficción gótica tiene una obsesión con las casas antiguas como una alegoría de la decadencia del ser humano. El castillo o caserón gótico no es tanto un edificio viejo y siniestro sino más bien un lugar dispuesto para la degeneración, incluso la descomposición, cuyo espacio vital se oscurece y se contrae en el espacio mortuorio de la tumba.

Beverly Lee evidentemente bebe de esta tradición y le da su toque personal en "la casa de los huesecillos", novela corta que llega a nuestras manos gracias a Dilatando Mentes en una edición en tapa blanda con una portada magníficamente aterradora, que recrea la típica mansión embrujada.

La tragedia, la maldición y la locura son todos elementos fundamentales de una buena historia gótica. ¿Qué nos vamos a encontrar en la novela de Lee? Para empezar, aquí ella reformula y reelabora esos viejos mitos, modernizandolos a nuestra época. Todo arranca con secretos, secretos que esconden los protagonistas y también los lugares... David, un escritor cincuentón de terror que se halla en un bloqueo creativo, acepta la invitación de su agente a instalarse (y más que instalarse, recluirse) en una moderna casa acristalada ubicada en un desolado páramo para huir del escrutinio público debido a un desliz amoroso con un joven de diecinueve años llamado Luca, hijo de Charles, su mejor amigo y dueño de la editorial donde publica sus libros. En esta mansión en la que ahora vive David empezarán a ocurrir hechos extraños, y todo el sórdido espacio que la rodea, los páramos ingleses neblinosos y húmedos van a jugar un papel central gracias a la detallada ambientación que consigue la autora.

Sabremos de una casa asentada sobre los huesos de los muertos, hasta podríamos decir que los huesos forman sus propios cimientos. La leyenda de una mujer y su hija... Beverly Lee sabe que el sitio donde ocurre un hecho fatídico queda marcado... Los fantasmas del pasado y del presente se unirán para enlazar dos historias. Sí, amigo lector, por un lado temblamos ante las circunstancias que vive David en ese lugar. Por otro lado sabremos de cierto terrible suceso sobrenatural que vivió Charles en un manicomio abandonado...

Los amantes del género disfrutaremos de escenas que nos recordarán a las grandes mujeres del género, como lo fueron Ann Radcliffe, Shirley Jackson o Susan Hill. Nos adentraremos en una siniestra atmósfera donde se oyen voces sofocadas que parecen salir directamente de las paredes, mientras de una grieta asoma el espanto. Un frío glacial que no tiene explicación, la niebla, la figura en la distancia, mensajes que encontrará David, que lo urgen a abandonar inmediatamente el lugar, cuervos... Como vemos, Lee actualiza estas convenciones haciendo la lectura más inquietante y perturbadora, usando recursos estilísticos que recuerdan mucho a Poe, por momentos. Es una verdadera maestra en el arte de asustar, con una perversidad y malicia que asombran. Una verdadera heredera de las grandes mujeres del Gótico.

La intriga y el terror van de la mano en una novela que tiene el sabor clásico del mejor relato gótico. Me maravilló ese escritor de terror que no cree en lo sobrenatural y ante las primeras manifestaciones insólitas buscará el sentido común. Luego, la aterradora realidad nos traspasará a nosotros, sabiendo lo que es vivir en soledad, el horror absoluto... En cambio, con Luca desde un principio entenderemos que es un personaje marcado, dudaremos de su destino, pero cuando lleguemos a su desenlace no podremos evitar sostener el libro, si cabe, con más fuerza. Y su padre, Charles, ambicioso, ruin, pero atrapado en una promesa que hizo... condenado para siempre.

Una venganza del más allá que clama por materializarse en nuestra realidad, una locura de ultratumba que vuelve para atormentar a un escritor ya de por sí complicado por su caótica vida personal, en medio de un desolado paraje inglés llamado "La hondonada de los huesos". Sin ninguna duda esta novela es un clásico del horror gótico más sutil y despiadado, ese que nos cala los huesos en una fría noche tormentosa.

Cuando terminéis la lectura, a vuestros nervios todavía les quedará otro reto más, conocer la leyenda de “Mary la del páramo”, ¿lo soportará vuestro corazón? Hay verdades ocultas, hay sitios que jamás se deberían profanar, hay pactos que deben cumplirse, y hay que dejar a los muertos descansar en paz. Bienvenidos a “La casa de los huesecillos”.