El bosque sabe tu nombre

Basondo, Cantabria. Años 20 del s.XX. Alma y Estrella son las hijas del Marqués de Zuloaga, unas niñas que crecen en la abundancia, entre las fiestas de sus padres y el esplendor del caserón en el que viven y en saber que, por ser hijas del Marqués tienen derecho a todo. Ambas son gemelas idénticas en todo, excepto en el color de sus ojos. Alma es la niña buena, la preferida de todos, y Estrella es la díscola, la que le toca crecer a la sombra de su hermana en todos los sentidos, lo que hace que entre ellas crezcan unos celos importantes. Podrían ser una familia adinerada normal de la época, con sus celos, y sus disputas si no fuera porque además, la magia siempre ha parecido estar presente en todas las mujeres de la familia Zuloaga, como un don (o maldición) que se hereda de generación en generación. Por eso las hermanas no pasaran por alto el mensaje, o maldición, que les deja su abuela antes de morir.

Con esta premisa empieza el que fuera el primer libro de Alaitz Leceaga, a la que conocí por "Las hijas de la tierra" y decidí que iba a leer todo lo que la autora escribiera. En este caso ha construido una adictiva novela que no es fácil encasillar, donde aparecen tramas familiares, histórica, con un halo de misterio presente en cualquier rincón del caserón de los marqueses y el bosque colindante, conflictos bélicos, superación, dolor... con unos personajes sólidos fáciles de querer, u odiar, con una pluma ligera y sencilla y bella, que nos muestra el paso de los años para la protagonista, su crecimiento personal, sin que en ningún momento decaiga la trama. Especial importancia para mí, la figura del lobo negro que acompaña a una de las hermanas, qué significa, qué es en realidad? Cuales son sus intenciones?

Como ya sucedía en "Las hijas de la tierra" estamos ante una historia de mujeres, en una época en que las mujeres valían menos que cualquier animal, y en las mujeres de ésta historia vemos el reflejo de las mujeres de la sociedad, desde las esposas sumisas, a las que cogen el toro por los cuernos para tirar para adelante y sobrevivir, en esa época en la que hablar de más podía costarte la vida, en esa España de muertos en las cunetas y bandoleros en los montes...

Con las maravillosas descripciones que hace la autora, conseguimos transportarnos a cualquiera de las localizaciones del libro, ya sea el pequeño pueblo de Basondo a orillas del Cantábrico, o Surrey en el Reino Unido, pasando por la desértica California.... lo mismo sucede con las distintas épocas a las que te lleva, donde puedes sentir todo aquello que sienten los propios personajes, miedo, felicidad, angustia.

Desde luego, me ha servido para reafirmar que, efectivamente, pienso seguir leyendo todo aquello que la autora vaya publicando.

Y vosotros, queréis dejaros llevar por el misterio y el embrujo de los bosques de Basondo y acompañar a nuestra protagonista en sus aventuras?