Leonardo da Vinci. La aventura anatómica

Pintor, inventor, creador, explorador de la naturaleza... Leonardo Da Vinci fue el artista más polifacético del Renacimiento y aún hoy en día sus descubrimientos sirven de ejemplo. de hecho, fue un pionero en los estudios anatómicos cuando estos aún eran considerados aberrantes.

La religión lo condenaba. Está bien abrir el cuerpo de un santo para conservar su corazón, es lícito rescatar el cerebro de un genio. ¿Pero practicar disecciones con fines científicos? ¿Estudiar el cuerpo humano para predecir enfermedades? ¡Nada, nada! Todo esto se realizaba en la clandestinidad y cuando empezó a tener cierta aceptación eran los cuerpos de los condenados a muerte los que se suministraban para tal fin. Hasta se crearon teatros habilitados especialmente para éste tipo de actividad.

Así, nacía una ciencia. Ya hubo médicos eminentes en la antigüedad que destacaron en avances importantísimos, anotando en cuadernos cada mínimo descubrimiento. El libro parte de ahí, de esos primeros estudios tanto para los médicos como para los artistas. Porque ellos también estudiaban el cuerpo humano, está claro. Gente como Miguel Ángel y el propio Da Vinci requerían de ese mismo conocimiento para plasmar de realismo sus obras.

Y eso es lo que quiero recalcar. "La aventura anatómica" tiene contenidos útiles para los ávidos de conocimiento, los interesados en anatomía, en arte, en historia. Incluye láminas e ilustraciones de Da Vinci pero también de otros tantos anteriores que ya mostraron interés por el funcionamiento interno del cuerpo. A todo color y perfectamente dividido en capítulos, no deja ni un detalle en el tintero. Y no os voy a mentir. La sensación de avanzar en la historia de la mano del propio Da Vinci es una maravilla.

Leonardo estudió el cuerpo con una concepción mecánica. Medía, esquematizaba, repetía una y otra vez sus dibujos para alcanzar la mayor fidelidad... y a juzgar por los apuntes que trae el libro, era perfeccionista hasta la médula. Perdón, pero tenía que usar esa expresión.

Gracias a él, el hombre queda dividido en piezas y todos sus secretos salen a la luz. Estudios del movimiento, de los órganos, manos y pies, el sistema vascular, nervioso, pulmonar, el corazón, el cráneo... nada escapa en éste completísimo libro del que aún me falta por contar lo mejor.

Esa encuadernación. Ese lomo desnudo y cosido que permite una apertura de 180º sobre la mesa, la dureza de sus tapas, su gran volumen, la calidad de cada imagen... lo sé, sueno como una enamorada y no descarto que lo esté.


Por desgracia nunca se publicó un tratado de anatomía del propio Da Vinci, a pesar de que él parecía tener la intención de poner en orden sus estudios. Pero nos quedan sus láminas, sus ideas y sus exhaustivos estudios para confirmar su relevancia. Y están aquí.

Una lectura, como ya he dicho, recomendadísima. No perderéis el tiempo.
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