Un mago de Terramar (Historias de Terramar 1)

Este libro narra las aventuras de Gavilan, un joven orgulloso y prepotente que ansia convertirse en hechicero, y como se convierte en un joven hechicero que por el camino se aplaca y mantiene el equilibrio de los poderes.

Además a Gavilan, le persigue una maldición, una especie de sombra y en este libro también viviremos lo que ocurre en el viaje que emprende para acabar con ella y también alguna otra aventura.

Esta es una novela de fantasia épica de estilo juvenil, me ha tenido pendiente de la historia de principio a fin, teniendo en cuenta que no soy muy aficionada ni a la fantasia ni a las novelas juveniles es mucho decir, y se lee de forma ágil, así que no creo que tarde mucho en leerme el resto de libros de la serie.

He leído este libro como parte de una lectura conjunta (capítulo por día) y no sé si habrá sido por ir tan lento, pero se me ha hecho muy pesado. La historia no está mal, es entretenida, pero lo que me ha costado leer las últimas 80 páginas (de un libro que tiene 200) no es normal.

La forma de escribir de le Guin es muy diferente a lo que estoy acostumbrada y reconozco que se me ha hecho bola. Es una mezcla extraña de sentimientos lo que siento por esta lectura, porque pasan muchas cosas, es toda una aventura, pero al mismo tiempo va muy rápido todo (pasan como 6 años en 200 páginas) y a la vez sentía según leía que no estaba pasando nada. No sé si me explico.

Leeré el segundo libro por curiosidad y por seguir con la lectura conjunta, a ver si cambia.

Habrá que conquistar a la oscuridad interna, para hacer la magia más poderosa, esa que cambia el mundo y nos acerca al otro.
Este primer libro es de los más bellos de la fantasía y más, realista si se quiere. La magia nace de la palabra, pero es una ilusión, nunca hace a la materia real, ningún mago creará pan y pescado para llenar panzas de pueblerinos hambrientos.
A la mujer se le ha negado el acceso a la misma magia y conocimiento que los hombres (algo que explorará le Guin en los demás tomos), dejadas a un lado de la historia.
Y nuestro protagonista, inicia como un soberbio que deseas ver sufrir :D termine el libro queriendo abrazarlo y decirle que lo hizo muy bien, que es mejor, que es todo lo que quiero ser.
Esta saga es de lo mejor de la fantasía, un poco fuera del tópico, con altos y bajos, pero sin duda vale la pena y te aseguro que al terminar te llevaras algo dentro tuyo. Su épica es más próxima a lo cotidiano o mundano, a lo pequeño, no es G.G. Martin ni Sanderson, pero estos hombres se pararon en le Guin para construir sus mundos. O quizás le tomaron la mano, yo que se.
PD: no vean ninguna de las películas que adaptan las novelas, malísimas, incluso la de ghinbli o.o aunque si se bajan unas cervezas mientras tanto, puede ser más divertido.

A principios de año me hice con este precioso ejemplar que incluye todos los libros de Terramar y por fin me estoy adentrando en ese universo de fantasía creado por la grandísima le Guin.

En el primero de los libros ambientado en el archipiélago de Terramar se nos presenta a Gavilán, un joven destinado a ser hechicero por su habilidad innata para la magia. Tras salvar a su isla de una invasión pirata gracias a un hechizo de ocultamiento, el famoso mago Ogión se ofrece a ser su maestro, pero tras unos meses con él sin ver avances, Gavilán decide irse a la Escuela de magia de la isla de Roke. En dicha escuela Ged conocerá al que será un buen amigo suyo, Algarrobo, pero también hará un archienemigo, Jaspe, y será en un enfrentamiento contra él cuando a Gavilán se le vaya de las manos un hechizo y libere una sombra que le dejará mal herido y le perseguirá desde entonces para acabar con él.

Tras meses de convalecencia, Gavilán retoma sus estudios pero con más humildad. Una vez se gradúa comienza a trabajar como hechicero, siendo una de sus tareas proteger una isla de los dragones, lo cual consigue admirablemente. Aún así no termina de encontrar la paz, siente que la sombra está cada vez más cerca de él. En el momento en que se decide a enfrentarla se da cuenta de que evita la confrontación directa, por lo que durante la última parte del libro se dedica a perseguirla hasta conseguir por fin enfrentarse a ella.

Cuenta le Guin en el prólogo de la obra que las historias del mago Merlín o de Gandalf son archiconocidas, pero poco se sabe de sus orígenes, cómo eran esos magos antes de convertirse en los personajes legendarios que fueron después, y es en esa etapa de aprendizaje en la que ella quiere centrarse. Lo curioso de este universo es que lo mágico que tiene son las palabras, y es conociendo el verdadero nombre de las personas o las cosas como se adquiere poder sobre ellas y puedes llegar a dominarlas.

Sin duda, una lectura muy disfrutable, sencilla a nivel composición de su universo pero profunda en cuanto los valores que transmite a través de ella.

En este primer acercamiento conoceremos al joven Gavilán, un chico que descubre que tiene poder y potencial para ser mago y comienza su camino. Pero es joven e impulsivo, y eso le llevará a enfrentarse a un gran peligro que cambiará su forma de ver la vida.

Este libro me ha sorprendido muy gratamente. Nos dice desde el principio que Gavilán logrará grandes cosas, que será uno de los mayores magos de Terramar pero, hasta que llega ese momento, nos muestra a un muchacho impulsivo, que no piensa antes de actuar y que se busca problemas. Y eso es lo que más me ha gustado; son muchos los magos que conocemos en la literatura fantástica, pero todos son sabios, poderosos, no se equivocan y están donde tienen que estar, como Merlín o Gandalf pero, ¿Cómo eran esos magos cuando eran adolescentes? ¿Qué hicieron cuando descubrieron que tenían magia? Eso es lo que nos muestra este libro, cómo un mago que será respetado en toda Terramar y famoso por su sabiduría, cometió errores graves siendo adolescente.

Tratando el tema de la magia, me encanta cómo lo enfoca la autora. La magia de este mundo se cimenta sobre el poder que tienen las palabras y me parece maravilloso el worldbuilding que se crea alrededor de este sistema de magia.

Por otra parte, se ve cómo la autora ha creado este mundo conciencudamente, no deja nada al azar y todo está muy bien conectado. Las islas tienen sus historias y sus costumbres y se conectan por los viajes que hacen los protagonistas.

Otra cosa a destacar es la crítica social que subyace en la historia. Esta autora critica la sociedad de su época en sus libros y, en los prólogos, te cuenta lo mucho que tuvo que luchar para que estas críticas fueran aceptadas.

En general, una historia de fantasía clásica que merece la pena descubrir o redescubrir. Si os gusta la fantasía, tenéis que leerlo.

Y por fin he leído a le Guin.

Me parece increíble no haber oído este nombre hasta hace un par de años. JAMÁS había oído hablar ni de ella ni de sus obras.

El caso le Guin no pasaría de la mera anécdota (al igual que sucede cada vez que conozco un autor o autora por aquí) si no fuese por la cantidad de referencias que he encontrado en este libro que seguro fueron una inspiración para J.K. Rowling a la hora de crear a su archiconocido mago. Me choca mucho haber leído toda la saga H.P. y ser una gran seguidora y no haber oído nunca que se había inspirado TANTO en alguna otra obra. Y es que había leído alguna vez que sus influencias literarias eran Macbeth, Las crónicas de Narnia y Austen (really?) entre otras, pero ni mu de la tita Ursula. No hablaría de plagio porque las diferencias son abismales pero sí creo que hubo mucha inspiración. Un niño "no querido" que tiene un poder innato superior al resto, una escuela de magia, un bosque prohibido, cicatrices que duelen, "malo" con conexión directa con el protagonista....

Las referencias de le Guin son claras (ella misma las explica),Tolkien, Lewis y T.H. White son fácilmente reconocibles en este libro y me hubiese gustado que Rowling hubiese hecho lo propio y si soy sincera me ha caído un poco el mito a los pies. Si tenéis más información sobre este tema me encantaría que me contaseis porque me ha chocado muchísimo.

Aquí tenemos la historia de Duny, un niño que nace con grandes poderes y emprende una aventura épica para escapar del mal que le acecha a la vez que empieza su aprendizaje como mago. Una lectura que me ha encantado a pesar del mareo. El protagonista se mueve más que Willy Fogg y además ya sabéis que las aventuras marítimas no son lo mío (a menos que seas Stevenson y me pongas a Livesey a remar). Una lectura para evadirse, soñar y desconcertar de todo durante un rato. Tiene también una lectura filosófica que le da una profundidad muy interesante a la historia. Sin duda seguiré con la saga.

Hay historias que no necesitan presentación y creo que esta es una de ellas, pero nunca está de más rememorarla. Estamos ante uno de los mayores clásicos de la historia de la literatura fantástica, de la mano de la inigualable Ursula K. le Guin.

«Un mago de Terramar» es la primera de las historias basadas en este mundo y sigue las aventuras de Ged, un joven hechicero que, cegado por el orgullo y el poder, libera un peligroso ente sombrío que pretende acabar con él.
Bajo esta premisa nos encontramos con una obra juvenil (aunque disfrutable a cualquier edad) que hoy en día se podría decir que sigue varios clichés: el elegido, el viaje del héroe, el equilibrio entre las fuerzas del bien y el mal... Sin embargo, no hay que perder de vista que esta obra fue publicada en 1968. ¡Libros como estos fundaron los "clichés"! No obstante, también tiene elementos realmente rompedores tanto para esa época como para los años posteriores, como por ejemplo, un protagonista de piel oscura. La triste realidad es que a día de hoy aún cuesta verlo y son muchos los que hablan de "inclusión forzada".

Tópicos típicos aparte... «Un mago de Terramar» es una novela plagada de aventuras, con hechiceros, profecías y criaturas legendarias. Un plato exquisito para todos los amantes de la fantasía épica más clásica. Actualmente a este género le pedimos más veracidad, una explicación o un trasfondo para el sistema de magia, unos personajes imperfectos, con una construcción sin fisuras y un pasado que justifique (o no) su forma de ser. No obstante, a veces está bien que la magia sea simplemente eso, magia. Que las propias palabras, o los nombres, como en este caso, tengan el poder suficiente sin más explicación. A veces, tan solo nos apetece viajar hasta tierras lejanas y hablar con dragones; vivir aventuras surcando cielos y océanos, aunque cada viaje dure apenas unas páginas.

Esto es lo que nos da Terramar. Fantasía de la de toda la vida, la que inspiró a las grandes obras de hoy en día y la que nos inició a muchos en este género.

Esperaba mucho más de este libro. A parte de unas muy buenas descripciones geográficas, parte del libro solo es barcos, barquitas, barcazas, y navegación a este, oeste, norte y sur lo que se me ha hecho muy aburrido. Otro problema que le he encontrado es el hecho de que en casi todo el libro no hay personajes secundarios que participen en la historia centrándose en el protagonista, como que tampoco se profundice en la magia, sólo queda claro que tiene que haber equilibrio entre la luz y la oscuridad y la necesidad de saber el nombre de las cosas.
Una de las cosas buenas del libro, es el hecho de ser referente para otros autores que han creado grandes sagas, el más claro Patrick Routhfuss con la importancia de saber el nombre real de las cosas, pero también podemos encontrar referentes en la Dragonlance y su protagonista más carismático Raistlin Majere, mago tullido por culpa de la magia y un carácter complicado, muy parecido al protagonista de un Mago de Terramar, así como también se podría encontrar una referencia en los sistemas de magia creados por Brandon Sanderson que siempre tienen su contrapartida, un hecho que durante mucho tiempo no estuvo presente en la narrativa fantástica.

Durante toda la obra no dejaba de pensar en que 'Un mago en Terramar' no estaba siendo otra cosa que una metáfora, preciosa y maravillosamente escrita, sobre la depresión y el desarrollo personal. al final del libro, le Guin nos lo confirma con una cita que resume a la perfección el libro:
"Para ser el hombre que puede ser, Ged tiene que descubrir quién y cuál es su verdadero enemigo. Tiene que descubrir lo que significa ser el mismo. Eso requiere no una guerra sino una búsqueda y un descubrimiento. La búsqueda lo lleva a través del peligro mortal, la perdida y el sufrimiento. Ese descubrimiento le trae la victoria, el tipo de victoria que no es el final de una batalla, sino el comienzo de una vida.