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Esperaba mucho más de este libro. A parte de unas muy buenas descripciones geográficas, parte del libro solo es barcos, barquitas, barcazas, y navegación a este, oeste, norte y sur lo que se me ha hecho muy aburrido. Otro problema que le he encontrado es el hecho de que en casi todo el libro no hay personajes secundarios que participen en la historia centrándose en el protagonista, como que tampoco se profundice en la magia, sólo queda claro que tiene que haber equilibrio entre la luz y la oscuridad y la necesidad de saber el nombre de las cosas. Una de las cosas buenas del libro, es el hecho de ser referente para otros autores que han creado grandes sagas, el más claro Patrick Routhfuss con la importancia de saber el nombre real de las cosas, pero también podemos encontrar referentes en la Dragonlance y su protagonista más carismático Raistlin Majere, mago tullido por culpa de la magia y un carácter complicado, muy parecido al protagonista de un Mago de Terramar, así como también se podría encontrar una referencia en los sistemas de magia creados por Brandon Sanderson que siempre tienen su contrapartida, un hecho que durante mucho tiempo no estuvo presente en la narrativa fantástica. |
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