Cuatro caminos hacia el perdón

"(..) ¿Sabe usted lo que somos las mujeres aquí, en este mundo? No somos nada. No formamos parte del gobierno. Las mujeres hicieron la Liberación. Trabajaron y murieron por ella igual que los hombres. Pero nunca fueron generales, no son caciques. No son nadie. En las aldeas son menos que nadie, son bestias de carga, ganado de cría. (...)"
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Si de algo me he dado cuenta leyendo a Ursula es de lo tremendamente real que pueden llegar a ser los mundos imaginados. O, si lo preferís, de la necesidad que muchos creadores tienen por plasmar la realidad que viven incluso cuando plantean realidades alternativas que podrían ser mucho más benignas. En este caso, esa realidad acaba siendo parte importante de un mundo que podría ser más igualitario pero que siempre cojea por el mismo lado y eso hace que a veces sea un calco del mundo en el que vivimos. Lo bueno de esto es que, gracias a estas lecturas, muchos pueden ver clara una realidad que en su vida cotidiana apenas perciben e incluso ignoran. Paradojas.
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En este libro se incluyen cuatro relatos de la autora que nos presentan unos mundos que se parecen demasiado al nuestro. La humanidad se divide entre " bienes" y " propietarios ", y las mujeres son esclavas de los esclavos. Hay dos planetas, Werel y Yeowe, que albergan sociedades complejas donde tradición y libertad son términos contrapuestos, y donde un grupo de personajes inolvidables luchan por su humanidad. Los cuatro relatos están claramente relacionados entre sí y,aunque en principio cueste un poco entrar en este universo, después se convierte en una experiencia muy gratificante. Sin duda hay que seguir leyendo a Ursula.