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Crítica de GemaMG


GemaMG
04 August 2021
“En este pueblo respetaban los secretos de la gente donde, resultaba más fácil así, dado que todos los hilos están entretejidos y dependían unos de otros, como una tela de araña gigantesca.”

Hoy os traigo mi opinión sobre "Alas de plata", la continuación de "Una jaula de oro" en la, que la protagonista es una mujer que llega a la últimas consecuencias para superar el maltrato al que ha sido sometida.
Cómo os comento esta es la segunda novela y no descarto que exista una tercera, pues, a pesar de que esta historia va cerrando muchos de los flecos pendientes de la novela anterior, aún deja colgando un cabo que es vital para la tranquilidad de la protagonista.
Faye, la protagonista, con la que conseguí no conseguí empatizar demasiado en la novela anterior, tampoco lo ha conseguido en esta.
Soy capaz de comprender los motivos de sus actos, máxime cuando la escritora explica tan explícitamente las torturas que superó en su infancia y su adolescencia, pero tal vez por conocerlo, me ha parecido menos creíble en ese presente de mujer que parece haberlo superado todo y que sólo busca la venganza contra el género masculino, al que, sin embargo, de una u otra forma se siente enganchada.

“He aprendido la lección. Nunca más volveré a ceder el poder. Nunca volveré a ser vulnerable.
- Eso es algo que no puedes prometer. Y tampoco quiero que lo prometas. Tenemos que atrevernos a ser un poquito vulnerable.”

Como digo, no es una historia que me haya parecido demasiado creíble, pero como todo lo que escribe Camila Lackberg me ha resultado entretenida, a lo que debo añadir, que tal vez, la falta de disfrute de esta lectura se debiera también al momento físico y psíquico en el que me enfrente a ella.
Faye es una mujer complicada, una mujer ambivalente, con una doble o triple vida a la que le obligan sus circunstancias personales, una mujer difícil de entender y de aceptar. Una mujer de éxito profesional y económico de cara para afuera, pero una mujer temerosa y débil en cuanto a su seguridad personal y sobre todo psíquica.

“¿De que valían el dinero y el éxito si se veía obligada a vivir lejos de las personas a las que quería?”

Y es sobre todo, una mujer que vive la sororidad, esa palabra tan de moda últimamente, como nadie, una mujer que hace de la misma su bandera de vida, porque, a la larga, las personas más importantes de su vida, la que la hicieron superar sus momentos difíciles, las que le han ayudado a conseguir todo el éxito y la riqueza en la que ahora abunda han sido mujeres. Y no solo las que eran o parecían amigas, sino algunas explícitamente enemigas, a las que la protagonista consigue ayudar, porque toda la crueldad que manifiesta ante los hombres se torna en comprensión hacia aquellas mujeres a las que, de una u otra forma ve derribadas por las armas de estos.

“Mujeres, siempre igual - pensó Faya - como siempre minusvalorándose, incapaces de reconocer sus méritos. Así es como nos educan. Eso es lo que nos enseña el mundo. Y el mundo lo gobiernan los hombres, que son los únicos que ganan si solo nos consideramos valiosas en tanto que les somos útiles a ellos.”

En esta novela la autora nos pasea por lugares maravillosos, dando una importancia vital a las ciudades y los movimientos de la protagonista por los mismos, Italia, Estocolmo y una magnifica descripción de Madrid, que no puedo dejar de señalar.

“Las calles de Madrid. Parecía una ciudad de embrujo, con más vida que ningún otro lugar que Faye pudiera recordar. En cada esquina había corrillos de personas que hablaban y gesticulaban como si lo que estuviera contando fuera lo más emocionante del mundo, los niños jugaban al fútbol o correteaban ruidosamente; en los bancos de los parques hablaban las parejas de enamorados, y los jóvenes fumaban marihuana y bebían vino tumbados sobre el césped.
Y todo resplandecía bañado en la luz ambarina y densa de las farolas.”

Como en todas sus historias, en esta, la autora nos plantea momentos crueles e inconfesables, misterios por descubrir, de traiciones y alianzas, personajes viles que siempre tienen algo que esconder, personajes buenos que no son tan buenos y malos que no lo son tanto como pareciera a primera vista. En esencia, he vuelto a encontrar a una autora a la que me gusta leer por como cuenta sus historias, aunque he de decir que no es que esta haya sido mi historia preferida y que este deseando una nueva aventura de Patrick y Ericka, aunque os aseguro que, si hay un final para la historia de Faye, no pienso dejar de leerla. Tal vez en ella encuentre la comprensión que no he conseguido en estas dos lecturas.

“Las personas felices se encontraban en todas partes. […] Nuestras tinieblas no parecían extenderse más allá del jardín. Claro que, a saber… Yo solo veía las apariencias. Exactamente igual que los vecinos solo veían nuestra superficie a través de su ventana de la cocina y de conversaciones cotidianas acerca del césped que crecía en la linde de nuestros jardines.”
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