La balada de Tom el Negro

No siempre un autor consigue que devores sus historias sin que apenas te de tiempo a respirar. Que cuando te sientas a leer pierdas la noción del tiempo hasta que te sonrojas por las horas que marca el reloj. Y es que cuando comienzas esta historia es difícil dejarla hasta que llega su final. Claro está que esta novela es corta, de apenas ciento cincuenta páginas, escritas con letra grande y capítulos cortos. Pero es que todo lo que se cuenta en esta novela fascina y te atrapa.
Y eso que en un momento dado se produce un giro de 180º que te despista. Una variante con la que no contaba y a la que no encontraba sentido hasta que uní todas las piezas. Ese tipo de recursos me desconciertan, sobre todo cuando la historia corta su ritmo trepidante para contarte otras cosas. Aunque ahora, a decir verdad, puedo decir que tiene todo el sentido del mundo y que es necesario para apreciar ese curioso desenlace.
Poco debieras saber del argumento más que conocer que nuestro protagonista es un músico callejero sin demasiada habilidad con la guitarra al que un misterioso personaje invita a amenizar una fiesta privada. A partir de entonces la historia muestra todas sus armas y se convierte en toda una montaña rusa de horrores.
Claro está que no es una historia del todo original. Lo que nos cuenta Victor Lavalle es una revisión de uno de los célebres relatos de Lovecraft, El horror de Red Hook, retirando todos los detalles que convierten aquella historia en una de las que más se puede reprochar al genio de Providence. Porque en aquel relato, más allá de los horrores que nos cuenta, destaca el profundo racismo y xenofobia que impregnaba al autor y su época. Aquí, sin embargo, Lavalle da un giro radical a la historia aprovechando esa misma lacra para que la narración fluya en una dirección completamente opuesta, mostrándonos el punto de vista de nuestro protagonista ante un mundo que le desprecia.
Ya luego hay otros cambios en la novela que estoy seguro será igual de aplaudido por los amantes de la historia pero que, en mi caso, le restan potencia a lo que nos narra. Pero es muy personal ya que lo que se descubre en el desenlace de esta novela puede ser aplaudido con creces y quedarte tan ancho. Eso sí, Lavalle nos va dando pistas así que a los que conozcan esos horrores no les debe coger desprevenidos.
En definitiva, es una historia muy divertida, con más profundidad de la que aparenta y con un trasfondo muy social que mejora el relato original en la mayor parte de sus aspectos. Tan solo por eso, merece un vistazo,

Si hay un escritor que ha logrado inspirar con sus historias a incontables autores de terror, es sin duda H. P. Lovecraft. El horror cósmico que creó, así como sus mitos, son reversionados de tanto en tanto por obras tan originales como la que hoy les quiero recomendar: La balada de Tom el Negro, de Victor LaValle. La novela corta ganadora tanto del British Fantasy Award como del Shirley Jackson Award en el año 2017 y que acaba de ser publicada por el sello Runas de Alianza Editorial.

"Los que se mudan a Nueva York siempre cometen el mismo error: no son capaces de verla".

Esa primera línea de la novela es una clara declaración de intenciones. LaValle, oriundo de Nueva York, decide tomar El horror de Red Hook, uno de los relatos que Lovecraft escribió mientras vivía en Brooklyn (en el que se hace patente la xenofobia y el racismo del autor de Providence) y reescribe la historia de uno de esos personajes sin nombre de la obra original. Así, nos encontraremos con Tommy Tester, un joven negro de Harlem cuya vida cambia de forma radical tras un encuentro fortuito.

Ambientada en el Nueva York de los años veinte, Tommy es un joven que desearía tener buena voz para dedicarse a cantar jazz, pero que al no tener ningún talento musical trabaja haciendo trapicheos para mantener a su padre moribundo, un hombre envejecido tras una vida dedicada a la construcción en condiciones lamentables, unas que ni siquiera le aseguraba que iba a cobrar su salario completo, todo ello debido a su color de piel. Así que nuestro protagonista aprende por las malas desde pequeño que la vida honrada no sale a cuentas y se dedica a lo que él llama actuar, pero que todos los demás considerarían estafar y timar.

"Así se trapichea con lo arcano: se esquivan las reglas, aunque sin romperlas".

Tommy toma su guitarra y decide un día aventurarse a Brooklyn en busca de nuevos trabajos, donde conocerá a Robert Suydam, un hombre blanco adinerado que con la excusa de celebrar una fiesta quiere contratar sus servicios como cantante. Ese primer encuentro con Suydam hace que Tommy conozca a un policía y a un inspector que están investigando al anciano y que ponen de manifiesto que saben todo sobre nustro protagonista y su trapicheo más reciente, ese que incluye a una vieja llamada Ma Att y a un peligroso libro amarillo.

Después de una noche en casa de Robert Suydam, Tommy se da cuenta que hay muchos horrores aún mayores que la indiferencia cósmica de aquellos que como el Rey Dormido están esperando el momento de despertar. al fin y al cabo, la maldad tiene millones de formas y la crueldad que somos capaces los seres humanos de ejercer entre nosotros es más aterradora que ninguna otra amenaza, sin importar las dimensiones que tenga.

"¿Qué era la indiferencia comparada con la maldad?"

Dividido en dos partes, la novela primero nos mostrará la historia desde el punto de vista de Tommy, para cambiar luego a la perspectiva de Malone, el inspector. LaValle hace un excelente trabajo reimaginando la obra y a los personajes de Lovecraft para crear una historia nueva, con una perspectiva diferente en la que el racismo y la brutalidad policial son presentados desde la óptica de aquellos que la padecen. La traducción de Pilar Ramírez Tello es como siempre sinónimo de una calidad excepcional y la edición de Runas en tapa dura es para coleccionar.

Horrores cósmicos, conocimientos arcanos, Nueva York en los años veinte y jazz, La balada de Tom el Negro de Victor LaValle es una novela corta maravillosa que no se limita a homenajear el legado del autor de Providence, sino que lo cuestiona y lo trasforma en mucho más. Es un relato adictivo y redondo que una vez que empiezas a leer no quieres abandonar. Si les gustan las historias de terror tienen que darle una oportunidad a que LaValle los conquiste como logró hacerlo conmigo. Ojalá veamos pronto más de sus obras en español.
Enlace: http://inthenevernever.blogs..

Charles Thomas Tester, un joven negro de 20 años, se dedica a vivir mediante trapicheos en Harlem para poder cuidar de su padre enfermo. Un día, un viejo multimillonario llamado Robert Suydam, le escucha cantar en la calle y le propone ir a su mansión a actuar una noche a cambio de una enorme cantidad de dinero.
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La editorial Runas nos trae una edición preciosa de esta novela corta, ganadora del British Fantasy Award y del Shirley Jackson en 2017, narrada desde dos puntos de vista diferentes y necesarios. Para hablar de este libro, únicamente hay que fijarse en la dedicatoria de Victor LaValle: “Para H. P. Lovecraft, con todos mis sentimientos encontrados”. Porque hay un amor hacia el maestro y al mismo tiempo una reivindicación social muy actual y necesaria. ¿Y qué tiene que ver Lovecraft con todo esto? Absolutamente todo. Esta novela corta de apenas 140 páginas es una vuelta de tuerca al relato de Lovecrat de “El horror de Red Hook”, con el que comparte algunos espacios y personajes comunes, pero escrito por LaValle de una manera totalmente diferente, haciendo un lavado del racismo y la xenofobia que desprendía el original, y mejorándolo. Y aquí algún purista de Lovecraft, y más después de haber celebrado ayer su aniversario, se me puede lanzar al cuello pero no me importa, el Rey que duerme en el fondo del mar está de mi parte.
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“La balada de Tom el Negro” es una canción de conjuros de horror cósmico con la que aprenderás que hacerse invisible, camuflarse y obedecer son los mejores trucos para sobrevivir de un negro en un barrio blanco, porque solo se es invisible cuando uno es inofensivo. Así que aléjate de sociedades secretas y grimorios malditos, pon de fondo la canción de “Grinnin' In Your Face”, de Son House, y disfruta de una lectura fantástica sin olvidar que todo en esta vida tiene sus implicaciones. Tanto tú, como yo, podemos llevar dentro un infierno y desatarlo en cualquier momento.
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Antes de comenzar el libro, debes pronunciar una palabra o no podré prometerte cuáles serán las consecuencias. Repítela conmigo: Ashmodai.

Los felices años veinte: época del inmortal expansionismo norteamericano en el que poder, riqueza y retrógrado clasismo étnico se dan la mano, y..., ¡vil desasosiego! Desasosiego cruento durante la contemplación-nada utópica-de la realidad estadounidense de principios del XX, en cuyo núcleo germina un Horror Cósmico que late de manera intermitente..., mas, de forma hosca y constante.
Os presentamos la reseña de "La balada de Tom el Negro", de Victor LaValle.

Tras "Agentes de Dreamland" (Caitlín R. Kiernan), el sello Runas se encauza hacia una colección de obras cortas del género fantástico-en concreto, de terror-, que replantean una novedosa visión o forma de reinterpretar la realidad.
En este caso, nos embarcamos en 1924, momento en el que Charles Thomas Tester, joven negro de Harlem de clase humilde, se aleja de los anhelos que su padre tenía para él: conseguir un trabajo honrado-de esta manera, el autor nos envuelve en el hálito social de la norteamérica de principios del XX, con el racismo propio del "White Power" y el clasismo de las castas de las dispares barriadas de los negros del Harlem, de los sirios y españoles de Red Hook, o de los chinos e italianos de Five Points…-. Y como no podía ser menos, la temática migratoria de los veinte se reflecta en el libro a través de la pobreza inmisericorde del momento. Todo ello, embutido en un éter umbrío, detectivesco y policíaco, que se nutre, en gran medida, de "El horror de Red Hook", relato del gran maestro Lovecraft.

Victor LaValle plantea "todo lo básico" para encontrarnos ante la contemplación de una obra sensacional; obra en la que se atornilla un nuevo concepto de las obras lovecraftianas-existe una mentalidad más madura en la forma de esquematizar la cosmología de Lovecraft-. El autor juega muy bien sus "bazas esotéricas", con el fin de juntar todas las piezas en el punto más llamativo del Horror Cósmico: Cthulhu.

Otro aspecto curioso es la jugabilidad que tiene el autor con los personajes; les confiere distintos roles protagonistas a medida que discurre la trama. Por tal cuestión, personajes como Charles Thomas, humilde y "nimio", se reconvertirá en un ser cruel y oscuro-lo que confiere al argumento mucho más juego creativo-.

El desenlace resulta, sin género de dudas, ¡lo mejor de la novela! El autor consigue dar el peso y dinamismo suficiente para mostrar un escenario lovecraftiano muy influido por obras como The Twilight Zone o Twin Peaks.

Además, para los amantes de la cosmología lovecraftiana y sus autores, Victor LaValle ha introducido ciertos guiños y cameos de escritores-y personajes-que conformaron el genuino Círculo de Lovecraft (claro homenaje a Robert E. Howard y al propio maestro de Providence), lo que nos hace sumergirnos en una lectura muy apasionante y entretenida.

Puntos flacos: pese a la visión aportada por LaValle, muchos aspectos de la trama son "forzados", violentados argumentalmente hablando; y aunque el autor busca un desencadenante, lo cierto es que se provoca el efecto opuesto-decae el realismo y se rompe la fluidez-de una obra, merecedora justa de un World Fantasy Award.

OPINIÓN PERSONAL: LaValle remodela el mundo lovecraftiano, aportando una variante más sombría y realista, reubicando el mundo onírico que surgió de la gran mente del maestro de Providence.
Enlace: http://bibliotecadepnakotos...

Una especie de retelling de una historia de Lovecraft, siguiendo a un protagonista negro, Thomas, que se dedica a trapichear para salir adelante. Lo interesante es que el tipo de trabajos que lleva a cabo tienen un toque oscuro, que lo acaban llevando a encontrarse con un personaje que hará que su vida tome un giro mucho más siniestro.

Años 20, siguiendo la estela de Lovecraft este libro corto entretiene, y mucho. Dicho esto, personalmente me ha gustado muchísimo más la primera parte (con un determinado narrador) que la segunda, y hubiera preferido que todo el libro hubiese continuado así. La segunda parte no está mal, y es donde se desata todo el caos, pero creo que palidece en comparación con la primera.

Sea como fuere, es una lectura que se disfruta, fluida y con ese toque de horror cósmico (y tentacular) lovecraftiano que tan atractivo resulta.