Una historia de amores y pasiones, donde los sentimientos prohibidos, como el agua, van buscando su canal para expresarse. Y es a través de los platos que prepara Tita, que aquellos logran comunicar lo que el corazón grita, pero los labios son obligados a callar. Cada comida lleva como ingrediente extra lo que la protagonista experimenta en sus entrañas, y de esta manera, los comensales al probar cada bocado, se alimentan de esos sentimientos y los vulneran. El final logra sensibilizar y sorprender a la vez. Una obra para leer en pocos días, pero para recordarla por siempre |