El año de los delfines

Para ser fiel a ti misma y cumplir tus sueños. A veces es necesario romper con todo aquello que has sido. Emprender un largo viaje y convertir en realidad la pasión de tu vida. El año de los delfines nos relata la gran aventura vital de Laura, una madre de familia todavía joven que quiere cumplir su sueño de convertirse en bióloga marina.

Colonia, Alemania. ¿Cómo debe seguir mi vida?, se pregunta Laura, madre de dos adolescentes. Ahora que sus hijos se están volviendo cada vez más independientes, Laura piensa en su antiguo sueño de convertirse en bióloga marina. Cuando surge la oportunidad de trabajar durante algún tiempo en el campo de la observación de ballenas y delfines en Nueva Zelanda, la aprovecha con sentimientos encontrados. En Nueva Zelanda, Laura abre un mundo completamente nuevo. Sin embargo, echa de menos a sus hijos, pero difícilmente a su marido. El aventurero Ralph y el activista por los derechos de los animales Steve buscan el favor de Laura, mientras que ella se siente más atraída por el reservado Ben.

Mi valoración personal:
El año de los delfines de la exitosa escritora Sarah Lark nos relata la gran aventura vital de Laura, una madre de familia todavía joven, que quiere cumplir su sueño de convertirse en bióloga marina y para ello, no duda en embarcarse en un apasionante viaje desde Alemania hasta el país de la nube blanca para trabajar como guía en una empresa turística especializada en cruceros para atisbar ballenas y delfines.
Con esta premisa sin duda me llamó la atención, una nueva novela que embarcarme de Sarah que supo enamorarme en Allí donde nace el día pero que en esta ocasión no logra meterme entre sus páginas con la facilidad que lo hiciera en anteriores novelas.
Laura, la protagonista vive en Alemania en un matrimonio que parece hacer aguas y unos hijos que crecen y casi que ya no la necesitan. A sus 31 años siente que su vida no está completa del todo ya que ha dejado su sueño a un lado: ser bióloga marina.
Movida por hacer realidad ese sueño y apartarse de su convencional vida, decide aceptar la oportunidad que se le brinda de trabajar de guía turística en Nueva Zelanda para acompañar a los turistas a los avistamientos de ballenas y delfines. Su marido y sus padres no ven con buenos ojos esta decisión, pero sus hijos la apoyan con lo que Laura se embarca en la aventura de su vida.
Y como es característico en Sarah, la belleza de sus descripciones de los paisajes es lo que hace enamorarte de ese maravilloso entorno, en esta ocasión, aunque no haya saltos en el tiempo, si que he disfrutado igual de esos parajes exóticos y llenos de paz que nos trasmite a cada página.
Pero en cuanto a la historia, no he podio empatizar con la protagonista ni con su historia. Me ha gustado el hecho de que Laura pueda realizar ese sueño que la perseguía desde bien pequeña, pero el hecho de “desentenderse” de todo lo que tenía en Alemania me ha resultado un poco egoísta también por parte de ella, como del mismo modo que es egoísta su marido y sus padres con animarla a conseguir sus sueños.
Un libro que nos hace reflexionar sobre el turismo “ecológico” mostrándonos las partes buenas y malas que tienen este tipo de cosas que se catalogan como “sin daño para el planeta”. 

En conclusión, un libro que destaco por esos paisajes maravillosos del país de la nube blanca donde la naturaleza juega parte del protagonismo en esta novela contemporánea que me ha entretenido pero que no he terminado de disfrutar como pensé que lo haría.