Tandisquemoiquatrenuits08 November 2021
ODA Préstame tu inmenso ruido, tu inmensa marcha tan suave, Tu deslizamiento nocturno por una Europa iluminada, ¡Oh tren de lujo! y la angustiante música Que zumba a lo largo de tus pasillos de cuero dorado, Mientras que detrás de las puertas laqueadas, con sus pica- [portes de cobre macizo, Duermen los millonarios. Yo recorro canturreando tus pasillos Y sigo tu curso hacia Viena y Budapest Uniendo mi voz a tus cien mil voces, ¡Oh Harminoka-Zug! Por primera vez sentí toda la dulzura de vivir En una cabina del Nord-Express, entre Wirballen y Pskow. Nos deslizábamos entre praderas donde los pastores, Al pie de grupos de grandes árboles semejantes a colinas, Iban vestidos con pieles de cordero, crudas y sucias... (Ocho de la mañana en otoño, y la hermosa cantante De ojos violeta entonaba en la cabina de al lado.) ¡Y vosotras, grandes ventanillas a través de las cuales he [visto pasar la Siberia y los montes de Samnio, La Castilla áspera y sin flores, y el mar de Mármara bajo [una tibia lluvia! Prestadme, oh Orient Express, Sud-Brenner-Bahn, prestadme Vuestros milagrosos ruidos en sordina Y vuestras vibrantes voces de cantarela; Prestadme la respiración ligera y fácil De las locomotoras altas y esbeltas, de movimientos Tan desenvueltos, las rápidas locomotoras, Que preceden sin esfuerzo cuatro vagones amarillos con [letras de oro Por las montañosas soledades de Serbia, Y, más lejos, a través de una Bulgaria llena de rosas... ¡Ah! que esos ruidos, que ese movimiento Entren en mis poemas y digan Por mí mi vida indecible, mi vida De niño que no quiere saber nada, sino sólo Esperar eternamente cosas vagas. + Lire la suite |