—Pues venga —dije, como haciéndole una carantoña al jurado—. Deja de hacer el capullo y métete en faena, Neal. Él me miró y luego volvió a coger su bloc de notas y le echó una ojeada, para volver a donde estaba. Yo casi podía deletrear la idea que tenía impresa en la frente: atraer, atrapar, joder. —De acuerdo —dijo él—. Vayamos al período posterior al crimen. |