Lo primero aconsejaros que si no habéis viajado nunca a Roma y tienes intención de visitar la ciudad eterna, no leas el libro del que os vengo a hablar. Este libro tiene dos protagonistas indiscutibles. Por un lado, Roma, ciudad imperial, ciudad eterna, pero desde un punto de vista deprimente, en el que sólo aparece la basura por las calles, la inmundicia, la corrupción. Una amante a la que el autor intenta abandonar pero que lo tiene atrapado sin remedio. Por otro lado, el crimen, real, que el autor intenta mal que bien explicar, si es que la maldad tiene alguna explicación lógica. Y lo hace centrando las miras no sólo en los criminales, Marco Pratto y Manuel Foffo, y la víctima Luca Varani, sino también en el circo montado a su alrededor por la prensa. Y es que por intentar explicar, razonar, el crimen, todo el mundo juzga incluso a la víctima, intentado culpabilizarla en algún caso como forma de justificar lo injustificable. Es una lectura densa, interesante pero en algún momento pesada, y de tan negra, llega a ser deprimente. |