La leyenda de una casa solariega

Cuando recibí la noticia de que me había correspondido hacer la reseña de la leyenda de una casa solariega, sentí como si hubiera recibido un pequeño anticipo de mis regalos de Navidad y, desde luego, uno de los que más ilusión me podría hacer.
La leyenda de una casa solariega presenta una serie de características que la convierten en un valor seguro. Por una parte, su autora, Selma Lagerlöf, es una escritora sueca de gran relevancia que ha pasado a la historia como la primera mujer en recibir el premio Nobel de Literatura en 1909. Además, a Lagerlöf debemos obras tan conocidas como El maravilloso viaje de Nils Holgersson a través de Suecia y La saga de Gösta Berling. Ambos hechos suponen sino una garantía de la obra, sí una buena carta de presentación.
La leyenda de una casa solariega trata de un tema tan antiguo como el amor y su lucha por hacer que el bien prevalezca sobre el mal. Para ello la escritora sueca se sirve de una trama muy bien estructurada en la que presenta la historia de Gunnar Hede, un joven estudiante descendiente de una familia acomodada que, entregado a la pasión de la música, se olvida de la vida real: la familia de Gunnar se encuentra en una precaria situación económica que amenaza con la pérdida de la casa en la que viven. al enterarse de esta noticia Gunnar decide dedicarse al comercio ambulante para lograr el dinero que necesita para salvar la situación familiar. Sin embargo, un incidente le arroja a la fosa de una locura de la que nadie parece poder sacarle. Junto a Gunnar aparece la figura de Ingrid. Ésta es una joven encantadora a la que Gunnar ayuda al comienzo de la obra a encontrar su camino en la vida, salvándola de la tristeza y la incomprensión. Ingrid siente hacia Gunnar una gran cantidad de sentimientos: gratitud, admiración por su belleza y amor. Enterada de su desgracia luchará contra toda esperanza para ayudar a Gunnar en su locura, desafiando la opinión de cuantos le rodean.
Si en un principio puede parecer que algunos elementos de la obra son superfluos, cuando llegamos al final de la narración se comprueba la calidad de la escritora que retoma personajes, paisajes y situaciones para cerrar la novela como si de una hermosa caja se tratara.
Por otro lado, la distribución temporal de la obra nos confirma la precisión y dominio narrativo de la autora. Selma Lagerlöf presenta esta historia en una línea narrativa que se mueve entre dos planos: uno, cercano al lector, en el que relata acontecimientos, caracteriza a sus personajes física y psicológicamente en su entorno y otro más lejano, al que podríamos calificar de legendario. En éste los perfiles se tornan borrosos: lo que importa es la trama que se toma un ritmo más ágil para abandonar las descripciones de todo tipo.
Otro aspecto que es necesario resaltar en la obra que no llega a las 200 páginas es el tratamiento de los personajes. Éstos son muy variados y de diferentes estratos sociales. Lagerlöf los presenta de forma sencilla, y precisa su estado anímico de forma magistral, destacando el modo en que aborda las figuras de los protagonistas, cuya evolución se muestra casi por segundos.
En definitiva, la editorial Funambulista nos ofrece la oportunidad de acercarnos a una novela que ya es sin duda un clásico de la literatura sueca y probablemente de la literatura universal. Gracias de nuevo a Masa Crítica y a la editorial por ofrecerme la oportunidad de conocer esta obra, que ya he comprado para regalar a mis amigos.