La mujer nueva

Carmen Laforet (1921-2004) publica "La mujer nueva" en 1955. Para Laforet, siempre atenta a la realidad es necesario comenzar a escribir desde un punto de vista asulto. Observadora de su entorno y con un más amplio bagaje de experiencias, la novelista busca, al igual que la sociedad en la que vive, una estabilidad, en su caso a través de la creación literatia. Continúa pendiente de su medio ambiente social y le ofrece a su público una nueva propuesta literaria, distinta e innovadora, quizá tanto como su primera novela ("Nada").

En esta ocasión, desarrolla su argumento apoyándose en una vivencia religiosa. Por medio de su protagonista Paulina Goya, nos propone una nueva imagen de mujer, diferente a la mayoría de las mujeres de su generación. Más consciente del conflicto entre sus necesidades, deseos y ambiciones como ser humano, y la sociedad gris de la que inevitablemente forma parte.

Paulina, una mujer de mediana edad, se separa de su marido, y decide independizarse y demostrar que puede valerse por sí misma, acomodándose en un piso en Madrid y, si es necesario, haciéndose cargo de su hijo. Es una nueva vida, llena de desconocidos horizontes, descubre de nuevo el amor y mantiene una apasionada relación.

Esta historia podría parecer habitual en nuestra época, pero "La mujer nueva" está escrita en los años cincuenta, en plena posguerra y en una etapa de gran represión franquista, lo que hace de esta novela una precursora en España de una literatura feminista. Aunque la protagonista tenga una importante carga espiritual y religiosa, muy acorde con su tiempo, "La mujer nueva" es una obra avanzada y a la vanguardia de una novelística que nos da entera y sin disfraz el alma femenina desde adentro.