He tardado mucho más de lo que me gustaría en poder ponerme a leer este maravilloso libro que me regalaron el año pasado. Soy admiradora de la obra de Benjamin Lacombe y no dudaba que me iba a gustar esta historia, que aunque corta y con un trágico final me ha parecido preciosa. Las ilustraciones acompañan a la historia y sus efectos hacen que la imaginación vuele para poder ver lo que los personajes ven.
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