Maria Antonieta

Hace dos años, una amiga muy querida me regaló una edición ilustrada de los Cuentos macabros de Edgard Allan Poe, con traducción de Julio Cortázar.
Al primer vistazo, me impactó la portada y al abrirlo, quedé fascinada por las ilustraciones; tanto que tardé unos días en empezar a leerlo. Me quedó grabado el nombre del dibujante: Benjamin Lacombe.
Desde ese día, aprovecho cualquier ocasión (Navidad, cumpleaños, autoregalo... ) para hacer saber que me gusta. Gracias a eso, ya tengo en mi biblioteca nueve de sus libros.
Este ha sido el último; y ha llegado aquí como auto-regalo de Reyes.
Habitualmente, Lacombe se encarga de ilustrar; o bien textos ya existentes o bien colaborando con un escritor. En esta ocasión, ha actuado en solitario (texto e ilustraciones), solo con la colaboración de una historiadora para revisar la veracidad.
El título ya lo dice todo. Tenemos una biografía, muy resumida, de la que fue la última reina de Francia, María Antonieta, desde que llegó a la corte francesa para casarse con el delfín hasta el momento de su muerte.
En esta ocasión no voy a hablar de descripciones de paisajes, de personas, de ambientes,... porque todo ello se puede contemplar en las bellísimas ilustraciones que pueblan el libro, aunque algunas de ellas sean macabras, como me tiene acostumbrada Lacombe.
En cuanto al texto, me ha gustado como se van intercalando cartas que realmente se escribieron con pasajes ficticios del diario íntimo de la reina; y como el libro distingue unas de otros. Las epístolas están escritas sobre un fondo de pergamino; mientras que el diario, sobre el fondo normal de la página.
Las cartas son, en su mayoría, las que le escribió su madre María Teresa, archiduquesa de Austria, instándola a comportarse dignamente; a no caer en las extravagancias de la corte francesa; a dar herederos a su marido; e, incluso, a intentar conseguir alianzas ventajosas politícamente.
La contrapartida a dichas cartas, el diario, nos da a conocer a una adolescente insegura (tenía 15 años), criada bajo el dominio férreo de su madre, deslumbrada por la corte, dispuesta a darse a conocer y, sobre todo, intentar ganarse el afecto de una marido con el que no consumó el matrimonio hasta años después.
Magistral!!!