Este libro ha llegado a mis manos desde Masa Crítica y ha sido todo un acierto. En un texto escrito narrativo que desborda poesía. Yo lo veo como un texto escrito en prosa poética. El autor sabe crear unas atmósferas que embriagan a cualquier lector dentro de sus recuerdos melancólicos. Empecé a leerlo desde el principio, con un orden cronológico y continuo, pero descubrí que su lectura, al igual que en Rayuela de Cortázar podría ser libre, y así lo hice. En su juego de recuerdos te pierdes disfrutando sin pensar en el fin. Disfruté al igual que el poema de Kavafis del camino hacia Ítaca y me dejé llevar por sus palabras. Explica a la perfección sus emociones y pensamientos cuando viaja a sus recuerdos; la casa familiar, los amigos, el cómo su familia normaliza a su alrededor sucesos adolescentes, la Universidad, los primeros amores, los amores juveniles y platónicos,... Un libro para leer en otoño ya que su aire melancólico recuerda a esa estación del año en la que se despide el verano y su vida y se da la bienvenida al frío y morral invierno. Transmite de manera majestuosa unas emociones escondidas en lo más profundo de mu con humanos y descubiertas por sus letras y palabras como filas de navajas que rajan un corazón a punto de estallar. Muestras pensamientos tan profundos que a veces me he sentido observada. Muchas gracias por contar esta ficción que como decía ese profesor tuyo “ Mis Traumas, mis traumas”. |