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Obra ganadora del premio THIS IS HORROR. Lo primero que vamos a leer es un magnífico prólogo a cargo de Nieves Mories. No hagáis la tontería de pasarlo de largo, hacedme caso y leedlo. Cada capítulo se acompaña de una ilustración tenebrosa en blanco y negro. Livia Llewellyn es una de las voces más sorprendentes y talentosas del terror extraño de la actualidad. Ella entremezcla poesía a través de su prosa, elaborando construcciones ornamentadas de conmoción y dolor. Como una tela de arañas, cuelgan precariamente, luciendo demasiado delicadas para mantener atado al lector, pero éste estará atado de todos modos. Lenguaje inquietante, palabras sombrías acompañarán a estos relatos multifacéticos. Experimental y exuberante, rebosante de vitalidad y conmoción, estos relatos son un regalo inesperado a través de lo extraño. Sexo, crueldad... No hay ningún tabú sagrado aquí, no hay líneas sin cruzar. La autora explora todo el territorio íntimo y horrible, combinando lo sobrenatural con lo moderno, lo horrible con lo encantador, ella mueve sus temas y su prosa con la misma eficacia que sus personajes. Personajes humanos que para asombro del lector se cruzarán en el camino de criaturas fantásticas, donde la violencia tomará el escenario, incluso en algunos momentos llegan a compartir fluidos corporales con ellos. Comienza fuerte, con un poema que hace justicia a su título... es perfectamente Ligottiano en su estructura desconcertante, vívido en cuanto al poderoso influjo que atrae a su protagonista hacia un lugar que significará tanto una revelación como una entelequia. El relato es un ojo avizor que todo lo observa, todo lo ve, todo lo sigue... y esa sensación de alienación cósmica y desazón espiritual está perfectamente expresado en este relato críptico y claustrofóbico. le seguirá un corto en el que una mujer logra uno de sus sueños: Vivir en uno de los apartamentos más altos de la ciudad de Manhattan. Ese anhelo se convertirá en pesadilla, porque hará presencia uno de los más horribles horrores. En la siguiente historia un asesino ha sido contratado para ejecutar un crimen de una manera muy especial… Seguiremos con el titulado “Ceniciento”. Sabremos de una niña que trabaja junto a un grupo de científicos realizando terribles experimentos… Leeremos un corto envuelto en poesía pura, obra tan diferente que debe ser contada desde el más absoluto estilo onírico. Romántica bebiendo de nuevo de lo oscuro de Ligotti. Allí en una obra de teatro sobre Drácula se encuentra una hipnotizada Mina Harker …. Seguiremos con una escritura más sencilla, aunque sin perder la magia de la autora para contarnos de una mujer que camina por un centro comercial con el fin de llenar el vacío de su vida. Un día quedará absorta frente a una enigmática y varonil estatua. Y es que como si ante un grimorio nos encontráramos, abrir este libro de Llewellyn significa que lo que brote de sus páginas puede llevarnos en un viaje de ida a los rincones más demenciales y morbosos de la mente humana... Y del mundo sobrenatural. Cada cuento es una ensoñación, pero también una moraleja siniestra. Tendremos delirios filosóficos, pesimismo y nihilismo con ecos de Ligotti, sexo y nueva carne. A través de una imaginería y un collage de imágenes poderosas, seguimos junto a la autora un desfile de fenómenos y criaturas extrañas, seres imposibles e inimaginables que entrarán en nuestro plano, en nuestras mentes y finalmente en nuestros cuerpos, para saciar apetitos inconfesables y depravados a costa de nuestras almas. Por eso seguiremos asombrándonos ante la narración de una pareja ¿humana? cuando salga de noche para vivir una salvaje aventura donde el sexo será protagonista en un mundo tan real como surrealista, o con otra historia de toques terroríficos de dos hermanos gemelos que hallarán a un ser misterioso en el patio de al lado. No saldremos de nuestra perplejidad al conocer en “Alóctono” a una mujer que revive un picnic un día tras otro, pero cada vez ese picnic es más surrealista. Llegamos al relato que le da título a este ejemplar, “Crisol”, finalista en los premios Shirley Jackson en la categoría de mejor historia. Cierta joven nos detalla su propia ciudad en declive, aquí el tiempo se reproduce en una continua metamorfosis de formas, algunas de ellas aterradoras. No quería comentar todos los relatos para no hacer la reseña demasiado larga, pero en verdad es tanta la maravilla escrita que me es imposible dejar alguno fuera. Simplemente deciros que en los que quedan podréis hallar otra historia cósmica, surrealista, en una vieja casa en la cual una mujer deberá quedarse con un inquietante miembro de su familia, muy hambriento… “El último, inocente y resplandeciente verano”: Sin ninguna duda la mejor historia de todas, no encontrareis apenas nada del mundo onírico, pero está escrita de forma soberbia. La protagonista es una niña que junto a su familia viajará al mar, ¿el motivo? Debe de colaborar en un ritual… Terminando, Livia nos dejó con un demonio que puede manejar el tiempo. Salvará una vida, ¿con qué fin? Y cerrará “Lo inalcanzable”. Relato que rompe esquemas, no se parece a ninguno de los otros, donde una mujer cansada de la vida camino de su ciudad se detendrá en una feria con la esperanza de… ¿Hace falta que todavía os la recomiende? Bueno, puedo decir ahora que el año termina que es la mejor antología que he leído. Es de esos libros que jamás prestarías por miedo a perderlo. Lo trajo Dilatando Mentes, no podía ser otra editorial. |
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