El mal jamás encontrará la paz. Puede que triunfe, pero jamás encontrará la paz.
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El mal jamás encontrará la paz. Puede que triunfe, pero jamás encontrará la paz.
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Escuchó un chirriar de piedra y notó que la tapa se movía bajo su mano izquierda al instante. Se alejaba de ella, haciéndole perder el equilibrio. El encendedor salió volando, y ella gritó y volvió a gritar, intentando mantenerse en pie. Caía a la tumba abierta, y un viento helado rugía a su alrededor. En sus oídos sonaron chillidos.
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Elena volvió a pasar el cepillo por su melena sedosa y la sujetó atrás con una cinta de un rojo intenso. Luego cogió su mochila y descendió la escalera.
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Manolito ...